El nexo entre Arabia Saudí y Estados Unidos: ¿ya no son mejores amigos?
Años de tensiones entre Riad y Washington sobre cuestiones geopolíticas clave agriaron una relación antaño férrea.
Años de tensiones entre Riad y Washington sobre cuestiones geopolíticas clave agriaron una relación antaño férrea.
Después de la Primera Guerra Mundial, y especialmente, de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos (EEUU) expandió su poder en Medio Oriente usando sus herramientas políticas, militares, económicas, diplomáticas y blandas en la región. Luego del colapso de la Unión Soviética en 1991, la presencia e influencia de Washington en Medio Oriente se hizo mucho más amplia. Sin embargo, en los últimos años, hay muchos signos y síntomas que muestran un declive de la posición de Medio Oriente dentro de la política exterior estadounidense.
El congelamiento de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) respecto del acuerdo sobre el avión de combate F-35 revela los cambios de opinión en la región del Golfo Árabe con respecto al papel actual y al posible futuro papel de Estados Unidos (EEUU).
tras la Segunda Guerra Mundial, desafíos como el apoyo de China al Frente de Liberación de Dhofar, las relaciones de Riad con Taiwán, la negativa en el voto de Arabia Saudí para la cesión de Taiwán a la República Popular China en la Organización de Naciones Unidas (ONU), entre otras cuestiones, llevaron a un estancamiento de las relaciones Pekín-Riad. Finalmente, las relaciones diplomáticas entre Riad y Pekín se establecieron formalmente en julio de 1990.
En un destacado podcast hace dos años, un académico saudí habló de la necesidad de reescribir la historia de su país desconectando la historia del Estado de la lucha contra las prácticas no islámicas
La industria armamentística continúa aprovechando las nefastas oportunidades del caos climático, mientras los sistemas de combustibles fósiles usados por militares continúan su operación.
Los Balcanes son conocidos por su diversidad étnica y religiosa, como resultado de los legados imperiales y su ubicación geográfica de la región, donde también la religión juega un rol central en la sociedad y la política.
Si bien los bancos occidentales vieron caer sus valoraciones sustancialmente durante los primeros 18 meses de la pandemia, y aún no se recuperaron, esta tendencia fue menor en Arabia Saudita, inclusive están más cerca, si no por encima, de sus niveles pre Covid-19.
Al ser un especialista en islam, pienso desesperadamente, ¿qué obras antiguas del árabe pueden jactarse de tanto? Las “Noches”, por supuesto, así como el Corán. Recordá que Rumi, otro nombre famoso, escribió en persa. Pero una obra aún es desconocida para Occidente a pesar de tener un estatus fundamental tal y como lo tiene Beowulf en el inglés: es el muallaqat u odas colgantes. Llamadas así porque supuestamente fueron cosidas en oro y colgadas en el santuario de la Kaaba en La Meca como obras maestras, las odas hablan de la dura vida en el desierto antes del islam: guerras sin fin, citas secretas de amantes, robustos camellos para montar y la certeza del destino.
El emir de Qatar, el jeque Tamim Bin Hamad Al Thani, emitió recientemente un decreto en el que anunció la celebración de elecciones parlamentarias, para el 2 de octubre. Aunque la elección se considera una práctica de la democracia en un país con un sistema tribal, cuestiona el enfoque de otros regímenes tribales, como Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Baréin, más que los aspectos electorales reales.