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El Interprete Digital

Perspectivas de las relaciones entre Irán y Pakistán en él decimotercer gobierno

Por Somayeh Marevati para Strategic Council on Foreign Relations

 Bandera pakistaní. [Teseum/Creative Commons]

Las relaciones comerciales y económicas entre Islamabad y Teherán no están fuera de las relaciones políticas entre los dos países, y a pesar de sus enormes capacidades, todavía se retrasan debido a la falta de una determinación política común y fuerte en las dos capitales.

[Se prohíbe expresamente la reproducción total o parcial, por cualquier medio, del contenido de esta web sin autorización expresa y por escrito de El Intérprete Digital]

Los funcionarios de ambos países siempre hablaron de las capacidades, la sinergia de intereses y declaraciones en el ámbito de la política, la cultura y el comercio, como la promesa de Imran Khan de elevar el valor del comercio bilateral a 5.000.000.000 de dólares. Sin embargo, en la praxis, y según los documentos disponibles, esta “inclinación” junto con la existencia de la “necesidad” nunca se convirtió en un instigador para revisar y reconstruir las relaciones. 

Para ver el nivel de las relaciones entre los dos países, podemos hacer referencia a las cifras y otras indicaciones, y dar respuestas a preguntas como: ¿Hay un vuelo directo entre las capitales y las ciudades importantes de los dos países? ¿Establecieron las universidades y los centros industriales de los países fuertes vínculos y conectividad? ¿Es significativa la balanza comercial entre los dos países en comparación con las capacidades y transacciones de otras partes comerciales? 

Preguntas como esta, si se plantean en relación con Irán y Pakistán, definitivamente hay una distancia clara entre las respuestas y las observaciones de los funcionarios de los dos países.

Parece que las voluntades nunca han ido más allá de la mesa de negociación y la conclusión de acuerdos. Junto con las capacidades, hay muchos factores que empujan a Teherán e Islamabad (al menos sobre el papel) a la necesidad de fortalecer la convergencia regional y los vínculos entre los dos países en diversas áreas. 

Ahora, gracias a las capacidades y cuellos de botella de Irán y Pakistán junto con el cambio de gobierno en Irán, surge la pregunta: ¿puede el cambio de gobierno en Irán salir del nivel de relaciones entre Teherán e Islamabad del estatus actual y crear movimientos en él?. 

Es difícil responder a esta pregunta antes de la introducción de los ministros del Decimotercer Gobierno y estudiar sus enfoques regionales y económicos. Sin embargo, hay indicaciones para la presentación del escenario de la creación de impulso en las relaciones entre los dos vecinos y su necesidad que son importantes en relación con Pakistán y aparte de las condiciones regionales y mundiales la inclinación de China a la proximidad con Irán y Pakistán. 

Si aceptamos esta suposición (creación del triángulo Irán-China-Pakistán), muchas cláusulas podrían tener otros significados bajo él. Gracias a las relaciones estratégicas entre Pakistán y China, e Irán y China, parece que en el momento adecuado, este triángulo puede ser explotado por los tres actores.

Pakistán es el cuarto mercado de exportación entre los países vecinos de Irán y goza de una alta capacidad para el aumento cualitativo y cuantitativo del comercio con Irán. Sobre la base de estimaciones, con el establecimiento de la infraestructura necesaria, el comercio entre los dos países podría aumentar a 14.000.000 de dólares anuales. Cabe destacar que en los primeros nueve meses del año calendario iraní de 1399, el comercio bilateral total entre Irán y Pakistán superó los 840.000.000 de dólares de los cuales 710.000.000 de dólares fueron exportaciones de Irán a Pakistán e incluyeron producciones industriales y químicas, bloques de construcción, productos agrícolas y alimentos en más de 110 códigos arancelarios. 

Mientras tanto, sobre la base del acuerdo comercial preferencial entre Irán y Pakistán (2007), Irán redujo el arancel de 309 productos básicos importados de Pakistán, quien redujo el arancel de 333 productos básicos iraníes; sin embargo, hoy en día, más del 60% de los productos básicos acordados entre los dos países no se comercializan y desde la aplicación del acuerdo comercial preferencial entre los dos países, la balanza comercial nunca superó los 1.300.000 de dólares.

La atención a las capacidades y limitaciones de la parte pakistaní y el rediseño de las relaciones debe ser el principal acierto del nuevo gobierno en Irán; uno de los puntos débiles de la vía tomada hasta ahora con Pakistán, fue la falta de continuidad de las relaciones y la falta de atención a la consolidación de fuertes vínculos (que existen actualmente en las relaciones políticas) entre los sectores privados de los dos países al otro lado de la frontera. 

Por ejemplo, ciudades como Karachi y Heydarabad son consideradas como los centros comerciales e industriales de Pakistán y pueden (al menos sobre el papel) formar la base para los vínculos con las ciudades iraníes de Tabriz, Shiraz e Isfahan y allanar el camino para una mayor conectividad entre los sectores privados de Irán y Pakistán; también, la explotación de tratados multilaterales como ECO, D8 y cámaras de comercio internacionales puede allanar el camino para esto.

Como se mencionó anteriormente, junto con la falta de infraestructura adecuada, como el tránsito por carretera y las relaciones bancarias, el principal factor del status quo en las relaciones entre los dos países es la determinación de los funcionarios de los dos países que, si se mueve hacia la voluntad puede definitivamente facilitar el camino para muchos acuerdos y transacciones. 

Por lo tanto, el paso más importante es mejorar los acuerdos con miras a examinar las necesidades. Lo que está ocurriendo en la región definitivamente afectaría el nivel de intereses de Irán y Pakistán. Uno de los principales errores estratégicos es la influencia de las relaciones por la lucha irresoluble entre India y Pakistán, así como también el conflicto de Pakistán y Afganistán. Irán, a pesar de las diferencias entre Teherán y Riad, respeta las relaciones entre Pakistán y Arabia Saudita, y también debería buscar un enfoque similar de otros actores, especialmente Pakistán; esta dificultad se puede ver claramente en la cuestión de Chabahar y los acontecimientos en Afganistán. La astucia de la parte iraní para diseñar una pista que podría sacarnos de este cuello de botella, definitivamente puede inyectar nueva energía en las relaciones entre los dos países.

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Somayeh Marevati es investigador en temáticas de Afganistán y Pakistán.

N.d.T.: El artículo original fue publicado por SCFR él 04 de agosto de 2021.