Las raíces kurdas de un eslogan mundial
Por Shukriya Bradost para New Lines Magazine El movimiento feminista iniciado en el Kurdistán iraní en 2003 anticipó las protestas actuales y obligó a su… Leer más »Las raíces kurdas de un eslogan mundial
Por Shukriya Bradost para New Lines Magazine El movimiento feminista iniciado en el Kurdistán iraní en 2003 anticipó las protestas actuales y obligó a su… Leer más »Las raíces kurdas de un eslogan mundial
Hace unos años, mi pareja y yo nos casamos por civil y planeábamos visitar a su abuela en Palestina poco después. Ambos somos palestinos, pero somos categorizados de manera diferente por la Autoridad Fronteriza de Israel y su sistema de gestión demográfica.
¿Se puede hablar todavía de una ‘revolución siria’ diez años después de que el país fuera testigo de sus primeras protestas, y mientras la frase ‘conflicto sirio’ parece haberse impuesto como el término preferido para describir los acontecimientos sobre el terreno desde al menos mediados de la década de 2010?
Syria Untold recientemente habló con el disidente político Rateb Shabo, conocido desde la década de 1980 como una figura dentro de la izquierda siria. Habló del exilio, el estado de los políticos sirios de izquierda y los largos años que pasó en prisión.
Vivo fuera de Siria desde 2014. Son siete años, dos de ellos en Beirut y los cinco restantes en Berlín. Lo extraño es que a lo largo de este tiempo no he sentido ni por un momento que estoy viviendo ‘en el exilio’. Simplemente no fue algo que se me pasó por la cabeza hasta que alguien me preguntó al respecto durante una conversación.
“Mientras cubría eventos, me volví parte de estos; me convertí en parte de las noticias sobre las que se suponía que debía informar”. “Ahora me encuentro buscando trabajo extra por fuera del periodismo”.
iete décadas después de su éxodo masivo, la narrativa sobre la salida de los judíos iraquíes apenas está resuelta, ni siquiera dentro de la propia comunidad desplazada. Una continua existencia milenaria en Mesopotamia se volvió imposible a raíz de un vórtice histórico generado por fuerzas políticas abrumadoras e ideologías en conflicto.
Desde que estalló la revolución siria en 2011 y la mayoría de los profesionales en el campo cultural, incluidos los dramaturgos, se trasladaron al extranjero, estuve reflexionando sobre dos cuestiones claves. La primera tiene que ver con los cambios que afectaron la experiencia teatral en la diáspora, y si estos cambios impactaron en la forma, el contenido, o ambos. La segunda cuestión está relacionada con qué es realmente nuevo en la experiencia teatral emergente de la diáspora siria. Me hago estas preguntas como trabajador en este campo, como alguien que se especializó en escenografía en Francia, adquirió experiencia en el trabajo teatral en Siria durante los seis años que precedieron a la guerra y continuó su carrera profesional en Europa, tras mi regreso a Francia en 2012.
Cuando éramos pequeños, las historias de Safar barlik, y de aquellos que dejaron nuestro pueblo hace mucho tiempo huyendo del hambre y buscando nuevas vidas, no eran más que historias que nos contaban nuestros abuelos.
Cuando llegué por primera vez a Berlín, un sirio que había estado en el exilio durante mucho tiempo me dijo: “Vivo en el centro, en medio de Berlín”.