Por Hassan Ashrafi para Strategic Council of Foreign Relations
Esto puede poner al régimen sionista en aprietos debido a su compromiso con Chipre y Grecia en el campo de la cooperación energética y las tensiones en las relaciones de los dos países con Turquía. Turquía condena la exploración de gas “unilateral” de Chipre.
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También, Ankara cree que los derechos de los turcochipriotas sobre las posibles reservas subterráneas son pasados por alto y que la mayor parte de la zona económica de monopolio dentro de Chipre les pertenece. El siguiente tema que se planteó en la reunión fue la transferencia de gas israelí a Europa a través de Turquía, en medio de la guerra entre Rusia y Ucrania; pero el tema de la transferencia de gas del régimen sionista a Europa se planteó seriamente en 2016.
En 2016, el entonces ministro de energía israelí, Yuval Steinitz, anunció el plan de Turquía de importar gas natural israelí del yacimiento Leviathan, que se suponía que llegaría a Turquía en 2020 con la financiación necesaria, pero las tensiones entre las dos partes continuaron. La cambiante cooperación energética regional impidió la implementación del proyecto.
La cooperación energética entre Ankara y Tel Aviv se ha enfrentado a serios obstáculos desde 2016, situación que se vio empeorada por el dominio de Rusia sobre el mercado energético y los desarrollos en el proyecto Nord Stream 2. A pesar de ello, la UE persigue sus intereses en el Mediterráneo Oriental y algunos proyectos regionales importantes, como el gasoducto East Med, que conecta los recursos energéticos de la región con Grecia a través de la isla de Chipre, y el gasoducto Melita entre Malta e Italia.
Esos proyectos podrían beneficiarse de la financiación de la UE a finales de 2027 porque se denominan “Proyectos de interés común” (PCI).
Para continuar con el proyecto, la demanda en el sureste de Europa debe aumentar y el suministro en la región debe caer o los precios del gas deben ser altos para crear una ventana de oportunidad en el proyecto.
Si las actuales salidas de gas del Mediterráneo Oriental ya no fueran adecuadas, se puede considerar el gasoducto East Med. Mientras tanto, se debe activar un actor clave para poder vincular los intereses de compradores y vendedores y encontrar una solución comercial para generar ingresos para los productores creando competencia y ofreciendo alternativas a los clientes.
Algunos expertos que se oponen a las políticas de Turquía en el Mediterráneo citan la “construcción del Oleoducto del Mediterráneo Oriental” como un factor importante para reducir la presencia e influencia de Turquía en las ecuaciones geopolíticas de la región.
Todos los compradores y vendedores deben ser congregados por una empresa líder en el mercado. Uno de los principales impulsores será el nivel de riesgo que los proveedores estén dispuestos a aceptar. La mayoría de los contratos de venta de gas han dado hasta ahora a los productores una garantía de precio definitiva, lo que no es fácil de hacer en Europa.
El gasoducto East Med, capaz de transportar entre 9 y 12 mil millones de metros cúbicos de gas natural por año, lo que representa casi el 10% del suministro de Europa, se imaginó como el gasoducto de mayor longitud y profundidad. Por lo tanto, se esperaba que ayudara a reducir la dependencia de la UE del gas ruso.
Sin embargo, las altas complejidades financieras y técnicas generaron dudas sobre el proyecto. Italia, por donde se suponía pasaría un tramo del ducto, nunca participó formalmente en el proyecto. Los funcionarios sionistas y griegos anunciaron que están considerando planes para desviar East Med en 2022 de la isla de Chipre y construir un gasoducto a través de Egipto. Por otro lado, se firmó un acuerdo entre Egipto y el régimen sionista, que debilitó el caso de East Med.
Dada la falta de financiación para el proyecto del gasoducto East Med y el cambio en el equilibrio de poder en la región, la materialización de un gasoducto Israel-Turquía y las declaraciones de Erdogan de que Turquía está lista para importar y transferir gas israelí, podría ser un alternativa para Europa.
El acuerdo del gasoducto Turquía-Israel cambiará el equilibrio de poder en la región a favor de Turquía. Es natural que se necesite la cooperación de Chipre para implementarlo. El gas natural egipcio también se podría transferir a Europa a través del gasoducto Israel-Turquía, proporcionando parte de las necesidades energéticas de Europa, lo que sumaría a la reducción de la dependencia de Europa del gas ruso y mantener la estabilidad y la seguridad en la región del Mediterráneo Oriental.
Los cambios en los acuerdos de seguridad regional y la crisis energética en Europa son una buena oportunidad para Turquía y el régimen sionista. Estados Unidos siempre ha visto con buenos ojos la mejora y el fortalecimiento de las relaciones entre Ankara y Tel Aviv, y es natural que cualquier acuerdo que mejore las relaciones entre Ankara y Tel Aviv será respaldado por Washington. No debe olvidarse que la transferencia del gas natural del régimen sionista a Europa, el tradicional aliado de Estados Unidos, pavimentará el camino para la reducción gradual de la influencia política de Rusia en Europa y la reducción de la dependencia de Europa de los recursos energéticos rusos.
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Hassan Ashrafi es investigador de los asuntos de política turca.
N.d.T.: El artículo original, el cual fue publicado por SCFR el 03 de abril de 2022.