Por Sara Al Mulla para Arab News
El movimiento cooperativista comenzó en 1844 en la ciudad inglesa de Rochdale. Las condiciones de vida eran duras en ese momento y los alimentos básicos como harina, azúcar, mantequilla, leche y avena, eran demasiado caros para las personas. Sin embargo, un grupo de 28 hombres de clase trabajadora decidieron unirse para establecer una tienda cooperativa exitosa que vendiera productos de calidad a un precio justo para la comunidad local.
[Se prohíbe expresamente la reproducción total o parcial, por cualquier medio, del contenido de esta web sin autorización expresa y por escrito de El Intérprete Digital]
Hasta el día de hoy, las cooperativas continúan proporcionando bienes y servicios de calidad a precios competitivos. Estas son gestionadas y administradas por un grupo de miembros, quienes buscan lograr objetivos económicos, y al mismo tiempo que socialmente responsables.
Las cooperativas operan en diversos sectores de la economía, desde agricultura, educación y servicios financieros hasta el comercio minorista, vivienda y artes. Se estima que alrededor de 3 millones de cooperativas están operando a nivel mundial, empleando a 280 millones de personas y registrando a 1.200 millones de miembros.
Las 300 cooperativas más importantes del mundo generan más de USD 2.000 millones, entregados principalmente por empresas agrícolas y relacionadas con los seguros, según los datos publicados en World Cooperative Monitor (2018).
Las cooperativas brindan una serie de beneficios económicos como: el acceso a las dimensiones de escala y la oferta de productos o servicios competitivos a precios justos, el establecimiento de nuevos mercados, la mitigación de riesgos mediante la cooperación de proveedores, la promoción de innovación en nichos de mercado y la estabilización de precios en el sector agrícola.
Curiosamente, las ganancias generadas por las cooperativas se reinvierten en el negocio o se distribuyen a los miembros.
Las cooperativas también juegan un papel importante en el desarrollo social. Durante la pandemia, por ejemplo, muchas de ellas proporcionaron bienes esenciales a las comunidades vulnerables afectadas por las medidas de cierre. Los bancos cooperativos renunciaron a los cargos por pagos atrasados, los proveedores de servicios (entre ellos, internet) ofrecieron opciones a escuelas con préstamos a bajo interés y se pospusieron los pagos de alquileres en viviendas.
Por otra parte, estas organizaciones pueden brindar lucrativos beneficios económicos y sociales a Medio Oriente.
Los gobiernos deben formular una estrategia completa para comprender el potencial de mercado de las cooperativas. Esto debería tener en cuenta los sectores prioritarios en que las cooperativas podrían desempeñar un papel importante en la provisión de bienes y servicios esenciales para las comunidades.
Se debe alentar a los miembros de la comunidad a unirse a los movimientos cooperativos. Esto se lograría a través de campañas de concientización que arrojen luz sobre las contribuciones de este tipo de organizaciones, comercialicen sus productos y servicios únicos, relajen los criterios de membresía y expliquen sus beneficios.
Los programas de educación cooperativista dentro de las escuelas son espacios excelentes para crear conciencia sobre su importancia para las comunidades locales e inculcar el espíritu cooperativo entre los estudiantes.
Los cursos de educación superior o universitaria deben girar en torno a la gestión profesional de las cooperativas, centrándose especialmente en la competitividad, sostenibilidad financiera y manejo diario de clase mundial.
Esto tendrá el doble efecto de inspirar a los estudiantes a establecer posiblemente una cooperativa en el futuro o equiparlos con los conocimientos y habilidades necesarios para trabajar en una. Las soluciones de financiación son fundamentales para que puedan ver la luz y expandirse.
Los incentivos gubernamentales también son clave, como exenciones de tarifas, subvenciones y facilitación de servicios relacionados con la esfera pública.
Los paquetes de financiación especiales serían vitales para que las cooperativas se expandan en el escenario internacional, además de vincularlas con inversores y proporcionarle datos útiles de investigación de mercado.
Además, la legislación cooperativa independiente regularía el sector, estableciendo estándares para los modelos de gobernanza, el proceso de incorporación, las obligaciones legales de los derechos de voto, composición, funciones de la junta y las contribuciones a las comunidades locales.
Por último, dado que muchas cooperativas aspiran a ser socialmente responsables, sería vital que los gobiernos se asocien con ellas en una agenda filantrópica que canalice sus contribuciones en las carteras y áreas más necesarias.
El movimiento cooperativo puede realizar un aporte económico y social invaluable a la región. No es demasiado tarde para abrazarlo.
[Se prohíbe expresamente la reproducción total o parcial, por cualquier medio, del contenido de esta web sin autorización expresa y por escrito de El Intérprete Digital].
Sara Al Mulla es una funcionaria emiratí con especial interés en las políticas de desarrollo humanitario y la literatura infantil.
N.d.T.: El artículo original fue publicado por Arab News el 8 de mayo de 2021.