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El Interprete Digital

Palestina y patriarcado — el contenido dual de la nueva novela de  Susan Abulhawa

Por Bill Mullen para Mondoweiss

Manifestación en apoyo a Palestina, Túnez. [Brahim Guedich/ Creative Commons]

AGAINST THE LOVELESS WORLD 

(Contra un mundo desamorado), una novela de Susan Abulhawa. 

La lucha por la liberación nacional ha arrojado una galería nutrida de héroes, principalmente masculinos, que a menudo vienen a nuestra mente: Ho Chi Minh, Che Guevara, Patrice Lumumba. Para el observador a distancia, esto se replica también en el caso de la lucha por la  liberación palestina, cuando hablamos sobre Leila Khalid, rostro de la resistencia palestina que siempre sale vistiendo pantalones [N.d.T.: como una demostración de la valentía femenina de las palestina]. 

[Se prohíbe expresamente la reproducción total o parcial, por cualquier medio, del contenido de esta web sin autorización expresa y por escrito de El Intérprete Digital]

Susan Abulhawa busca superar y alterar estos lugares comunes, en su nueva excepcional  novela: Against the Loveless World. La heroína revolucionaria de Abulhawa es mujer y una trabajadora sexual cuya conciencia revolucionaria emerge, no de empuñar un arma sino de padecer el infierno del colonialismo sexista, el patriarcado, la homofobia y violencia machista.  

El libro explora la historia palestina post-Nakba, como una continuación de la lucha de las mujeres y, en menor medida, también la lucha del colectivo homsexual palestino, para hacerse con un lugar y espacio en la lucha de liberación palestina. 

La novela de Abulhawa tiene lugar en los eventos contemporáneos cruciales para la Palestina moderna: la Nakba de 1948, la invasión de Saddam Hussein a Kuwait en 1990, los Acuerdos de Oslo de 1993, y la primera y segunda Intifada. Aún así, Abulhawa, estratégicamente establece el marco histórico (con letra mayúscula)  para poner en primer plano la esfera íntima y de género del despertar revolucionario de Nahr.

Su despertar inicia con su padre, quien queda separado del seno familiar por la guerra de 1967, emprendida por Israel. El se relaciona con varias mujeres que ella nunca conoce y nombra a Nahr por una de ellas. 

Desplazada y desposeída ella misma en Kuwait, Nahr termina siendo bailarina y trabajadora sexual tanto para sobrevivir como para recaudar dinero para que su hermano, Jehad, vaya a la universidad. Ella es agredida sexualmente en el trabajo por un grupo de hombres la noche en que Hussein invade Kuwait.

Sin embargo, Um Buraq, la mujer que recluta laboralmente a Nahr, se vuelve su protectora también, además de su tutora política y su respaldo económico. Se conocen luego de que concluya el matrimonio abusivo de Nahr, a manos de Mhammad Jalal AbuJamal, un rebelde de trayectoria legendaria que obnubila a primera vista a Nahr .  

Um Buraq, también abandonada, ama a  Nahr, a la vez que le pide que no confíe en los hombres.  “Hasta que conocí a Um Buraq”, piensa Nahr, “nunca se me había ocurrido cuestionar y pensar que el patriarcado no era más que el orden natural preestablecido. Es la primera mujer que conozco que realmente odia a los hombres y lo dice sin pedir disculpas.”

Nahr busca la forma de reinterpretar los hechos en su vida.  Llega a odiar a  Mhammad, y los hombres que han abusado de ella.  Denuncia lo abusivo de su matrimonio.  Comienza a interpretar así, la vida de su madre y su abuela, no solo como la opresión patriarcal, sino como también el resultado de la opresión a Palestina. 

Así, la heroína palestina revolucionaria de la novela de Abulhawa es tanto una mujer como una trabajadora sexual, cuya conciencia revolucionaria no emerge de portar un arma, sino del infierno del colonialismo y la violencia machista

La toma de conciencia de Nahr es puesta a prueba cuando conoce a Bilal, líder del partido comunista palestino, luchador por la libertad y hermano de  Mhammad. Comienza a comprender otros aspectos, ya de índole política, sobre Muhammad que acrecientan su odio hacia el. 

Aquí  Abulhawa despliega un tema introducido tempranamente en la novela: la energía de Nahr para la danza—lo que ella denomina “caos”—pero que puede ser usado como una palanca política.  Nahr logra persuadir a  Bilal en cuanto a utilizar tácticas “poco ortodoxas” para atrapar a los ocupantes israelíes.  Lo logran con éxito, pero eventualmente Nahr, Bilal y otros miembros de la célula son aprisionados.  Nahr es alojada en una prisión israelí conocida como “EL CUBO” desde donde relata la historia que seguimos. 

Este relato descarnado de Abulhawa es lo que vuelve a su narrativa convincente , cuando la novela toca ideas interesantes sobre la vida de las mujeres palestinas, posterior a la Nakba; convirtiéndose en una novela resiliente. Al tener a Nahr narrando su propia historia, Abdulhawa le dá una voz simbólica  a miles de prisioneros políticos palestinos, mantenidos en cautiverio en la diáspora (Es significativo que Bilal lleve el apellido de Mumia Abu-Jamal, el preso afroamericano actualmente en el corredor de la muerte en Pensilvania). En las manos de Abulhawa, la celda de aislamiento que mata el alma de Nahr se transforma en un espacio de imaginación crítica y resistencia literaria.

El tema de la escritura como resistencia también se manifiesta como parte del despertar político de Nahr. Después de aprender a leer, Bilal le presenta los escritos de James Baldwin. De hecho, la novela de Abulhawa toma su título del libro de Baldwin de 1963 The Fire Next Time, su manifiesto que llama a la destrucción del racismo en los EE. UU. y a una especie de amor político negro “contra el mundo sin amor”. Esta línea del libro también resuena con el propio despertar político de Nahr y se convierte en una especie de mantra para la novela: “Estar comprometido es estar en peligro”.

La contribución más importante de la novela, es su representación radical y valiente sobre la vida de las mujeres palestinas. La historia de Nahr está dirigida a que veamos dentro de los innumerables espacios de la diáspora palestina el significado de vidas, que de otro modo, podrían desaparecer. Es un homenaje a los cientos y miles de mujeres “sin rostro” que lucharon contra el sionismo en la Nakba, portaron armas y socorro durante la primera y segunda intifadas, y que a menudo acaban en prisión. De hecho, el grupo de derechos humanos y apoyo a los presos Addameer estima que 10.000 mujeres palestinas han sido encarceladas desde la guerra de 1967.

Al mismo tiempo, la recuperación y el despertar político de Nahr se debe tanto a su red de apoyo matrilineal como a su educación política formal. Al final del proceso de despertar político de Nahr, ella es tanto la mentora política del revolucionario Bilal como él de ella. Es este proceso dialéctico recíproco el que constituye su propio amor contra un “mundo sin amor”.

El libro de Abulhawa es una poderosa contribución feminista a la literatura palestina. Su libro nos dice que la lucha por la liberación sexual y la descolonización del poder patriarcal, no están separadas sino que son parte integral de la lucha por la liberación nacional. Ha dado a los lectores de literatura palestina un nuevo y hermoso horizonte dentro del cual imaginar la libertad.

[Se prohíbe expresamente la reproducción total o parcial, por cualquier medio, del contenido de esta web sin autorización expresa y por escrito de El Intérprete Digital]

Bill V. Mullen es profesor de Estudios Americanos en Purdue. Es miembro del colectivo organizador de USACBI (United States Campaign for the Academic and Cultural Boycott of Israel).

N.d.T.: El artículo original fue publicado por Mondoweiss el 24 de agosto de 2020.