Por Ayça Alemdaroğlu, Elif Babül y Nabil Al Tikriti para Middle East Research and Information Project (MERIP)
Evren Altınkas es un académico turco, expulsado de su puesto académico por la administración de su universidad como consecuencia de su participación en las protestas del Parque Gezi de 2013. Con la ayuda de la iniciativa Scholar at Risk, pudo mudarse a Canadá en 2018 para continuar su carrera. Altınkas obtuvo su doctorado en la Universidad Dokuz Eylul en 2011. Su disertación analizó y comparó el desarrollo del concepto de intelectuales en Europa y en el estado otomano y Turquía. Altınkas es profesor adjunto en el Departamento de Historia de la Universidad de Guelph. Recibió la Beca Chevening para el año académico 1999-2000 y es miembro de la Academia Global de la Asociación de Estudios de Medio Oriente (MESA por sus siglas en inglés) para el año académico 2020-2021. Altınkas también es el recién nombrado editor de H-TURK.
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Los editores de MERIP Nabil Al Tikriti, Ayça Alemdaroğlu y Elif Babül entrevistaron a Evren Altınkaş en abril de 2021.
—¿Cuál fue su experiencia como académico en los meses y años que siguieron a las protestas de Gezi de 2013 en Estambul y al intento de golpe de estado de 2016 en Turquía?
— Trabajé en una universidad pública en Turquía como profesor adjunto entre marzo de 2013 y julio de 2014. Como participante activo en las protestas del Parque Gezi, fui sometido a cinco procedimientos administrativos diferentes entre septiembre de 2013 y julio de 2014, cuando fui obligado a renunciar. Uno de los procedimientos sostuvo que violé la ley al actuar ‘de manera inapropiada para un servidor público’ e incluía una de mis publicaciones en las redes sociales como prueba. Aunque tuve la oportunidad de defenderme durante el proceso, recibí una ‘advertencia’ de la universidad como resultado. Este proceso fue seguido por otros y, eventualmente, la administración de la universidad utilizó algunos métodos ridículos para causarme más problemas, como asignarme para enseñar en dos cursos separados en dos escuelas diferentes a aproximadamente 80 millas de distancia. Una clase terminaba a la 1:30 pm y la siguiente comenzaba en la otra escuela a la 1:50 pm. Apelé a la administración de la universidad, pero solo dijeron que esperaban que encontrara una manera de estar presente en la clase a tiempo, lo cual era imposible. Esto resultó en más procedimientos administrativos en mi contra. Como resultado del acoso continuo, tuve que renunciar a mi cargo en julio de 2014, lo que fue aceptado dentro de las 24 horas.
El maltrato sistemático, pero no oficial por parte de las administraciones universitarias al personal académico que participó en las protestas de Gezi resultó en aproximadamente 800 renuncias de personal académico de universidades públicas y privadas en Turquía entre septiembre de 2013 y diciembre de 2014. Estuve desempleado después de ese período. Como ciudadano turco sin trabajo y sin ingresos fijos, no podía obtener visas para asistir a conferencias o ir a entrevistas de trabajo. Mi carrera académica se vio obstaculizada entre 2014 y 2018 hasta que llegué a Canadá para trabajar en la Universidad de Guelph como profesor adjunto visitante en el marco de la iniciativa Scholar at Risk.
—¿Está basada su agenda de investigación en los desafíos que enfrentó como académico en Turquía?
— Cuando era estudiante de posgrado, empleado para investigar y enseñar en Turquía, los desafíos que enfrenté como estudiante de historia (especialmente historia turca) me hicieron pensar en la tradición intelectual del país. Uno de estos desafíos fue la falta de recursos académicos diversos en las bibliotecas y en el plan de estudios ofrecidos por los programas de posgrado. La mayoría de las lecturas y los recursos disponibles en universidades e instituciones de investigación, eran producidos por entidades gubernamentales oficiales o no ofrecían ningún desafío a esos puntos de vista oficiales. Fue muy interesante ver cómo las universidades se transformaron esencialmente en escuelas secundarias avanzadas después del golpe militar de 1980. Aproximadamente 100 miembros del personal académico fueron despedidos de las universidades en Turquía debido a sus supuestas tendencias políticas de izquierda luego del golpe y fueron reemplazados por maestros no calificados de escuelas secundarias y escuelas nocturnas.
A estos profesores recién nombrados se les otorgó el título de ‘profesor adjunto’ de la noche a la mañana, aunque no tuvieran títulos de doctorado. Se convirtieron en los nuevos decanos, jefes de departamento y profesores en las universidades del régimen. Durante mi carrera académica como estudiante de posgrado, tuve la oportunidad de conocer a algunos de ellos en seminarios, charlas y conferencias. Esta experiencia me hizo pensar en los orígenes de la tradición intelectual en Turquía y decidí escribir mi tesis doctoral sobre intelectuales en el final del Estado otomano y principios de la República Turca. Comparé el desarrollo de los intelectuales en este período con el desarrollo de los estratos intelectuales en Gran Bretaña, Francia y Alemania. Mi investigación mostró que la falta de capacidad intelectual y pensamiento crítico en la mayoría de las universidades turcas se remonta a las tradiciones intelectuales posteriores a 1950.
En las épocas anteriores a 1950, tanto la clase intelectual otomana tardía como la republicana temprana eran diversas, versátiles y más democráticas. La amplia gama de ideologías durante el último período otomano representaba a los diferentes grupos étnicos y religiosos dentro de la sociedad. Había intelectuales de diferentes orígenes y constituían un estrato diverso. Algunos ejemplos son los materialistas como Baha Tevfik, occidentalistas como Abdullah Cevdet, turquistas como Ziya Gökalp y Yusuf Akçura, e islamistas como Mehmet Akif Ersoy. Vemos una vida intelectual similar y vibrante en la era republicana temprana. Después de la década de 1950, la vida intelectual y las publicaciones en Turquía fueron moldeadas por la retórica de la Guerra Fría y, aunque hubo una esfera política diversa entre los años 1960 y 1980, sólo vemos una tradición intelectual con debates limitados e ideológicos.
— Los comentaristas estadounidenses a menudo culpan a los intelectuales liberales por fomentar un resentimiento generalizado en ciertos segmentos de la sociedad, allanando así el camino para el surgimiento del ‘trumpismo’ (n.d.t.: en referencia al ex presidente estadounidense Donald Trump) de derecha. En el caso de Turquía, ¿cree que el aumento del apoyo al populismo de derecha está ligado al fracaso de las élites intelectuales para integrar a las masas en la promesa del liberalismo político?
— La República Turca es el producto de una revolución desde arriba. Después de la Lucha Nacional Turca entre los años 1919 y 1922, fue establecida la nueva República por los líderes de este movimiento de resistencia. No se realizaron consultas con el pueblo ni se realizaron referendums. Dado el nuevo mapa de Medio Oriente después de la Primera Guerra Mundial, esto podría parecer una formación típica de Estado-Nación. Sin embargo, lo que hizo a Turquía diferente de los países recién establecidos en la región como Irak, Jordania o Siria fue la falta de un régimen de mandato o un reino y un rey. Había una constitución, se celebraban elecciones cada cuatro años y, lo que es más importante, el nuevo régimen quería inculcar una serie de reformas al estilo occidental en la sociedad. Todos estos cambios se implementaron desde arriba y las reacciones a estas reformas se consolidaron bajo políticas conservadoras.
Aunque existe una tradición liberal en Turquía, también hay un conflicto en curso entre los grupos liberales y republicanos. Este conflicto se basa en diferentes puntos de vista sobre el rol de los militares en la política, la libertad religiosa y la forma del Estado (los republicanos están a favor de un Estado unitario mientras que los liberales, desde el príncipe Sabahattin y su Partido Liberal a principios del siglo XX, apoyan una estructura federal) . El kemalismo, que muchos fueron adoctrinados para considerar exclusivo de Turquía, fue simplemente una serie de soluciones a los problemas que enfrentaba la joven Turquía a fines de la década de 1920. Por ejemplo, debido a la Gran Depresión global, el estatismo se introdujo como un principio económico de la ideología kemalista. Este principio se consideró permanente tras la muerte de Mustafa Kemal Atatürk (el primer presidente de la República de Turquía), y cualquier intento en la economía turca o cualquier programa para alterar este principio se consideraban movimientos contrarrevolucionarios. La misma lógica se aplica a todos los demás principios del kemalismo, que también eran coyunturales. Esta retórica republicana en los primeros años fue fácilmente adoptada por los partidos políticos de derecha que consideran que la forma del estado es unitaria y que el gobierno es la principal fuerza impulsora de las reformas y el protector del régimen, dejando así la tradición liberal en el extremo del espectro político. Dado que un Estado unitario se considera un hecho, las ideas liberales y los partidos políticos que favorecen un Estado federal o una participación limitada del Estado en la economía no son bienvenidos por la sociedad y la opinión pública, lo que da lugar a una tendencia al populismo de derecha. Para elaborar un poco esto, debería aclarar el concepto de liberalismo y su percepción en la sociedad turca. Para la mayoría de los turcos, el liberalismo está relacionado con las libertades económicas, no con las libertades políticas. Mientras la gente pueda realizar sus transacciones comerciales y comerciar libremente, el tipo de régimen o el nivel de interferencia del gobierno en sus elecciones políticas no se considera un tema importante. Es por eso que el populismo de derecha funciona perfectamente para el pueblo turco, ofrece una síntesis turco-islámica con el libre comercio.
—¿Qué piensa sobre el proyecto del actual gobierno del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP por sus siglas en turco) de crear su propia clase intelectual y de élite? ¿Cómo se asimila o contrasta esta agenda con los esfuerzos previos para crear una nueva élite en el inicio de la era republicana?
— Las élites en el inicio de la era republicana eran un subproducto del positivismo. Objetivos como el rápido desarrollo de la economía, la realización de la rápida transferencia de ciencia y tecnología positivas y, por lo tanto, ponerse al día con Occidente se convirtieron en los elementos básicos que dieron forma al gobierno e intelectuales turcos de ese período. Hubo dos puntos fundamentales en la formación de los primeros intelectuales republicanos. En primer lugar está la importancia de la contribución de los intelectuales turcos y de orientación occidental durante el último período del Imperio Otomano en la determinación de los fundamentos ideológicos de la República moderna. Y el segundo es el hecho de que la tradición islámica no pudo encontrar un lugar en el régimen republicano contemporáneo y el discurso islamista permaneció en silencio. El lema de los primeros intelectuales republicanos en consonancia con los objetivos de la República era: ‘Turquificación, Secularización, Modernización’. Como resultado de esto, el gobierno republicano inició una transformación a gran escala de las zonas urbanas centrales del país. Las áreas rurales, que constituían más de la mitad del territorio, no eran la prioridad. Los esfuerzos de modernización y desarrollo de la República siguiendo el sistema multipartidista después de la década de 1950 fueron limitados en las ciudades y pueblos rurales, que permanecieron como realidades sociales periféricas y distantes.
Lo que hizo el AKP fue integrar la periferia al centro a través de un vasto proyecto de construcción de edificios, hospitales y escuelas alrededor de áreas metropolitanas, proporcionando hipotecas a largo plazo para grupos de bajos ingresos y llevando a los segmentos marginados de la sociedad a las áreas urbanas. Cuando era adolescente, en la década de 1990, visitaba la ciudad natal de mi abuela, Bergama (Pérgamo), casi todos los veranos. Bergama es famosa por sus atractivos históricos y arqueológicos. Normalmente se la consideraría una ciudad desarrollada, ubicada en la región del Egeo dentro de las fronteras de la tercera ciudad más grande del país, Izmir. Sin embargo, la ciudad estaba llena de edificios gubernamentales y apartamentos, mientras que la mayoría de la población vivía en las 114 aldeas circundantes. Veía a familias de esos pueblos que viajaban al centro de la ciudad con su atuendo más nuevo para visitar el hospital estatal o para llevar a cabo sus trámites en las oficinas gubernamentales. El gobierno del AKP les cambió las cosas. Con la introducción de nuevas estructuras que rodean las áreas metropolitanas, aumentó la migración de los pueblos a las ciudades. Durante el gobierno del AKP, por ejemplo, el número de personas que viven en las 114 aldeas de Bergama disminuyó en un 60 por ciento. Esta transformación no requirió un estrato intelectual.
El AKP, en su etapa actual, no tiene una clase intelectual. Tiene una estructura que es muy similar a un esquema piramidal o esquema Ponzi. Las empresas que utilizan el modelo de esquema piramidal obtienen prácticamente todas sus ganancias al contratar nuevos reclutas y a menudo disfrazan las tarifas de entrada mediante varios elementos. Cuanto antes te conviertas en miembro del sistema, más te beneficiarás de él. El AKP, tras ganar las elecciones de 2002, hizo lo mismo. Comenzaron a transformar grupos de interés económicos y burocráticos reemplazando gradualmente a su personal con miembros del AKP. Dado que los miembros del AKP que fueron colocados en estos puestos comenzaron a beneficiarse económica y socialmente, el número de miembros del AKP aumentó en concordancia. Tener membresía del AKP y una tarjeta que indique membresía se considera la llave para abrir todas las puertas. Hoy el AKP tiene más de 10 millones de miembros en Turquía. Los que se convirtieron en miembros del AKP durante su período inicial constituyen su élite. En resumen, no podemos comparar a los primeros intelectuales republicanos con el esquema piramidal del AKP, en contraste en el AKP solo hay un muy débil capital intelectual.
— ¿Cómo caracterizaría el impacto de la política exterior de Estados Unidos en la política interna de Turquía en el pasado y en la actualidad?
— La política exterior de Estados Unidos durante la Guerra Fría se basó en contener a la Unión Soviética y asegurar aliados de Estados Unidos en la región. El concepto de ‘aliado estratégico’ fue usado por los gobiernos turcos para explicar la posición de Turquía en su relación con Estados Unidos. Después del final de la Guerra Fría, Turquía declaró que continuaría apoyando la democracia y la búsqueda de un mundo libre siendo un aliado cercano de Estados Unidos de nuevo. Sin embargo, después de los ataques del 11 de septiembre de 2001, las políticas estadounidenses hacia la región cambiaron significativamente. Con una presencia más activa en la región, Estados Unidos también comenzó a buscar ‘países modelo’ que dieran buenos ejemplos para integrar a las sociedades islámicas con los principios de la democracia. Erdogan, como líder del AKP (establecido solo un mes antes del 11 de septiembre) era el candidato ideal. En 2003, Erdogan pronunció un discurso en la Escuela de Gobierno Kennedy de la Universidad de Harvard y dijo: “Mientras Turquía avanza hacia la membresía en la Unión Europea, también los valores democráticos modernos que ella representa crean mayor atracción en Medio Oriente. Esta atracción permitirá a la comunidad euroatlántica actuar como catalizador para un cambio positivo en paz e interacción con el mundo exterior”. Esta imagen proyectada por Erdogan durante el inicio del gobierno del AKP en Turquía fue una fuerza impulsora importante en el apoyo recibido de Estados Unidos y otros países occidentales. La transformación en Turquía que fue llevada a cabo por el gobierno del AKP desde 2002 fue calificada como ‘democrática y civil’ por la opinión pública mundial durante los años iniciales del gobierno del AKP.
Después de consolidar su poder, el AKP comenzó a implementar políticas más autoritarias y desvió su camino de la democracia a la autocracia. Especialmente después del intento de golpe de 2016, las políticas antidemocráticas del AKP dentro del país —como detener a cualquiera que el nuevo régimen considerara una amenaza, cerrar empresas privadas y universidades, despedir a innumerables funcionarios públicos, encarcelar a periodistas y miembros de la oposición— no fueron criticadas a nivel gubernamental por la nueva administración estadounidense de Donald Trump. No se impusieron sanciones a Turquía con respecto a la compra de misiles S-400 a Rusia o con respecto al caso Halkbank, donde el subdirector de un banco público administrado por el Estado turco fue arrestado por las autoridades estadounidenses con el alegato de conspirar para evadir sanciones contra Irán ingresando ilegalmente millones de dólares al país. Hoy, Turquía es un Estado autoritario escondido bajo la máscara de un ‘aliado democrático y estratégico’ de Estados Unidos.
Incluso ahora, durante la administración de Joe Biden, no preveo ningún cambio.
— Como un académico que estudió de cerca la historia política de Turquía, ¿cuáles cree que serán las principales dinámicas y conflictos para dar forma al futuro del país?
— Turquía es un país de dicotomías. Los turcos se consideran a sí mismos como un país dividido entre diferentes civilizaciones y culturas y se refieren a un imperio multiétnico, el Imperio Otomano, como sus antepasados. La popularidad de series de televisión como Resurrection: Ertugrul (Resurrección Ertugrul) entre el pueblo turco es un indicador de ello. El conflicto entre los grupos republicanos y los simpatizantes del AKP se basa en el cuestionamiento de la identidad. Los partidarios del AKP, adornados con una salsa de neo-otomanismo, culpan a los republicanos e incluso a los fundadores de la República de ser elitistas y occidentalistas. Cuestionan el Acuerdo de Lausana, que no es solo un tratado de paz entre Turquía y las potencias de la Entente después de la Primera Guerra Mundial, sino también un documento que declara el establecimiento de la República de Turquía cuatro meses antes. Por otro lado, los republicanos acusan a los partidarios del AKP de ser ignorantes y otomanistas. Dicen que al cuestionar los cimientos de la República, los partidarios del AKP allanan el camino para la partición del país. Esta dicotomía dentro de la sociedad turca seguirá moldeando el futuro del país.
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Ayça Alemdaroğlu es Doctora en Filosofía por la Universidad de Cambridge y Directora Asociada del Programa sobre Turquía en el Centro por la Democracia, el Desarrollo y el Estado de Derecho en la Universidad de Stanford.
Elif Babül es Doctora en Antropología por la Universidad de Stanford y Profesora Adjunta en Antropología en la Universidad Mount Holyoke.
Nabil Al Tikriti es Doctor en Lenguas y Civilizaciones de Cercano Oriente por la Universidad de Chicago y Profesor Adjunto de Historia de Medio Oriente en la Universidad Mary Washington.
N.d.T.: El artículo original fue publicado por Middle East Reaserch and Information Project el 6 de febrero de 2021.