Israel debe mirar a Sudáfrica y hacer lo correcto
de Sheikh Jarrah en Jerusalén Oriental, incluso la policía irrumpió en la Mezquita Al Aqsa durante una de las noches más sagradas de todo el año.
de Sheikh Jarrah en Jerusalén Oriental, incluso la policía irrumpió en la Mezquita Al Aqsa durante una de las noches más sagradas de todo el año.
l anuncio del presidente Joe Biden acerca de que EE.UU. retirará incondicionalmente todas sus fuerzas militares de Afganistán en septiembre y pondrá fin a su “guerra eterna” no causó ninguna sorpresa.
A pesar del intercambio de ataques entre Hamás e Israel, el punto más importante de los acontecimientos de la semana pasada es que Jerusalén es, y seguirá siendo, el centro del conflicto palestino-israelí.
La invasión de Afganistán dirigida por la OTAN, que comenzó después del atentado del 9/11 con el pretexto de ‘’guerra contra el terrorismo’’, dos décadas después de la misión, el rápido avance de los talibanes ha provocado varios países, incluidos miembros de la OTAN, se apresuran a retirar sus delegaciones diplomáticas, personal y ciudadanos del territorio de ese país.
Se espera que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reconozca formalmente las masacres llevadas a cabo contra los armenios por el Imperio Otomano durante la Primera Guerra Mundial como ‘genocidio’. Es probable que haga el anuncio el Día del Recuerdo del Genocidio Armenio.
La retirada de Estados Unidos de Afganistán aún no se ha completado, pero los vecinos de Afganistán ya están lidiando con sus repercusiones al enfrentarse a los efectos colaterales inmediatos del conflicto en sus respectivos territorios.
La reunión entre el Rey Abdullah y el Presidente Joe Biden en la Casa Blanca es definitivamente una ventaja para la diplomacia jordana y el comienzo de una nueva era y un capítulo entre Washington y Amán.
Las relaciones comerciales y económicas entre Islamabad y Teherán no están fuera de las relaciones políticas entre los dos países, y a pesar de sus enormes capacidades, todavía se retrasan debido a la falta de una determinación política común y fuerte en las dos capitales.
A medida que marcamos 20 años desde los ataques terroristas del 9/11 y las subsiguientes intervenciones de EE.UU. en Afganistán, Irak y otros elementos prolongados de la malograda y mal concebida ‘’guerra contra el terrorismo’’, es fácil pasar por alto otros legados desastrosos de la política de EE.UU. en la era posterior al 9/11.
Al describir el status quo de las relaciones entre Irán e Irak y los desafíos y oportunidades que enfrentan los dos países, se puede decir que ambos tienen muchos puntos estratégicos comunes. Si llegan a una etapa determinada, pueden convertirse en socios estratégicos.