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El Interprete Digital

Los cambiantes lazos de Oriente Medio se equilibran en una cuerda floja diplomática

Por Sinem Cengiz para Arab News.

El presidente de Israel, Isaac Herzog, es recibido en una recepción de Estado en el Palacio Presidencial de Turquía [Unidad de Portavoces del Presidente de Israel / Creative Commons]

Los acontecimientos posteriores a 2010 hicieron evolucionar los parámetros de las relaciones entre Turquía, Israel y algunos Estados del Golfo, en particular los EAU, planteando cuestiones sobre cómo podrían formar una relación triangular que podría ser beneficiosa a la hora de abordar cuestiones comunes.

[Se prohíbe expresamente la reproducción total o parcial, por cualquier medio, del contenido de esta web sin autorización expresa y por escrito de El Intérprete Digital]

La invasión de Irak por parte de Estados Unidos en 2003 desplazó el equilibrio de poder de Oriente Medio hacia los tres Estados no árabes -Turquía, Irán e Israel- creando un nuevo entorno estratégico. Este sufrió una transformación tras los levantamientos árabes, que desplazaron el centro de gravedad de la región hacia el Golfo, con estos países desempeñando un papel más activo en los asuntos regionales. Los acontecimientos posteriores a 2010 hicieron evolucionar los parámetros de las relaciones entre Turquía, Israel y algunos Estados del Golfo, en particular los EAU, planteando cuestiones sobre cómo podrían formar una relación triangular que podría ser beneficiosa a la hora de abordar cuestiones comunes.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció este mes que recibiría a su homólogo israelí, Isaac Herzog, para una visita oficial a mediados de marzo, y añadió que tanto Turquía como Israel están deseosos de reconstruir los lazos, tensos desde hace años. Aunque la presidencia israelí se considera un papel en gran medida ceremonial, la invitación y su esperada visita señalan un acercamiento que probablemente esté impulsado por fuertes intereses mutuos y preocupaciones comunes.

En medio de los anuncios procedentes de Ankara, Herzog también realizó una visita histórica a los Emiratos Árabes Unidos, que normalizaron sus lazos con Israel en virtud de los Acuerdos de Abraham en 2020. Este viaje puso de manifiesto las florecientes relaciones entre ambos países, ya que cada uno de ellos puso sobre la mesa varios temas de cooperación conjunta, de los que Turquía también puede formar parte. En vísperas de la visita de Herzog a Abu Dhabi, tres miembros del Consejo Nacional Federal de los EAU visitaron el parlamento israelí, convirtiéndose en la primera delegación emiratí que acude allí desde la firma de los Acuerdos de Abraham.

En este contexto, la visita de Erdogan a los EAU adquiere una importancia especial. En su primer viaje de este tipo en casi 10 años, el presidente turco corresponderá a la visita del príncipe heredero de Abu Dhabi, el jeque Mohamed bin Zayed Al-Nahyan, a Turquía el pasado mes de noviembre, en la que se firmaron varios acuerdos de inversión y cooperación.

Estas visitas de alto nivel se producen en un contexto de aumento de las tensiones entre las principales potencias, en particular Estados Unidos y Rusia, lo que indica que hay temas cruciales en los ámbitos económico y de seguridad que sirven de motor a su relación triangular.

La primera área de interés y preocupación mutua es Siria. Tanto Israel como Turquía son vecinos inmediatos de Siria. Mientras que a Tel Aviv le preocupa el conflicto que emana del sur de Siria, a Ankara le preocupa el futuro del norte del país. Así, la propia experiencia de Israel con los ataques transfronterizos lleva a una comprensión mutua de los retos a los que se enfrenta Turquía en Siria.

En segundo lugar, tanto Turquía como Israel tienen un interés estratégico en el acuerdo de posguerra que surja en Siria y apoyan un proceso de transición política. Dado que el régimen de Assad volvió a consolidar su autoridad en los territorios previamente perdidos por las fuerzas de la oposición en la mayor parte del país y que no hay alternativas a su gobierno, tanto Turquía como Israel reconocieron las nuevas realidades y adoptaron un enfoque más pragmático hacia la cuestión siria.

Los recientes acercamientos de los EAU a Siria podrían leerse dentro de este contexto. En diciembre de 2018, los EAU reabrieron su embajada en Siria y enviaron a su ministro de Asuntos Exteriores a reunirse con Bashar Assad en Damasco el pasado noviembre. Las consideraciones económicas juegan un papel central en la reciente diplomacia de los EAU con el régimen sirio. El restablecimiento de las relaciones con Damasco, no sólo desde el punto de vista político, sino también económico, es importante, especialmente en lo que respecta a la reconstrucción de Siria. Así, esta última cuestión es ahora un terreno común en la relación Turquía-EEUU-Israel.

La segunda área de interés y preocupación mutua es Irán. No mucho después de la llegada de Herzog a los EAU, los Houthis de Yemen dispararon un misil balístico hacia los EAU. El Ministerio de Defensa emiratí dijo que interceptó y destruyó el misil y Ankara condenó el ataque. Por lo tanto, un segundo objetivo relacionado es que el triunvirato desea limitar la influencia de Irán en Siria y en la región, especialmente en medio de las conversaciones sobre un nuevo acuerdo nuclear entre Estados Unidos e Irán, que podría cambiar de nuevo el equilibrio de poder regional.

En tercer lugar, las preocupaciones económicas acercan a las tres partes en un momento en el que se cuestiona el futuro de las importaciones de petróleo y gas de Rusia e Irán. Erdogan indicó que quiere que Turquía participe en la importación de gas israelí a Europa, y dijo que en marzo se celebrará un debate sobre la cooperación energética con Tel Aviv.

Por último, aunque las tres partes fueron estrechas aliadas de Estados Unidos durante años, sus relaciones bilaterales con Washington sufrieron altibajos durante las administraciones anteriores. Además, la política distante de la administración Biden hacia Oriente Medio sugiere que los lazos entre Turquía, Israel y los EAU pueden fortalecerse aún más.

Sin embargo, a pesar de todos estos objetivos comunes, siguen existiendo varios retos. El futuro de esta relación triangular depende de la interacción de factores enfrentados tanto en el ámbito político interno de cada país como en la región en general.

Sin embargo, lo más necesario para el éxito de este triángulo de cooperación es que las tres partes caminen por la cuerda floja diplomática y gestionen ciertos aspectos de continuidad y cambio en una región volátil, evitando al mismo tiempo pequeños cálculos políticos internos que puedan entorpecer la relación.

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Sinem Cengiz es una analista política que se especializa en las relaciones de Turquía con el Medio Oriente.

N.d.T.: El artículo original fue publicado por Arab News el 11 de febrero de 2022.