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El Interprete Digital

Visiones económicas rivales del Golfo

Por Robert Mogielnicki para the Cairo Review of Global Affairs

Aeronave de la flotilla de Qatar Airlines con el logo del campeonato mundial de la FIFA 2022 [Creative Commons]

Las visiones económicas ofrecen a los gobiernos regionales hojas de ruta para el desarrollo, pero también pueden servir como una herramienta para la medición y, en última instancia, la rendición de cuentas.

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Los gobiernos del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) publicaron ya hace mucho tiempo ambiciosas “visiones” económicas y de desarrollo que detallan sus objetivos para el futuro. Si bien los estados del CCG exhibieron impresionantes trayectorias de crecimiento a lo largo de finales del siglo XX y principios de la década del 2000, es difícil atribuir únicamente a visiones pasadas los rápidos avances socioeconómicos. Sin embargo, estas podrían resultar beneficiosas a largo plazo a medida que el Golfo disminuye su dependencia de los hidrocarburos y se abre aún más al mundo.

La abundante disponibilidad de recursos de hidrocarburos sirve, hasta hoy día, como el combustible principal detrás de las tendencias de desarrollo regional. Las ganancias del sector del petróleo y el gas continúan constituyendo la mayoría, en muchos casos hasta el 70 por ciento, de los ingresos del sector público, a pesar de los esfuerzos de diversificación económica de larga data para reducir la dependencia de la región de los recursos de hidrocarburos. Esta dependencia aumenta las vulnerabilidades. Cuando los precios del petróleo cayeron a mínimos históricos en 2020, los gobiernos del CCG estuvieron en modo de crisis. A medida que los precios del petróleo se recuperaron en 2021, los funcionarios del Golfo se centraron en cómo apoyar mejor las recuperación económica.

La confluencia de vientos económicos a favor y en contra esperan a los políticos del Golfo en 2022. Por un lado, los precios del petróleo se mantendrán altos por un período más extendido, lo que ofrece un alivio fiscal sostenido a las economías regionales golpeadas por la caída de los precios del petróleo en 2020. Según los pronósticos de la Administración de Información de Energía de EEUU, el petróleo crudo Brent promedió USD 70,89 por barril en 2021, frente a USD 41,69 en 2020, y aumentará ligeramente a USD 74,95 a lo largo de 2022. Por otro lado, el impulso internacional detrás de las iniciativas relacionadas con el cambio climático y la adopción generalizada de criterios ambientales, sociales y de gobernanza en las inversiones globales amenazan las ventajas comparativas de las ricas economías petroleras del Golfo.

Mientras que las medidas de viaje más estrictas relacionadas con el COVID-19 comenzaron a flexibilizarse, los países del CCG comenzaron a abrir sus fronteras a los empresarios y turistas que tanto los necesitaban.

Dubai comenzó la Expo 2020 en octubre de 2021, luego de un retraso de un año, y Qatar está finalizando los preparativos para albergar la Copa Mundial de la FIFA 2022 en noviembre y diciembre. Sin embargo, las nuevas variantes de COVID-19, como Omicron, plantean grandes obstáculos para albergar eventos comerciales y deportivos internacionales o atraer turistas de todo el mundo.

De manera justa o no, los documentos de visión del CCG servirán como punto de referencia para determinar si los gobiernos regionales pueden adaptar sus economías a un mundo en rápida evolución. Las visiones existentes y futuras pueden ofrecer a los gobiernos regionales una hoja de ruta de desarrollo para la era posterior al coronavirus, pero estos documentos también brindan un medio para la medición y, en última instancia, la rendición de cuentas.

Visiones que vale la pena ver

La visión que guía las dinámicas de desarrollo en Arabia Saudita es un espacio clave para observar. La Visión Saudí 2030, a menudo considerada una creación del príncipe heredero Mohammed Bin Salman, ha generado mucho más entusiasmo desde su lanzamiento en 2016 que las visiones de los países vecinos. El Fondo de Inversión Pública, que funciona como catalizador de inversiones del reino, se encuentra en el corazón de la Visión 2030. El fondo soberano de riqueza saudita no sólo ejerce una autoridad creciente, sino que también supervisa un mandato nacional e internacional en continua expansión.

La gran escala de la transformación prevista por Arabia Saudita se puede deducir de los tres grandes pilares de la visión: una economía próspera, una sociedad vibrante y una nación ambiciosa. El impacto potencial asociado con el progreso en estos dominios es enorme. Con una población estimada de 34,8 millones de personas, de los cuales la mayoría son ciudadanos sauditas, la demografía de Arabia Saudita eclipsa a la de los estados vecinos. La población total de los estados restantes del CCG se situó en 23,8 millones en 2020, según el Banco Mundial. Además, Arabia Saudita representó el 49,8 por ciento del producto interno bruto nominal de los seis países del CCG en 2020.

Los emiratíes ven los desarrollos de la Visión Saundí 2030 con una mezcla de motivación y consternación. Públicamente, los funcionarios emiratíes describen la trayectoria de desarrollo moderno de Arabia Saudita como un resultado neto positivo para la región, citando los beneficios de una competencia sana. En privado, a muchos les preocupa que las transformaciones económicas en Arabia Saudita amenacen con interrumpir sectores e industrias clave en los Emiratos Árabes Unidos (EAU), desde el comercio y la logística hasta el turismo y el entretenimiento. Los EAU también poseen visiones y estrategias económicas; sin embargo, estos planes están descentralizados en los emiratos del país, lo que refleja una estructura federal que otorga una autonomía económica sustancial a los gobiernos de los emiratos. Por ejemplo, la Visión Económica de Abu Dhabi existe junto con la Estrategia Industrial de Dubai 2030.

Los funcionarios de los EAU se están embarcando en una planificación a más largo plazo, con algunas iniciativas que abarcan los próximos cincuenta años. En septiembre de 2021, el gobierno de los EAU anunció el plan “Proyectos de los 50” para acelerar el desarrollo del país durante el próximo decalustro. En enero de 2019, el gobernante de Dubái, el jeque Mohammed Bin Rashid Al Maktoum, anunció una carta de cincuenta años para el emirato. La carta contiene nueve artículos destinados a mejorar el entorno socioeconómico de Dubái. Estos diversos planes orientados al futuro constituyen una estrategia multifacética de los EAU para conservar su ventaja económica competitiva sobre los estados vecinos.

Qatar y Kuwait pueden ejercer una influencia sustancial en los márgenes de la economía más amplia de la región del Golfo y dentro de sectores e industrias de nicho. Sin embargo, es poco probable que incluso los programas de implementación de la visión más exitosos en estos países más pequeños del CCG transformen la región en general. La Visión Nacional de Qatar 2030 tiene como objetivo crear “un país avanzado… capaz de sustentar su propio desarrollo y brindar un alto nivel de vida a toda su gente para las generaciones venideras”. Qatar invierte considerables recursos en la creación de un sector educativo de clase mundial y centros logísticos de alta tecnología. La Visión Kuwaití 2035 busca “restaurar el papel de liderazgo regional de Kuwait como centro financiero y comercial”, al tiempo que refuerza el sector privado del país. Sin embargo, los cimientos económicos más débiles de los países del norte del Golfo, Irak e Irán, plantean un desafío importante para el desarrollo futuro de Kuwait.

Los funcionarios gubernamentales de Omán y Baréin están preocupados por evitar futuras crisis económicas y mitigar los riesgos asociados con otras perturbaciones, dadas las importantes restricciones fiscales en ambos países. La Visión 2040 de Omán, que el sultán Haitham Bin Tariq supervisó antes de asumir el trono, tiene como lema “Avanzar con Confianza”, un sentimiento apropiado después del fallecimiento del longevo gobernante Sultán Qaboos Bin Said y la aparición del coronavirus a principios de 2020.

La Visión Económica 2030 de Bahréin se centra en la sostenibilidad y está estrechamente asociado con la influyente Junta de Desarrollo Económico. Desde el lanzamiento de la visión en 2008, el gobierno bareiní ha emprendido una serie de programas de ajuste fiscal para apuntalar sus finanzas. Los crecientes niveles de deuda pública siguen siendo motivo de preocupación: se prevé que la deuda bruta del gobierno general de Baréin como porcentaje del producto interno bruto trepe a 139,6 % en 2026, de 123,3 % en 2021.

Choque competitivo entre Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos

Las dos economías más grandes del CCG, Arabia Saudita y EAU, están compitiendo para convertirse en el socio preferido de empresarios, residentes y turistas internacionales en la región. A lo largo de 2021, Arabia Saudita y los EAU dieron a conocer importantes reformas legales para ayudar a atraer tanto talento como empresas extranjeras. A principios de 2021, los EAU establecieron una vía oficial hacia la ciudadanía para un grupo reducido de expatriados nominados. Arabia Saudita comenzó un programa de ciudadanía similar en noviembre de 2021. Apenas unas semanas después de que Dubái abriera finalmente su Expo 2020 (en octubre del año pasado), Arabia Saudita reveló que había presentado una solicitud formal para albergar la Expo 2030.

Algunas de las políticas e iniciativas económicas emergentes señalan cambios importantes en el entorno comercial de la región. En diciembre de 2021, los EAU anunciaron una semana laboral de 4,5 días para los empleados públicos y cambiaron el fin de semana del país a sábado y domingo. A principios de 2021, el gobierno saudí anunció que, para asegurar los contratos gubernamentales, las empresas extranjeras deben establecer una sede regional en el país antes del 1 de enero de 2024.

A medida que los gobiernos regionales continúan promoviendo sectores económicos alternativos al petrolero, las trayectorias de desarrollo están destinadas a superponerse. Esta superposición competitiva es especialmente evidente en las industrias de la aviación y el turismo. En junio de 2021, el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed Bin Salman, anunció planes para lanzar una segunda aerolínea nacional bajo el paraguas del Fondo de Inversión Pública. Cualquier aerolínea nueva enfrentaría una feroz competencia de Qatar Airways y Emirates, con sede en Dubái, dos aerolíneas establecidas con reconocimiento de marca mundial.

Arabia Saudita, de igual forma, aspira a convertirse en un centro turístico mundial mediante la creación de compañías de cruceros, nuevos y lujosos complejos turísticos en el Mar Rojo, y otras ofertas culturales y de entretenimiento. El turismo interno desempeñará un papel fundamental en el desarrollo temprano del sector turístico de Arabia Saudita; sin embargo, el crecimiento a más largo plazo en este sector emergente tendrá que competir con los sectores de turismo internacional en los estados vecinos como los EAU, Baréin y Omán.

Visualizando el futuro

La vida útil del desarrollo económico de los estados del CCG no terminará en 2030 o 2040, cuando concluyan la mayoría de las visiones actuales de la región. Más bien, las visiones del CCG se volverán cada vez más complejas, ya que cada una incorpora un flujo constante de nuevas sub estrategias e iniciativas asociadas. Los funcionarios saudíes, por ejemplo, lanzaron las Iniciativas Verdes de Arabia Saudita y Medio Oriente, así como una nueva Estrategia Nacional de Inversión en el transcurso de 2021. Los funcionarios del gobierno del CCG continuarán avanzando con los planes para la segunda mitad del siglo. Además, los EAU, Baréin y Arabia Saudita se han comprometido a lograr cero emisiones netas para 2050 o 2060.

Las políticas que se centran en la habitabilidad, la sostenibilidad y el cambio climático están de moda en todo el mundo. Por un lado, los responsables de la política económica en el Golfo están ansiosos por adoptar estas tendencias. Las ciudades habitables atraen a un mayor número de residentes expatriados calificados, los procesos de desarrollo sostenible pavimentan el camino para el crecimiento a largo plazo y una mayor preocupación por el medio ambiente aborda la escasez de agua y otros problemas relacionados con el cambio climático en el Golfo. Por otro lado, la persistente dependencia del sector público de los ingresos del petróleo y el gas refleja una cruda contradicción entre las ambiciones de desarrollo y las realidades subyacentes. A pesar del entusiasmo genuino en torno a las perspectivas de energía renovable en los estados del CCG, no está claro si una energía más limpia y ecológica puede generar suficientes ingresos gubernamentales en un sentido directo, o al menos estimular la actividad económica que genera nuevos ingresos indirectamente a través de impuestos y otras tarifas.

Dada la complejidad de los desafíos de desarrollo que enfrenta la región, los gobiernos se verán tentados a ajustar los objetivos y revelar muchas más iniciativas. Algunas visiones nuevas para el desarrollo serán loables, mientras que otras buscarán oscurecer el progreso mínimo logrado por los planes de visión anteriores. Las extraordinarias perturbaciones infligidas por la aparición del coronavirus en 2020 ofrecieron una buena excusa para repensar los objetivos de la política económica y recalibrar los medios para lograr estos objetivos. El resto de esta década debe implicar un progreso constante en la implementación. Los ejemplos de éxito demostrable, en lugar de una preponderancia de nuevos sueños, serán la base más sólida sobre la que las economías del CCG puedan aventurarse en las próximas décadas.

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Robert Mogielnicki es residente sénior en el Arab Gulf States Institute en Washington D.C. También, Robert es profesor asistente adjunto en la Escuela de Servicio Exterior de la Universidad de Georgetown, asesor regional en Freedom House y miembro de la Junta de Asesores en Henley & Socios.

N.d.T.: El artículo original fue publicado por The Cairo Review el 21 de marzo de 2022.