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El Interprete Digital

Galería Nacional de Jordania: Un refugio para artistas en el corazón de Ammán

Por Joseph Hearn para Pink Jinn

Vista de la Galería Nacional de Jordania [Rami Tarawneh / Creative Commons]

Al atardecer, extrañas formas de hormigón se aplastan y esparcen por el suelo, como si se tratara de agua derramada. Intercaladas están las líneas más familiares de la hoja y el tronco descortezado del roble. A la sombra de una paleta caqui de árboles de hoja perenne y coníferas, el jardín de esculturas de la Galería Nacional de Bellas Artes de Jordania ofrece a las familias de Jebel al-Weibdeh un lugar de descanso, conversación y juego. Es un espacio comunitario, pivote e hilo conductor, bordeado por dos edificios de arenisca de tejado plano que contienen la propia Galería. 

[Se prohíbe expresamente la reproducción total o parcial, por cualquier medio, del contenido de esta web sin autorización expresa y por escrito de El Intérprete Digital]

Sentado en su despacho, bajo una hermosa acuarela de mediados del siglo XX, el Director de la Galería, el Dr. Khalid Khreis, celebra el orgullo de estas dos hectáreas: “Se ha convertido en uno de los jardines más importantes de Ammán, y quizá incluso de Jordania”. Esto se debe en gran parte a la sostenibilidad medioambiental de la zona, por la que ganó un premio internacional en los Green World Awards de 2016. 

Pero el Dr. Khreis, él mismo un artista consagrado, subraya que no siempre fue así. “Cuando empecé como Director en 2002, sólo existía este edificio y el parque estaba en mala situación”. En 2004, los esfuerzos combinados de la Galería y el Centro de Estudios del Entorno Construido de Ammán transformaron el espacio. El verdor y la tranquilidad son ahora un bienvenido alejamiento de la famosa cultura del automóvil de Ammán. El Jordan Times informaba recientemente del auge de la propiedad de vehículos en Ammán, que se ha convertido en “una necesidad absoluta”, dada la escasez de transporte público.

Junto al jardín, en los dos edificios de la Galería se exponen y almacenan más de 3.000 obras de arte procedentes de Oriente Próximo y del resto del mundo. Las obras se van rotando, de modo que se expone alrededor de un tercio en cada momento. “No tenemos espacio suficiente para exponer toda la colección”, explica Khreis. “Pero intentamos mostrarlo todo variando las exposiciones”. Lo más destacado actualmente es una colección ecléctica del artista multidisciplinar libanés Hussein Madi. Los tondos, o pinturas circulares de color tierra, conviven con varios acrílicos de pájaros tipo origami en colores vivos y chillones. Es una combinación emocionante y vibrante.

Aunque se presta más atención a ciertos temas, como la caligrafía, la misión de la colección está definida por la geografía. “Nos centramos primero en Jordania, luego en el mundo árabe y después en el mundo en desarrollo”, explica Khreis. En las salas, un inquietante aguatinta de Safet Zec, artista de Bosnia y Herzegovina, complementa una serigrafía de Indonesia y un aguafuerte jordano.

El arte importa mucho más que el origen, pero la galería pretende promocionar a artistas que quizá tengan menos posibilidades de ser acogidos por las grandes instituciones occidentales. Es también una reacción a la feroz mercantilización del arte contemporáneo. Como Su Alteza la Princesa Wijdan Al Hashemi, fundadora de la Galería, explicó recientemente a ArabWorldArt: “No buscamos grandes nombres. En lugar de comprar una obra de un artista británico, compro diez obras de diez artistas del mundo islámico o árabe. Y esto es lo que nos diferencia de otras colecciones. Cualquiera que tenga suficiente dinero puede comprar una obra de un artista occidental. Yo pagaría la misma cantidad por conseguir 20 obras de artistas árabes contemporáneos”.

Soñando con un centro de arte en Jordania, la Princesa creó la Real Sociedad de Bellas Artes (RSFA) en 1979, y la Galería en 1980. Pintora e historiadora del arte consumada, desde los años setenta ha dado un impulso constante y dinámico al arte jordano, a menudo frente al desinterés. 

Tras entusiasmarse con la singular pasión de la Princesa, el Dr. Khreis prosigue: “Pero por lo demás, el apoyo a las artes es muy escaso; aquí en Jordania no es suficiente”. Por eso le interesa contar la historia del patrimonio artístico reciente de Jordania y su estado de ánimo actual:

“En Jordania, como en todos los países árabes, empezamos a mirar a principios del siglo XX, cuando se abrieron galerías y las artes visuales empezaron a crecer, primero en Egipto, luego en Líbano, Irak y Jordania. Pero el arte árabe también se ha visto influido por el arte occidental. A veces, el artista busca encontrar y expresar su identidad. Se nutren de influencias como las antiguas civilizaciones regionales, el arte islámico, el arte pop y la caligrafía”.

“Creo que el artista debe ser honesto consigo mismo en primer lugar y ser creativo de la forma que quiera. Esto es muy importante. Si hablamos del arte en Jordania ahora, desde 1980 ha habido cierto progreso. Esto es aún más evidente ahora, con la generación emergente, que tiene nuevos formatos con los que expresarse, en particular las redes sociales”.

Y en la Galería Nacional, el cambio es una constante. En un rincón del famoso jardín hay un restaurante cerrado, pero el Dr. Khreis tiene buenas noticias:

“A partir de noviembre, esta zona será un espacio abierto, un espacio artístico, para talleres de cerámica, escultura, grabado, dibujo y pintura. Estará lleno de vida y actividades, de día y hasta altas horas de la noche”.

La RSFA ha organizado exposiciones de arte árabe e islámico en ciudades europeas como Madrid y Córdoba, esta última célebre cuna de la arquitectura islámica occidental. Pero ahora más que nunca, el objetivo es promover el arte dentro de Jordania. El nuevo espacio artístico forma parte de un programa de divulgación más amplio, diseñado para inspirar a la próxima generación. En un simposio anual de arte organizado por la Galería Nacional, titulado Arte y Naturaleza, se lleva a artistas locales prometedores a conocer los espectaculares paisajes de Jordania. 

Además, la Galería lleva a cabo una iniciativa innovadora, el Museo Itinerante, que lleva arte a ciudades y pueblos en furgoneta.  Yo participé en uno de estos viajes a Madaba, ciudad famosa por sus mosaicos bizantinos y omeyas. El veterano organizador del programa, Suheil Baqaeen, dispuso pasteles al óleo y papel, y animó a la clase de jóvenes impacientes a expresar las formas y colores que les apeteciera. Fue una mañana de sonrisas, orgullo y entusiasmo, en la que el centro juvenil cobró vida con dibujos de autobuses rojos, paisajes marinos y banderas. Tres obras originales de la Galería Nacional, elegidas para inspirar los dibujos de los niños, se colocaron en caballetes delante de la clase. 

Basándose en el sueño de la princesa Wijdan de crear un centro internacional de arte jordano, Baqaeen ha perseguido su pasión por democratizar y popularizar la creatividad. Además del Museo Itinerante, ha sido voluntario durante muchos años en la Real Academia para Ciegos de Jordania, utilizando pinturas perfumadas para ayudar a los alumnos a imaginar el color.

Estas iniciativas están respaldadas y fomentadas por la Galería Nacional, que se compone, a partes iguales, de sus obras de arte y sus actividades. Las responsabilidades del Dr. Khreis residen tanto dentro como fuera de los edificios de arenisca, inspirando y animando a la próxima generación. Y cada día, el ajetreo y el arte se arremolinan en torno al jardín de esculturas, en el centro de todo.

[Se prohíbe expresamente la reproducción total o parcial, por cualquier medio, del contenido de esta web sin autorización expresa y por escrito de El Intérprete Digital]

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N.d.T.: El artículo original fue publicado por Pink Jinn el 28 de septiembre de 2022.