Por Sabbena Siddiqui para The New Arab
Después de estar más de un año en un punto muerto, hay indicios de que Pakistán y Arabia Saudí se están encaminando hacia un reinicio de las relaciones. Durante su primera conversación telefónica en dos meses, el Príncipe Heredero saudí Mohammed bin Salman invitó a finales de marzo al Primer Ministro de Pakistán, Imran Khan, a visitar el Reino y el líder pakistaní aceptó la oferta.
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El Ministro de Relaciones Exteriores paquistaní, Shah Mehmood Qureshi, mientras tanto, visitó Egipto a principios de este año para establecer lazos comerciales más fuertes y discutir oportunidades de inversión. Dado que El Cairo es percibido como un aliado cercano de Arabia Saudí, es probable que sea una señal de que Riad e Islamabad están de vuelta en la misma página.
Lo que es más importante, Riad también retiró su solicitud de que Pakistán reembolse la tercera parte de un préstamo de 3 mil millones de dólares. El año pasado, cuando los lazos bilaterales se deshilacharon, Arabia Saudí había exigido con poca antelación que Islamabad hiciera un reembolso anticipado del dinero, que formaba parte de un paquete de rescate financiero de 6 mil millones de dólares.
Los malentendidos entre ambos países comenzaron en agosto de 2019 cuando la India derogó el artículo 370 y eliminó el estatus especial de la parte en disputa de Cachemira bajo su control. Pakistán expresó su decepción por la respuesta de la Organización de Cooperación Islámica (OCI) encabezada por Riad al respecto y fundó un nuevo bloque musulmán junto con Turquía, Malasia, Irán y Qatar.
Debido a la presión de Riad, el Primer Ministro de Pakistán, Imran Khan, no asistió a la primera cumbre del nuevo foro. Seis meses más tarde, sin embargo, el Ministro de Relaciones Exteriores pakistaní exigió que la OCI celebrara una reunión de ministros de relaciones exteriores para discutir Cachemira o Islamabad tendría que mirar más allá del Estado árabe en busca de apoyo. Poco después de esto, Riad exigió la devolución de su préstamo. Ahora las relaciones entre Arabia Saudí y Pakistán están mejorando, pero la razón parece ser que los lazos de Riad con otros países están cambiando.
Desde que el Gobierno de Biden llegó al poder, Riad se encuentra bajo presión para implementar reformas de derechos humanos. Poco después de la asunción del demócrata, un informe de inteligencia estadounidense desclasificado sobre el asesinato del periodista Jamal Khashoggi afirmó que el Príncipe Heredero saudí era cómplice.
En este momento delicado, Arabia Saudí recibió el apoyo total de Islamabad hacia el liderazgo saudí. Al hacer suya la posición del Reino al respecto, el Ministerio de Relaciones Exteriores del Pakistán expresó su solidaridad y dijo: “El Gobierno saudí subrayó, además, que adoptó todas las medidas posibles dentro de su sistema jurídico para garantizar que las personas responsables sean debidamente investigadas, sentenciadas, condenadas y que se haga justicia”.
Otro factor es Irán. El Ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, concretó recientemente el tan esperado acuerdo de asociación estratégica de 25 años con Teherán durante una reciente gira por Medio Oriente. Además, Washington está cada vez más cerca de llegar a un entendimiento sobre el acuerdo nuclear del Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC). Si esto sucede, Irán se beneficiará tanto de China como de Estados Unidos, así como de la relajación de las restricciones económicas.
“El ‘reset’ (con Pakistán) llega en un momento en que Arabia Saudí tiene que posicionarse mejor en términos geopolíticos con respecto a Irán y China durante el mandato del nuevo presidente de Estados Unidos”, dijo a The New Arab Lukasz Przybyszewski, analista de Asia Occidental para el Centro de Investigación de Asia en la Academia de Estudios de Guerra de Varsovia. “La perspectiva de una reconstitución del PAIC está presionando a Riad para que esté dispuesto a desalentar cualquier convergencia más profunda de intereses económicos entre Irán y Pakistán”, explicó.
De hecho, Riad mostró un renovado interés en la construcción de una refinería Aramco de 10 mil millones de dólares y una ‘ciudad del petróleo’ petroquímica en 88.000 acres de tierra (unas 35.612 hectáreas) en Gwadar, en la costa sudoccidental de Baluchistán. Arabia Saudí aparentemente quiere retener influencia en Pakistán, que también tiene la segunda población chií más grande del mundo después de Irán.
Riad mejoró, además, sus vínculos con Pekín. El Ministro de Relaciones Exteriores de China visitó el Reino en marzo, donde se debatió una amplia asociación estratégica sino-saudí, junto con un acuerdo de libre comercio. Ambas partes acordaron llevar su compromiso empresarial más allá de la línea de Visión 2030 de Arabia Saudí.
Pekín tiene estrechos vínculos con Islamabad y el corredor insignia de la Iniciativa de Carreteras y Cinturón de China (BRI) pasa por Pakistán. Incluso Arabia Saudí es un importante país de la BRI, por lo que China puede fácilmente mediar malentendidos entre Riad e Islamabad.
Notablemente, aunque los vínculos indo-saudíes estuvieron en una trayectoria ascendente en los últimos años, hay una falla técnica. Según un informe de la Agencia Internacional de Energía, India será el mayor mercado de consumo de energía desde ahora hasta 2040. Mostrando su influencia, Nueva Delhi decidió reducir la dependencia de Oriente Próximo, ya que la Organización de Países Exportadores de Petróleo y Grandes Productores (OPEP+) trató de mantener los recortes de producción.
Con la intención de reducir las importaciones de Arabia Saudí en una cuarta parte a partir de este mes de mayo, la India adquirirá 10,8 millones de barriles en lugar del promedio mensual de entre 14,7 y 14,8 millones. Recientemente, el Ministro de Energía saudí, el Príncipe Abdulaziz bin Salman, reconoció que los recortes de producción pusieron a Aramco “en dificultades con algunos de sus socios”.
Tales desarrollos podrían reducir la influencia de los grandes productores como Arabia Saudí y hacer más probable que Riad trate de equilibrar los lazos con India y Pakistán. La consultora Eurasia afirmó: ”Hasta hace poco, el equilibrio de poder se inclinaba hacia Arabia Saudí, pero cada vez más, la India está utilizando el acceso a su mercado y la diversidad de opciones para presionar a Arabia Saudí. Para Riad, perder cuota de mercado en un entorno global en el que la mayoría de las economías desarrolladas ya están viendo su demanda de petróleo declinar debido a la implementación de políticas verdes, sería un golpe”.
Otro factor importante es la defensa. La recalibración de la relación entre Estados Unidos y Arabia Saudí continúa, y Washington recientemente retiró tres baterías de misiles Patriot de Arabia Saudí, dejándola sin un escudo de defensa aérea. Desde el punto de vista de Riad, esta medida sólo puede beneficiar a Irán.
Al parecer, la Administración Biden también podría poner fin al despliegue permanente de un portaaviones en la región. No está claro cómo Riad planea resolver este problema de seguridad, pero puede necesitar a Islamabad para apoyo moral.
“Los aspectos militares y de seguridad están en la base de los lazos entre el Reino y Pakistán, por lo que seguirán siendo el motor clave en cualquier cálculo futuro”, dijo Przybyszewski a The New Arab. “Sin embargo, Riad no tendrá ningún interés en apoyar a Islamabad en ninguna otra cuestión que las relacionadas con Irán y Afganistán y las propias necesidades de seguridad nacional de Arabia Saudí”, agregó. “Aparte de eso, el Reino tiene poca necesidad geopolítica de recurrir a otros niveles de cooperación con Pakistán en términos de seguridad y militar que no sean tácticos, porque los principales socios estratégicos para equilibrar las relaciones de Riad con Pekín serán la India y Estados Unidos”, subrayó.
Por lo tanto, es poco probable que los vínculos bilaterales vuelvan a lo que el ex Jefe de Inteligencia saudí, el Príncipe Turki bin Faisal, una vez describió como “una de las relaciones más estrechas del mundo entre dos países sin ningún tratado oficial”. Después de una fase de estancamiento, las relaciones entre Arabia Saudí y Pakistán están evolucionando de acuerdo con nuevos cambios geopolíticos y reajustes en la región.
“Desde un punto de vista realista, las relaciones entre Pakistán y Arabia Saudí no estaban en crisis el año pasado, sino que estaban experimentando un reordenamiento intensivo”, estimó Przybyszewski. ”2020 fue sólo otro hito después de una década de distanciamiento en términos estratégicos. Las medidas adoptadas por Riad el año pasado permitieron a Islamabad proceder con confianza a reequilibrar sus relaciones políticas y económicas exteriores”, concluyó.
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Sabena Siddiqui es periodista de relaciones exteriores, abogada y analista geopolítica especializada en la China moderna, la Iniciativa de la Franja y la Ruta, Oriente Medio y Asia Meridional.
N.d.T.: El artículo original fue publicado por The New Arab el 14 de abril de 2021.