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El Interprete Digital

¿Quién controla las instituciones religiosas de Egipto?

Por Aida Salem para Mada Mars

Oración de Ramadán en El Cairo, Egipto. [Chaoyue Pan / Creative Commons]

Mokhtar Gomaa, ministro de Asuntos Religiosos y miembro más antiguo del gabinete, levantó las cejas en su ministerio en mayo, cuando pidió a sus ayudantes que preparen una lista de propiedades que pudieran ser atractivas para los inversores extranjeros para ayudar al Estado a generar dinero, según una fuente del ministerio. 

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La lista contiene activos en El Cairo y Alejandría, incluyendo tierras agrícolas y parcelas inmobiliarias. Forman parte de un amplio conjunto de dotaciones que, según declaraciones oficiales, superan el billón de libras esterlinas en valor y se remontan al gobierno de Mohamed Alí en 1835, cuando las dotaciones religiosas estaban organizadas bajo una sola autoridad.  Entre ellas se encuentran las dotaciones cuyos beneficios se destinan a fines benéficos, los bienes cuyos beneficios se destinan a la comunidad de un dotador, así como las dotaciones compartidas con rasgos tanto benéficos como comunitarios. 

La lista de Gomaa se produjo en medio de una controversia en curso en torno a la inclusión de algunas dotaciones religiosas en la cartera del fondo soberano de Egipto, una medida que fue negada oficialmente por el Gabinete en 2019.  Sin embargo, el Gabinete sí dijo en ese momento que la Autoridad de Asuntos Religiosos de Egipto, que maneja los activos de las dotaciones dentro del ministerio, buscaría maximizar sus ingresos invirtiendo en algunos de sus activos de tierras.

La medida del ministro está en plena sintonía con la presidencia, cuyo control sobre el ministerio y sus dotaciones se manifiesta cada vez más en formas que no eran posibles de reproducir con la relativamente más independiente autoridad de Al Azhar.

A lo largo del último año, la oficina del presidente Abdel Fattah Al Sisi emitió varias declaraciones sobre reuniones entre él y Gomaa establecidas para discutir “la maximización de los beneficios de las dotaciones”. En 2020, las enmiendas legales permitieron a la Autoridad de Asuntos Religiosos gestionar e invertir los activos. 

En 2021, se estableció el Fondo de Asuntos Religiosos de Egipto, que sería gestionado directamente por el Gabinete con el propósito de agregar todos los excedentes de las dotaciones y dirigirlos hacia las prioridades determinadas por el gobierno.

Sin embargo, “esto es muy controvertido”, dice a Mada Masr un investigador especializado en instituciones religiosas bajo condición de anonimato.

“Todos los planes de venta de dotaciones para ayudar a generar fondos que sirvan para cualquier otro propósito que no sea el estipulado en el plan original de esas dotaciones son simplemente una violación de los fundamentos de las normas islámicas. Por definición, una dotación es una propiedad asignada para un fin específico por su propietario; cambiar la finalidad de la dotación, por no hablar de vender la propiedad, es una contradicción flagrante de la sharía”, agrega.

El intento del Estado de controlar las dotaciones para fines distintos de su naturaleza comunitaria no es nuevo. En los años 50 y 60, Nasser, como parte de su política de imponer un estricto control estatal sobre todos los aspectos de la vida, despojó al ministerio de su autoridad sobre las dotaciones. Los ministerios de Agricultura y Reforma Agraria, Educación y Sanidad se hicieron con el control de una gran parte de los bienes, que se destinaron a las reformas programáticas de Nasser.  Esta medida, según el investigador, se presentó a la opinión pública y a los empleados del ministerio de la época como un intento de hacer que las dotaciones fueran más beneficiosas para los pobres.

Desde mediados de la década de 1970, las dotaciones fueron gestionadas en su mayoría por la Autoridad de Asuntos Religiosos que creó el expresidente Anwar Al Sadat, invirtiendo parcialmente las asignaciones realizadas a otros ministerios. Con esta medida, Sadat parecía ser más respetuoso con las normas de la sharía.  La objeción a la posible venta de dotaciones vino principalmente de Al Azhar, según una fuente de la institución. 

Según esta fuente, así como una fuente del Ministerio de Asuntos Religiosos, que hablaron bajo condición de anonimato, el Gran Imán de Al Azhar, Ahmed Al Tayyeb, dejó en claro a la autoridad ejecutiva que no podría aprobar la manipulación de los activos y propiedades de las dotaciones. Aunque Al Azhar no tiene control sobre las dotaciones, cualquier legislación que las ponga bajo el control de cualquier organismo requeriría la aprobación de la institución para garantizar el cumplimiento de la sharía.

Pero no es la primera vez que Al Azhar se posiciona en contra de las directivas estatales. En 2017, la institución adoptó una postura firme contra un proyecto de ley para utilizar los fondos y activos de las dotaciones para ayudar a construir hospitales y escuelas, según la fuente de Al Azhar.  Y según la fuente del ministerio, el proyecto de ley propuesto también fue criticado dentro del ministerio, pero el ministro obtuvo el apoyo de algunos destacados clérigos musulmanes, como Ali Gomaa y Osama Al Azhary, conocidos por su cercanía a la presidencia. Este sector del clero argumentó que no va en contra de la sharía la reconversión de las dotaciones en vista de la evolución socioeconómica, siempre que se mantenga el objetivo de la caridad.

El mismo Ali Gomaa, destacado clérigo sufí que ejerció de Gran Muftí desde 2003 hasta febrero de 2013, fundaría Masajid en 2021 para proseguir la renovación de las mezquitas, especialmente las que se dice que están relacionadas con miembros de la familia del profeta Muhammad. Trabajó en coordinación con la Autoridad de Ingeniería de las Fuerzas Armadas, que fue un contratista clave de varios proyectos de desarrollo nacional. Masajid está presidida por Naizy Sallam, que también preside el banco de alimentos de Misr Al Khair, una organización sin ánimo de lucro presidida por Ali Gomaa que recibe importantes donaciones. Masajid asumió recientemente la restauración de la mezquita de Hussein con fondos de los Dawoodi Bohras, una secta chiita de la India, lo que enfureció a algunas figuras salafistas, ya que las renovaciones llevaban claras huellas chiitas en los interiores de la mezquita, según una fuente cercana a Masajid. La misma fuente afirma que el principal motivo de Gomaa para fundar Masajid era intentar aumentar la popularidad de Sisi entre la amplia comunidad sufí, un colectivo clave para el derrocado presidente Hosni Mubarak que se preocupa por estas mezquitas.

Otra polémica en torno a Mokhtar Gomaa, ministro de Asuntos Religiosos, surgió a principios de este año, según una fuente del ministerio, cuando algunos percibieron internamente que había manejado mal la organización del tahajjud, una oración nocturna muy concurrida en mezquitas y espacios públicos durante los últimos diez días del mes de Ramadán. Tras el inicio del mes, el 2 de abril, Gomaa anunció sus planes de prohibir el rito, alegando las medidas de precaución de COVID-19. La decisión fue recibida con enfado por el público en las redes sociales, especialmente porque la mayoría de las medidas relacionadas con la COVID-19 ya se habían levantado para entonces, dice la fuente del ministerio.

La fuente dice que Gomaa desestimó los consejos de algunos de sus ayudantes en contra de la decisión, argumentando que fue impulsada por la Agencia de Seguridad Nacional, que, añade la fuente citando a Gomaa, está preocupada por las posibles movilizaciones contra la subida de precios por parte de las grandes masas que asisten a las oraciones. 

Poco después de que Gomaa anunciara su decisión, Tayyeb decidió abrir la mezquita de Al Azhar para las oraciones vespertinas durante los últimos 10 días de Ramadán. A diferencia de otras mezquitas, Al Azhar es una institución independiente que no depende del Ministerio de Asuntos Religiosos.

Como compromiso, el aparato de seguridad sugirió que todas las mezquitas, Al Azhar y las que dependen del Ministerio de Asuntos Religiosos, podrían abrir para las oraciones durante tres noches consecutivas. Sin embargo, según la fuente del ministerio, esta solución intermedia no libró a Gomaa de las fuertes críticas de su ministerio por ajustarse a las instrucciones de seguridad. Según la fuente del ministerio, los organismos de seguridad se alarmaron por la asistencia masiva a las mezquitas para las oraciones del Eid al Fitr el 2 de mayo. Ni Gomaa ni el aparato de seguridad, “querían ver a un número tan grande acudiendo a las oraciones del amanecer, ni desean que esto se repita [durante el Eid al Adha] en julio”.

La misma fuente afirma que Gomaa se estaba reuniendo con oficiales de seguridad para preparar las oraciones del Eid al Adha del 9 de julio cuando se publicó la declaración sobre el sermón. Asimismo, la fuente del ministerio afirma que existe una estrecha coordinación entre los ministerios de Dotaciones y del Interior antes de las oraciones del Eid, en cuanto al texto y la duración del sermón, las mezquitas y los espacios públicos que se designarán para ello y los imanes que estarán autorizados a predicar. Según la fuente del ministerio, Gomaa revisó cuidadosamente la lista de imanes que dirigirán las oraciones del Eid y pasó esta lista y una lista de imanes de reserva para el control de seguridad.

Gomaa se encontró de nuevo en problemas cuando decidió imponer un texto unificado para el sermón semanal del viernes, dice la fuente del ministerio.  “Esto no tiene precedentes; los imanes recibieron durante años instrucciones sobre las líneas rojas, pero nunca se les obligó a leer un texto que se distribuye desde la oficina del ministro”, agrega. 

Desde 2014, el ministerio emitió documentos semanales para el sermón del viernes, con la instrucción de que los imanes deben abordar los temas expuestos en el texto utilizando el mismo enfoque que emplea. Hasta la reapertura de las mezquitas el año pasado a raíz de la pandemia, la lectura del texto completo no era obligatoria.

La mayor parte de la preocupación del ejecutivo por las instituciones religiosas y su posible uso como vehículo de movilización de los islamistas radicales se centra en Al Azhar, cuya relativa independencia hizo que sea más difícil de controlar que el Ministerio de Asuntos Religiosos. A pesar de que Tayyeb apoyó a Sisi en su maniobra para expulsar a los Hermanos Musulmanes del poder en julio de 2013, en los años posteriores se acentuó la ruptura entre ambos. Tayyeb, según la fuente de Al Azhar, se opuso a la dispersión violenta de las sentadas de la Hermandad en agosto de ese año en las que murieron más de 900 personas. Fuentes de la época citaron a Tayyeb diciendo que esa dispersión era “haram”.

Años después, las desavenencias sólo aumentan, hasta el punto de que Sisi intentó destituir a Tayyeb de su cargo en varias ocasiones. Según una ley de 2012 adoptada poco antes de que la Hermandad fuera expulsada del poder, el Gran Imán es elegido directamente del Consejo de Altos Estudiosos de la institución y ocupa su puesto hasta que cumple 80 años. Esta ley podría diluir el poder ejecutivo ejercido sobre Al Azhar desde principios de la década de 1960, cuando Nasser tomó el control de la institución y el Gran Imán de Al Azhar pasó a ser nombrado directamente por el presidente.

En un intento de recuperar este poder, en 2017 se presentó un proyecto de enmienda a la ley, a través de un Parlamento ampliamente alineado con el ejecutivo. La enmienda proponía que el gran imán sólo ejerciera dos mandatos y que su actuación estuviera sujeta a supervisión. La enmienda no salió adelante, según una fuente del Parlamento en ese momento y la fuente de Al Azhar, por temor a las repercusiones que podría haber provocado y en medio de lo que, según ellos, era una intervención emiratí a favor de Tayyeb. Una propuesta de enmienda constitucional que habría restaurado la prerrogativa del presidente antes de 2012 para nombrar al Gran Imán de Al Azhar también fue desechada en 2019 tras la mediación de Emiratos Árabes Unidos, comentó entonces a Mada Masr una fuente cercana a Al Azhar.

En 2020, Tayyeb envió una carta a la Cámara de Representantes criticando un proyecto de ley sobre el mandato de Dar Al Iftaa, el tercero de los organismos islámicos de Egipto.  La carta del Gran Imán expresaba su descontento por la elusión de algunas de las responsabilidades establecidas de Al Azhar para supervisar los edictos, según la Constitución de 2014.  La fuente consultada de Al Azhar añade que el proyecto de ley era un intento del ejecutivo de socavar Al Azhar a través de otras instituciones islámicas, después de que fracasara el intento de destituir a Tayyeb. La ley fue aprobada con enmiendas menores y Tayyeb no armó un gran alboroto.

A pesar de su muestra pública de alineamiento con Sisi, Tayyeb es descrito generalmente como distante y brusco, y su comportamiento provocó ataques mediáticos de presentadores cercanos a las autoridades. A diferencia de otros clérigos que compiten por la confianza del presidente, dice la fuente de Al Azhar, Tayyeb está lejos de estar interesado en estar en el campo de nadie “porque cree que su lugar es prominente en la corte del Corán”.

Mubarak nombró a Tayyeb en 2010, cuando tenía unos 60 años. Licenciado en Filosofía Islámica por la Universidad de la Sorbona, Tayyeb era visto como un erudito reformista cuyo nombramiento se creía que era un impulso de Mubarak para modernizar la veterana institución religiosa. 

Sin embargo, con el cambio de poder de 2013, el enfoque de Tayyeb pasó de la reforma a la preservación de la independencia de su institución, según Georges Fahmi, investigador especializado en instituciones religiosas. A diferencia del ministro de Asuntos Religiosos, Mokhtar Gomaa, y del Gran Muftí, Shawky Allam, Tayyeb no mostró interés en criticar en exceso el islam político, que a menudo se utiliza para servir a la agenda política del régimen, afirma Fahmi.

El investigador también afirma que el distanciamiento de Tayyeb del poder ejecutivo no es un buen augurio, sobre todo si se compara con Gomaa y Allam, que se desviven por alabar y complacer al jefe del ejecutivo. Allam fue apodado ‘el muftí de las sentencias de muerte’, dado el número excepcionalmente alto de sentencias de muerte que ratificó en los últimos años. En 2021, Egipto condenó a muerte a más personas que ningún otro país del mundo y fue el tercero que más ejecuciones llevó a cabo, según un reciente informe de Amnistía Internacional.

Tayyeb está igualmente distanciado tanto de Allam, que asumió el cargo en febrero de 2013 tras ser nombrado por el Consejo de Altos Estudiosos, como de Gomaa, que asumió el ministerio en julio de 2013. Según Fahmi, existe un profundo distanciamiento conceptual entre ellos, ya que Tayyeb no cree que la lucha contra la militancia deba hacerse sometiendo a las instituciones religiosas a las autoridades gobernantes,  sino arreglando la relación entre el ejecutivo y las instituciones religiosas para que estas últimas recuperen la credibilidad de las opiniones de los eruditos.

“El régimen de los Oficiales Libres actuó para socavar todas las entidades que no estaban sometidas a la autoridad de los militares. Nasser puso las dotaciones en manos del ejecutivo porque representan a la sociedad civil. Mientras tanto, Al Azhar representa un dominio incontrolado de los clérigos con influencia”, dice Fahmi. “Hoy vemos cómo se repite el mismo escenario con el mismo propósito de control”. 

[Se prohíbe expresamente la reproducción total o parcial, por cualquier medio, del contenido de esta web sin autorización expresa y por escrito de El Intérprete Digital]

Aida Salem es investigadora centrada en asuntos políticos y económicos en Egipto y contribuyente en Mada Masr.N.d.T.: El artículo original fue publicado por Mada Masr el 8 de julio de 2022