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El Interprete Digital

Ganaderos de Damasco: luchando por alimentar a sus rebaños o vendiendo “a pérdida” a causa de los altos precios

Por Habib Shehada para Syria Untold

En el mercado de ganado de Salamiye. [CharlesFred / Creative Commons]

Durante dos años, Khaled Rahal de 44 años, intentó mantener su rebaño, su principal fuente de ingresos durante años. Pero como las condiciones económicas siguieron deteriorándose y el coste de la cría de ganado aumentó en las zonas controladas por el régimen en la capital siria y sus alrededores, este año, Rahal se vio obligado a venderlas, una por una. 

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Los años de guerra en Siria afectaron al sector ganadero del país y llevaron a los ganaderos a perder sus rebaños debido a la escasez de alimentos y a los altos precios. La invasión rusa de Ucrania el pasado mes de febrero agravó la crisis del sector. Fue el último golpe para Rahal, que viene de un pueblo de la región de Jabal al Sheikh, en la provincia occidental de Reef Dimashq. Hace dos meses, se deshizo de todo su rebaño, salvo una sola vaca que atesora para las necesidades de su familia. 

Rahal tenía 15 vacas, cada una de las cuales estaba valorada entre 4,5 y 5 millones de SYP (entre 1.000 y 1.200 dólares según el tipo de cambio actual del mercado paralelo de 4.465 SYP por dólar). Pero tuvo que venderlas un 20% por debajo del valor de mercado porque el mercado está paralizado, el alto precio y la escasez de comida dejó al mercado ganadero ”en punto muerto”, dijo a Syria Direct. 

Desde 2011, el sector ganadero sirio perdió unas 173.000 vacas, ya que su número se redujo de 830.000 cabezas en 2011 a 693.000 cabezas en 2020. Comentó Rami al Ali, Viceministro de Agricultura, el 9 de abril a un sitio de noticias local. El número estimado de ovejas en el país es de 16 millones, 2 millones menos que en 2010. En febrero, Osama Hammoud, el director de producción ganadera del Ministerio de Agricultura de Damasco, estimó que Siria había perdido entre el 40 y el 50% de su ganado. 

Aunque el ganado de toda Siria se vio afectado por los cambios económicos y la guerra en Ucrania, este impacto se siente especialmente en Damasco y sus alrededores debido a la “falta de pastos y de lluvia”, lo que ha provocado “la muerte de terneros recién nacidos”, según Abu Abdo, un agricultor de la ciudad de Harasta, en el arrecife de Dimashq a Syria.

Abu Abdo, de 56 años, tuvo que alquilar algunas tierras de cultivo de trigo después de la cosecha para proporcionar un pasto a sus 12 vacas por un alquiler de “200.000 SYP (unos 44,79 dólares) por dunam durante dos meses”, agregaba.

Como respuesta gubernamental, Damasco pretende ampliar el cultivo de maíz amarillo y seguir importando novillas del extranjero, según declaró al Ali, viceministro de Agricultura, en abril pasado. El Ministerio pretende “importar 1.000 cabezas de ganado, que se distribuirán entre las provincias de Deir e Zor y Alepo, logrando un equilibrio entre el ganado y el alimento disponible para estos”.

En búsqueda de alternativas

Asimismo, el precio de los forrajes tienden a ser elevados, más allá de su disponibilidad, con subvención se vende a unos 1.100 SYP (24 dólares) por kilo, siendo de igual forma insuficiente. Por ello, algunos ganaderos de Damasco y Reef Dimashq recurren a alimentar a sus animales con pan seco.

Uno de ellos es Fahad, un criador de ovejas de la ciudad de Moadamiyet al Sham, en la campiña occidental de Damasco. El precio de una tonelada de forraje de cebada es ahora de 1,5 millones de SYP (unos 336 dólares), frente a los 800.000 SYP (179 dólares) de 2021. El precio de una tonelada de heno producido en el país es de 1,2 millones de SYP (268 dólares), frente a los 112 dólares, comentó Fahad a Syria Direct.

El año pasado, un kilo de forraje importado se vendía a 1.500 SYP (unos 0,33 dólares), pero su precio se duplicó con creces, agregó Rahal. En la actualidad, la misma cantidad se vende en el mercado negro entre 3.500 y 4.000 SYP (unos 0,87-0,89 dólares).

Sin embargo, los precios del pan seco utilizado como alternativa también subieron, debido al aumento de la demanda y a que “el gobierno prohibió su almacenamiento y el comercio del mismo”, comentó Fahad. El coste de un kilo asciende a unos 900 SYP (0,20 dólares), mientras que antes era de unos 200 SYP (0,04 dólares). Es decir, el pan seco cuesta casi tanto como el forraje al que sustituye.

Por otro lado, en Damasco escaló varias veces el precio del forraje, alegando las sanciones impuestas al país. Las importaciones de forraje también se vieron afectadas por la guerra ruso-ucraniana. Como respuesta, el Estado recurrió al “racionamiento de forrajes” para que el heno subvencionado por el Estado estuviera a disposición de los ganaderos.

Ante esta realidad, los ganaderos recurren a alternativas como la cebada, el maíz amarillo y la paja, según explicaron varios de ellos a Syria Direct. Pero los precios de estas opciones también subieron. Según Hikmat Haddad, miembro del Comité de Criadores de Aves de Corral de Siria, al periódico pro Damasco al Watan, en marzo. El precio del maíz amarillo ascendió un 30%, ya que una tonelada cuesta ahora 1,65 millones de SYP en el puerto y 1,7 millones en el mercado. La harina de soja, subproducto de la extracción de aceite, ascendió un 25%, vendiéndose a 2,96 millones de SYP por tonelada en el puerto y a 3 millones de SYP a los consumidores.

Algunos ganaderos también utilizan granos y legumbres de “mala calidad” para el forraje, como lentejas negras, garbanzos y arroz de grano largo. “Los compramos a familias que reciben ayuda de organizaciones benéficas, ya que este tipo de artículos no son aptos para el uso humano. El uso exclusivo de forraje importado está fuera de su alcance, así que lo utiliza en ‘pequeñas cantidades, y junto a otras alternativas’”, explica Fahad. 

En el recinto de Fahad en Moadamiyet al Sham, las ovejas de Fahad están delgadas, sus cuerpos reflejan la realidad de la crisis ganadera en Damasco y su campo.

El régimen vincula el aumento de los precios de los forrajes a la guerra ruso-ucraniana, ya que ambos países son los principales proveedores de Siria. Según, Abdulkarim Shubbat, jefe de la Organización General de Forrajes del régimen, organismo estatal que distribuye forraje subvencionado a los agricultores sirios, en marzo. La OGF “importa maíz de Rusia, mientras que los comerciantes del sector privado lo hacían de Ucrania y otros países”, afirmó.

Pero el problema parece ir mucho más allá de la invasión rusa de Ucrania, y no puede reducirse a los altos costes de producción y a la incapacidad del régimen para importar las necesidades del mercado de otras fuentes. En diciembre de 2021, el sitio de noticias local Athr Press informó de una significativa escasez de forraje subvencionado en los almacenes de la provincia central siria de Homs, además de un deficiente almacenamiento. El sitio informó de que los forrajes nuevos no se distribuían correctamente y los viejos no se conservaban adecuadamente, como parte de un acuerdo de malversación de 2.000 millones de SYP (unos 478.000 dólares) en el que estaba implicado el jefe de los almacenes.

Un comercio con pérdidas

Cada una de las vacas de Abu Abdo en Harasta produce unos 30 litros de leche al día, valorados en unos 48.000 SYP (10,75 dólares). Para ese nivel de producción, “la vaca necesita 10 kilos de forraje y dos kilos de heno al día”, que cuestan unos 40.000 SYP (8,95 dólares). A veces, si el forraje es de mala calidad o si Abu Abdo no puede proporcionar un forraje nutritivo, la producción se reduce a 20 litros. Afirmando que “vendemos con pérdidas”.

El precio de un litro de leche es ‘muy bajo’ en comparación con los costes de producción y los precios de los productos lácteos. Por ejemplo, un kilo de labneh, cuesta unos 16.000 SYP (3,58 dólares). Aun así, tiene que vender su leche a los comerciantes a estos precios porque no puede fabricar [otros] productos o venderla al consumidor a precios más altos “debido a los altos costes de transporte” agregaba Abdo. 

Por otra parte, Rahal calcula que el cuidado de una vaca, en términos de forraje y medicinas, durante un mes le cuesta unos 1,2 millones de SYP (268 dólares), mientras que la venta de su rendimiento lácteo le reporta unos 1,8 millones de SYP (403 dólares). “Este rendimiento no es estable y depende de la disponibilidad de forraje nutritivo importado para el ganado. Cuando tiene que utilizar forraje local o pan seco, la producción de la vaca baja a la mitad” comentó Rahal.

A principios de este año, sucumbieron rebaños de ovejas en las provincias de Quneitra y Suwayda, en el sur de Siria, informó al Watan. Las muertes se relacionaron con el hambre, la falta de medicamentos, veterinarios y los altos precios del forraje en medio de una escasez de ‘racionamiento de alimentos’.

Dialogando de los problemas de la ganadería en Quneitra, Rushdi Bahaa al-Din, jefe del Sindicato de Veterinarios de Quneitra, comentó a al Watan que la situación económica de Siria lastima al sector ganadero. Los resultados incluyen “la aparición de enfermedades oportunistas y la reducción de la inmunidad, lo que repercute negativamente en la salud y la productividad de los rebaños”. 

Para los ganaderos como Rahal, “la ganadería se convirtió en una carga, si se tiene en cuenta su escasa rentabilidad económica y sus elevados costes de producción. Por eso decidió a principios de este año vender su rebaño y dedicarse a la agricultura” agregaba.

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Habib Shehada, máster en administración y licenciado en Ciencias Políticas. Es periodista, redactor desde 2016 especializándome en periodismo de investigación desde el Líbano.

N.d.T.: El artículo original fue publicado por Syria Untold el 19 de agosto de 2022.