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El Interprete Digital

La situación de los cristianos de Medio Oriente merece más atención

Por Ray Hanania para Arab News

Basílica de la Natividad en Belén, Palestina, donde se cree que nació Jesús. [Lawrence OP / Creative Commons]

La crisis mundial de los refugiados sigue creciendo, con estas personas empobrecidas y desamparadas abandonadas a su suerte sin que la comunidad internacional haga mucho ruido. A finales de 2021, existían más de 89 millones de personas desplazadas en el mundo, las que se vieron obligadas a abandonar sus hogares pero permanecen en su país de origen, y otros 27 millones de refugiados, los que abandonaron sus países y viven únicamente de la exigua ayuda caritativa de un puñado de naciones y organizaciones. 

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Otra crisis tiene que ver con el destino de los cristianos de Medio Oriente, lo que resulta irónico si se tiene en cuenta que esta religión comenzó en el corazón del Levante hace más de 2000 años. Los cristianos de Medio Oriente están desapareciendo lenta pero continuamente. Sin embargo, se les presta aún menos atención que a los refugiados. 

Aunque las cifras muestran un descenso drástico de la población cristiana total en la región, la situación es aún peor de lo que parece. Los datos muestran que los cristianos representan actualmente sólo un 5% de la población de Medio Oriente, lo que supone un descenso con respecto al 20% de principios del siglo XX.

Sin embargo, eso no presenta una imagen exacta de la crisis, considerando que la tendencia a la baja no tiene en cuenta el potencial de crecimiento de la comunidad. Lo que quiero decir es que si la población cristiana de alrededor un 20% hubiera prosperado en lugar de ser perseguida, probablemente la población sería ahora mayor.

No obstante, la persecución y la violencia de grupos terroristas como Daesh, la opresión en Israel y la discriminación cotidiana por ser una minoría obligaron a los cristianos a buscar otras vías de supervivencia. Chipre tiene la mayor población cristiana de la región, mientras que sólo dos países árabes dan a los cristianos un estatus especial: Jordania y Líbano.

El rey Abdullah II de Jordania, que mostró una gran preocupación por los cristianos de Medio Oriente, expresó el martes su indignación durante su discurso en la 77ª sesión de la Asamblea General de la ONU. Criticó el modo en que Israel abusa de los cristianos, y de otros, en la ciudad de Jerusalén, considerada la cuna del cristianismo junto con Belén. 

Las preocupaciones de Abdullah constituyeron casi todo el discurso público sobre el destino del cristianismo en Medio Oriente. Y ese es el mayor de los problemas. Nadie habla de la desaparición de los cristianos. No sólo el mundo árabe o Israel enmudecieron, sino también el llamado mundo cristiano, que incluye a Europa y Estados Unidos. Su silencio es en sí mismo una tragedia.

No hubo ni una palabra del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el líder gubernamental cristiano más poderoso del mundo, o de Europa, donde el cristianismo encontró su base más fuerte.

No se puede señalar con el dedo al mundo árabe, asolado por la violencia, las guerras civiles y los conflictos, y donde los refugiados se convirtieron en la principal preocupación de la región. Asimismo, el Líbano es un desastre, por lo que no espero que la sociedad disfuncional de ese país sea capaz de centrarse en las necesidades de los cristianos en un futuro próximo.

Israel dice preocuparse por los cristianos, pero no hace nada por ellos. Los promovedores israelíes afirman falsamente en sus enormes campañas de relaciones públicas que los cristianos son tratados mejor en Israel que en el mundo árabe. Sin embargo, la verdad es que los cristianos sufren tanto como los musulmanes y otros no judíos en Israel y están sometidos a la misma discriminación de apartheid.

Sólo Abdullah encontró hasta ahora el tiempo para atender sus necesidades, elevando el tema al centro de atención mundial, aunque sólo sea por unos minutos antes de ser eclipsado por otros grandes desafíos. 

El destino de los cristianos de Medio Oriente no está incluido en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, que identifican 17 grandes retos que deben abordarse para 2030. Por supuesto, nada es perfecto, pero la situación general puede mejorar considerablemente.

Otra causa de su desaparición es su propio fracaso: su incapacidad para unirse de forma significativa y aprovechar la enorme influencia del mundo cristiano en general fuera de Medio Oriente para reforzar sus voces.

¿Cómo pueden los cristianos exigir que el mundo árabe les preste atención cuando el mundo cristiano no lo hace? Los cristianos deben organizarse mejor y dejar de lado sus diferencias. Tienen que exigir que se restablezca la presencia cristiana de manera significativa, con comunidades rehabilitadas en Jerusalén y Belén.

Necesitan una voz fuerte que abogue por su supervivencia, porque, si desaparecieran de su Medio Oriente, su espíritu comenzaría a erosionarse en todo el mundo.

El cristianismo se basa en los milagros de la fe que tuvieron lugar en Medio Oriente. Es necesario reforzar y respetar esos acontecimientos, demostrando que la historia de los cristianos forma parte de la historia del mundo árabe.

También ayudaría a los cristianos que la comunidad islámica volviera a poner el acento en el poder que fue Medio Oriente, simbolizado por la simple palabra ‘árabe’.

Somos árabes. Y lo que nos ocurre como árabes es lo que debería preocuparnos a todos. Esa podría ser la única manera de salvar a los cristianos de Medio Oriente de la extinción.

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Ray Hanania es un galardonado exrreportero y columnista político de la Alcaldía de Chicago. 

N.d.T.: El artículo original fue publicado por Arab News el 23 de septiembre de 2022.