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El Interprete Digital

Un negocio masculino; las periodistas de Idlib, excluidas del estudio de los medios de comunicación

Por Afaf Jakmour para Syria Direct

Proyecto “La voz de las mujeres sudanesas” en Wiki Citas Taller para periodistas [Hassan Hassoon / Creative Commons]

En septiembre, cuando la Universidad de Idlib, afiliada al Gobierno de Salvación de Siria (GSS), anunció la apertura de una Facultad de Ciencias Políticas y Medios de Comunicación durante el curso académico 2022-2023, Iman Hamada (seudónimo*) se llevó una gran decepción: las mujeres estaban excluidas. 

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Era la segunda vez en la vida de Iman que se enfrentaba a una confrontación similar. En 2013, el sueño de esta joven de 27 años residente en la ciudad de Idlib de estudiar Medios de Comunicación en la Universidad de Damasco fue asediado por su padre y su prometido. No querían que viajará sola a la capital para estudiar. 

En su lugar, se matriculó en un subdepartamento de Idlib de la Universidad de Alepo, afiliada al régimen, donde estudió literatura inglesa durante un año antes de que las fuerzas de la oposición tomaran el control de la zona. En 2016, completó sus estudios en la Universidad de Idlib, fundada por el Gobierno Provisional Sirio (GPS) de la oposición en 2015, antes de que el GPS respaldado por Hayat Tahrir al Sham (HTS) se convirtiera en la fuerza dominante en la provincia controlada por la oposición, incluida la universidad.

Adel Hadidi, decano de la nueva Facultad de Medios de Comunicación y Política de la Universidad de Idlib, comentó que las mujeres no fueron aceptadas debido a “la falta de la infraestructura necesaria para asignar un departamento especial para mujeres”. El GSS prohíbe la mezcla entre hombres y mujeres en todos los programas de la Universidad de Idlib, y la facultad es el único programa público de enseñanza de periodismo y medios de comunicación en las zonas controladas por el HTS. 

Iman tiene pocas opciones para estudiar medios de comunicación fuera de la Universidad de Idlib. Matricularse en una de las universidades privadas repartidas por el noroeste de Siria cuesta más de lo que puede pagar. Podría matricularse en la Facultad de Medios de Comunicación de la Universidad Libre de Alepo, afiliada a GPS, en la ciudad de Azaz, pero llegar a la zona rural del norte de Alepo significa “viajar 100 kilómetros desde donde vivo. Es una decisión difícil, sobre todo con las obligaciones domésticas que tengo con mis cuatro hijos”, comenta.

La historia de Iman capta la realidad de muchas mujeres y jóvenes que quieren estudiar periodismo y medios de comunicación en el noroeste de Siria, que se enfrentan a obstáculos tanto oficiales como sociales. Dónde están directa o indirectamente excluidas de la escuela de medios de comunicación de la Universidad de Idlib, que está limitada a los hombres, mientras que sus familias y la sociedad que las rodea también pueden rechazar que las mujeres entren en el campo de los medios de comunicación. 

Incluso antes de que la Universidad de Idlib solo asigna plazas para hombres en la recién inaugurada Facultad de Ciencias Políticas y Medios de Comunicación, a las estudiantes también se les negaban plazas en su Instituto Técnico de Medios de Comunicación. Cuando el instituto abrió sus puertas en 2017, se matricularon 25 mujeres, 15 de las cuales se graduaron. Pero a partir de 2018, sólo se permitió estudiar en el instituto a hombres, un cambio que la universidad nunca explicó. Finalmente, cerró por completo en 2021, después de que se graduaron todos los estudiantes matriculados anteriormente.

Karima (seudónimo*), de 23 años, fue una de las futuras estudiantes que se vieron afectadas por la decisión de la universidad de prohibir la matriculación de mujeres en el instituto técnico en 2018. Ese año, tenía intención de elegir el instituto como su primera opción en la universidad, siendo rechazada. Fue “un profundo dolor en mi corazón que solo Dios conoce”, recordaba a Syria Direct. 

A diferencia de Iman, la familia de Karima “apoyaba mis deseos, pero las circunstancias impidieron que se cumplieran. Pero mi deseo sigue siendo estudiar periodismo en la universidad”. De hecho, Karima estudió administración de empresas y está a punto de licenciarse en la Universidad de Idlib. 

Discriminación femenina 

Hadidi relata que la Facultad de Ciencias Políticas y Medios de Comunicación se abrió como parte del “desarrollo natural de la universidad, y para dar cabida a los periodistas cubrieron los acontecimientos de la revolución siria desde su inicio, y que merecen obtener una cualificación académica”.

Sin embargo, las mujeres no tienen cabida en la facultad que actualmente cuenta con 40-50 estudiantes. Se espera un mayor número de estudiantes en el futuro, ya que “las nuevas facultades suelen abrirse con un número reducido para estudiar bien el presupuesto y organizar los asuntos administrativos, y no apresurarse a acoger a un gran número desde el principio”, comentaba Hadidi. 

Alaa Rajab Tabbab, fundador de la Facultad de Medios de Comunicación de la Universidad Libre de Alepo, afiliada a GPS  comenta que “retrasar la admisión de mujeres jóvenes en la facultad de medios de comunicación es una mala decisión, y debe reconsiderarse”. La facultad, situada en la zona rural del norte de Alepo controlada por el Ejército Nacional Sirio (SNA), de oposición, respaldado por Turquía, acepta por igual a hombres y mujeres. 

“Si fuera yo quien tomara la decisión y tuviera que elegir entre empezar a enseñar medios de comunicación a mujeres o hombres, habría puesto primero a las mujeres por la necesidad de empoderarse en este campo. Estudiar medios de comunicación, para las mujeres jóvenes, es imperativo, y una prioridad educativa, familiar y social a nivel de civilización, más que una necesidad política”, comentó Tabbab.

Tabbab consideró poco probable que la decisión de excluir a las mujeres de los estudios de medios de comunicación en la Universidad de Idlib fuera una decisión exclusiva de la administración académica, que “apoya el empoderamiento de las estudiantes, como principio”. Citó la admisión de mujeres cuando se fundó el Instituto Técnico y de Medios de Comunicación en 2017. 

Lo que está ocurriendo hoy en la universidad “es una respuesta a los problemas éticos que tuvieron lugar en el instituto de medios de comunicación por parte de la administración anterior”, recordaba. El cambio para admitir solo a hombres en 2018 se produjo después de que la administración fuera acusada de corrupción y acoso.

Pero ese incidente no debería ser una “barrera para empoderar a las jóvenes, aunque es necesario no ser laxo a la hora de considerar el aspecto ético de un académico antes de nombrarlo” para un puesto docente o administrativo, agregaba Tabbab. 

Limitadas opciones 

En 2016, la Universidad Libre de Alepo abrió un instituto de estudios de Medio de Comunicación en la zona de Atareb, en el campo occidental de Alepo, a 32 kilómetros de la ciudad de Idlib. Después de que HTS monopoliza su control sobre Idlib y las zonas cercanas de Alepo y Hama, el instituto se trasladó a Azaz en 2019. 

Aunque la administración permitió a los estudiantes continuar sus estudios en la nueva ubicación, el traslado supuso que muchos estudiantes que no podían recorrer grandes distancias, y en particular muchas mujeres no pudieran continuar. 

En 2021, la universidad puso en marcha una Facultad de Medios de Comunicación, que también está abierta a todos los estudiantes que viven en zonas controladas por el GSS o el HTS. En teoría, es una opción alternativa a la Universidad de Idlib, especialmente para las estudiantes a las que se les niega estudiar medios de comunicación en Idlib. Pero, “los elevados costes del viaje entre Idlib y Azaz” se interpusieron en el camino, comentó Yasmine Armoush a Syria Direct.  

Al igual que otras mujeres excluidas de una educación periodística formal que hablaron con Syria Direct, Yasmine, de 28 años, recurrió a cursos organizados por organizaciones de medios de comunicación y de formación en Idlib para adquirir las habilidades que necesita. 

Cualesquiera que sean las razones por las que las instituciones de formación en medios de comunicación de la Universidad de Idlib están cerradas a las mujeres, se trata de “es una decisión misógina”, aseveró Yasmine.

Algunas de las universidades privadas de Idlib también impartían clases de medios de comunicación, pero se trasladaron a la zona rural del norte de Alepo o cerraron sus puertas definitivamente. Entre ellas se encuentra la Universidad al Nahda (antes Rescate Internacional), que abrió un instituto de medios de comunicación en la ciudad de Maarat al Numan en 2018, pero se trasladó a Azaz a principios de 2020 después de que el régimen sirio tomara el control de la ciudad. 

La universidad privada Oxford Scientific University también abrió un departamento de medios de comunicación, en la ciudad de Harem, al sur de Idlib, en 2017. La universidad afirmó estar reconocida oficialmente por Yemen, pero cerró sus puertas en 2019 cuando se supo que estas afirmaciones eran falsas. 

Primero la sociedad, luego las autoridades

Cuando el año pasado se publicaron los resultados de los exámenes de bachillerato, que determinan la plaza en las universidades de Siria-, Masa (seudónimo*), de 18 años, se “alegró mucho al enterarse de la apertura de la facultad de medios de comunicación en Idlib”. Pero incluso antes de enterarse de que era sólo para hombres, su familia “se negó rotundamente a que me inscribiera en el departamento de medios de comunicación”, declaró a Syria Direct. 

Su familia se negó por “miedo a lo que pensaran la sociedad y sus parientes. Hice las paces y me fui a la Facultad de Educación de la Universidad de Idlib. Apegada al amor por los medios de comunicación y la fotografía”, a los que piensa dedicarse sólo como hobby.

La historia de Masa es similar a la de Reem, que actualmente estudia Medicina en la Universidad de Idlib. Era “el deseo de mi familia, mientras que el mío es estudiar medios de comunicación. No me inclino por la medicina, porque no siento conexión con ella”.

Reem quería estudiar medios de comunicación “desde el noveno año de su curso de educación secundaria”, pero estudió medicina en respuesta a la opinión de su familia. Sus parientes le dijeron que “los medios de comunicación no tienen futuro”, afirmaba.

Lama Rageh, miembro de la Red de Periodistas Sirias, dijo que una de las razones por las que las familias se niegan a que sus hijas estudien medios de comunicación o ejerzan el periodismo es “el régimen sirio que perpetuó un estereotipo [negativo] de las periodistas durante su periodo de gobierno, a través de instituciones mediáticas controladas por el Partido Baaz. Muchas familias tenían miedo de que participaran en los medios de comunicación, porque eso las arrastraría a la esfera política y [las llevaría a] asumir los principios del Partido Baath Árabe Socialista”. 

Rageh puso como ejemplo su propia experiencia. Después de estudiar medios de comunicación, cuando se graduó en la universidad en 2008 “los medios oficiales se negaban a contratar a ninguna periodista si su padre o hermano no era miembro de la dirección regional [del partido] o de la 4ª División. El régimen buscaba lealtades políticas o militares de ella, o de alguno de los miembros de su familia, y esta era una de las razones por las que las familias temían por sus hijas”.

Desde 2011, la revolución siria rompió estos tabúes, ya que “muchas mujeres periodistas demostraron su valía y empezaron a trabajar en diversos campos, sin ofrecer lealtades. Las periodistas fueron capaces de romper el estereotipo que el régimen sirio consagró durante su gobierno”.

Alternativas que no reemplazan nada

Con las mujeres excluidas de los programas académicos formales, los programas de formación en periodismo están experimentando una notable demanda por parte de las mujeres del noroeste de Siria, según Roula Abdulrazzaq, directora de un programa que forma y capacita a mujeres en periodismo visual a través de la organización Equity and Empowerment. 

Abdurazzaq supervisa actualmente la formación de 50 mujeres periodistas, la mitad principiantes y la otra mitad avanzadas. Su organización supervisó previamente la formación de 75 mujeres en proyectos anteriores durante 2021 y 2022. 

La formación impartida por organizaciones de la sociedad civil ayuda a “perfeccionar las habilidades de los participantes en los medios de comunicación, pero no sustituye a la educación universitaria”, comenta Abdulrazzaq. Como educación informal, no se puede confiar en las formaciones si la participante desea continuar sus estudios o buscar trabajo. 

Además, las organizaciones no pueden ofrecer soluciones fundamentales dada la presencia de las autoridades de facto en Idlib, “porque no podemos influir en ellas” expresó Rageh. Los esfuerzos de las organizaciones se limitan a “soluciones de emergencia, que incluyen proteger a los periodistas en activo y garantizar su seguridad. Esto se suma a elevar el nivel del discurso de género, dirigiendo a periodistas masculinos y femeninos a talleres de periodismo con perspectiva de género […] lo que más puede reducir la brecha”.

Tabbab, de la Universidad Libre de Alepo, hizo hincapié en la necesidad de “evaluar la opinión de las familias sirias y de los responsables políticos sobre la prioridad de los medios de comunicación y su necesidad para las mujeres en los niveles social y educativo, ya que, la ausencia de mujeres en este campo tiene efectos desastrosos para la comunidad y la familia”.

Por su parte, Iman Hamada no se rinde ante las restricciones que la privaron de estudiar medios de comunicación en Idlib. Trabajó para desarrollar sus habilidades periodísticas por su cuenta, produciendo informes de prensa para instituciones de medios de comunicación. Pero sigue esperando una oportunidad para “obtener un título universitario en medios de comunicación, la especialización que amo”.

Este informe se elaboro en el marco del proyecto “Contra la discriminación”, con el apoyo de Free Press Unlimited (FPU). Syria Direct es el único responsable de su contenido, que no refleja necesariamente las opiniones de FPU.

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Afaf Jakmour es una periodista siria de la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria. Escribe y edita para varios sitios web sirios, y también participa en la formación de mujeres activistas de los medios de comunicación sirios.N.d.T.: El artículo original fue publicado por Syria Direct el 13 de diciembre de 2022.