Los ciudadanos de la región más pobre de Marruecos, Draa-Tafilalet -en el sureste-, continúan luchando contra la falta de rutas pavimentadas, electricidad, agua y acceso a Internet. En el otoño de 2017, los residentes de las aldeas remotas de Agerzegua y Tighanimine en la provincia de Tinghir marcharon en protesta por una ruta nacional hacia la sede del gobierno municipal. Exigían infraestructura básica, pero fueron detenidos por la policía que los envió a casa. Si bien lograron que se avance en un sendero, todavía esperan el asfalto prometido. Estas manifestaciones son sintomáticas de un problema mayor: la población perdió la confianza en los funcionarios electos y cree que la protesta es la única herramienta para que sus voces se escuchen.