Saltar al contenido

El Interprete Digital

Derechos

Una estrategia para ayudar a Irak a encontrar a más personas desaparecidas

Los partidos políticos en Irak están en proceso de formar un nuevo gobierno luego de las elecciones de octubre. La administración entrante enfrentará enormes desafíos. Hay un área, sin embargo, en la que las autoridades recién designadas pueden lograr un progreso inmediato y significativo: pueden implementar una estrategia efectiva para dar cuenta de los cientos de miles de iraquíes desaparecidos como resultado de cuatro décadas de conflicto, violaciones de derechos humanos y otras atrocidades.

En Egipto algunos se ven obligados a canjear la ciudadanía por la libertad

El 8 de enero, el activista egipcio-palestino Ramy Shaath llegó a París después de que las autoridades egipcias lo liberaran de la cárcel y lo deportaran después de más de 900 días en prisión preventiva. Salió del aeropuerto Charles de Gaulle con su esposa Celine Lebrun-Shaath ante una multitud de simpatizantes que lo vitoreaban. Pero las condiciones de su liberación no fueron motivo de celebración  — Shaath se vio obligado a renunciar a su ciudadanía egipcia a cambio de su libertad.

Tarjeta roja para los hipócritas del mundo del deporte

palestinos, el deporte es un aspecto fundamental de su cultura popular y, dado que la cultura palestina es un objetivo en el actual ataque israelí contra la vida palestina en todas sus manifestaciones, los deportes y los atletas fueron blancos deliberados. Sin embargo, el organismo rector del fútbol mundial, la FIFA, junto con otras organizaciones deportivas internacionales, no hicieron nada para responsabilizar a Israel por sus crímenes contra el deporte palestino.

El trauma persistente de Gaza

La mayoría de los niños en Gaza experimentan trastorno de estrés postraumático (TEPT), y esto también afectó a los niños de la familia de Ahmed Dremly, que observa a su primo, el pequeño Mansour, luchar para sobrellevar la pérdida de su abuelo.

Mujeres afganas: otra vez al margen

Como mujer afgana de 21 años, soy demasiado joven para recordar la vida bajo el primer régimen talibán. Todo lo que tengo para comparar la situación actual es mi vida antes del verano pasado, cuando mis hermanas y yo todavía teníamos nuestros derechos. No era perfecto en ese entonces, pero al menos podíamos soñar. Ahora incluso nuestros pensamientos son vigilados.