Por Arbella Bet Shlimon Jadaliyya
Los estudiosos de la historia del petróleo tienen la responsabilidad de poner la crisis climática en el centro de investigación y enseñanza. Las discusiones sobre el tema deben surgir naturalmente de las tendencias actuales de las historias políticas, sociales, culturales y etnográficas del Medio Oriente que buscan entender el recurso como un fenómeno discursivo e íntimamente material. Por lo tanto, llama la atención que, con demasiada frecuencia, no lo hagan.
[Se prohíbe expresamente la reproducción total o parcial, por cualquier medio, del contenido de esta web sin autorización expresa y por escrito de El Intérprete Digital]
El petróleo ha sido de interés para los historiadores de Medio Oriente desde los inicios de la industria. [1] Sin embargo, hasta este siglo, la mayoría de los análisis sobre el crudo regional eran descriptivos y normativos, describían una progresión lineal hacia la riqueza y la prosperidad y carecían de la perspectiva analítica.
Algunas de estas obras fueron escritas por expertos de la industria petrolera o incluso encargadas por las propias compañías. [2] Desde entonces, las historias del sector florecieron y se transformaron en un campo de estudios multidisciplinario y crítico.
Más recientemente, historiadores y eruditos de Medio Oriente con enfoque en los acontecimientos pasados consideraron las formas en que el petróleo atraviesa y da forma a las interacciones mundanas de las personas que viven en áreas petroleras al transformar la infraestructura y el tejido urbano.
Algunos estudiaron la cultura visual y escrita del petróleo y los imaginarios de la modernidad que surgieron de tales discursos. Otros escribieron sobre la ideología anticolonial de la soberanía de los recursos al examinar la nacionalización de las compañías en lugares como Irán, Irak, Arabia Saudita y Libia.
Otros se centraron en cómo el petróleo es una fuente de poder ambiental y tecnocrático en la construcción del Estado. [3] Algunos, incluyéndome a mí, también argumentaron que el papel del crudo en la política y las decisiones estratégicas debe entenderse, principalmente, como ideológico y cultural en lugar de estar impulsado por la necesidad o la escasez real. [4] Pero muy pocas de estas historias vinculan explícitamente la centralidad de los combustibles fósiles en la vida humana contemporánea con la crisis integral que los recursos crearon, incluso cuando fueron escritas por historiadores que expresaron su preocupación por el cambio climático en otros contextos. [5]
¿Por qué es tan común la omisión del cambio climático en las historias del petróleo en Medio Oriente? Solo puedo hablar por mí mismo. Las razones de su ausencia en mi reciente libro sobre la historia del petróleo y la etnia en Kirkuk podrían apuntar hacia algunas de las fuentes del problema.
Mi libro se basaba en mi investigación de doctorado, lo que significaba que estaba influenciado por mi formación de posgrado. En esa etapa, ninguno de mis asesores o colegas pensó en mencionar las consecuencias ambientales del consumo de crudo como una lente a través de la cual analizar su historia. De hecho, nadie a mi alrededor lo hizo nunca, ni en ninguna conferencia, ni durante charlas y proceso de revisión del manuscrito.
Fue solo muy tarde en el proceso de revisión, cuando el libro estaba a punto de entrar en producción, que me preocupé por el hecho de que no había mencionado el cambio climático en absoluto en sus páginas.
Enfoqué el proyecto en fuentes de archivo que fueron escritas por personas que nunca hubieran pensado en mencionar el exceso de dióxido de carbono en la atmósfera. De hecho, en el período que cubre mi libro, es casi seguro que no se dieron cuenta de sus peligros. Pero los historiadores suelen leer las fuentes a contrapelo.
Había escrito mucho sobre la segregación étnica y la estratificación de clases en Kirkuk, por ejemplo, basándome en fuentes que rara vez mencionaban directamente esos fenómenos. ¿Por qué, me pregunté, no había hecho lo mismo con el cambio climático?
Quizás como era de esperar, son aquellos que estudian la política energética y petrolera contemporánea en el Medio Oriente, en lugar de los historiadores, los que más han hecho para explicar los efectos del cambio climático. Estos investigadores destacaron cómo los países de Medio Oriente, especialmente en la región del Golfo Pérsico, respondieron a la crisis tratando de lograr la “sostenibilidad natural”, poniendo fin a los subsidios a la energía y buscando innovaciones en el diseño urbano. [6] Sin embargo, incluso en las ciencias sociales orientadas al presente, no todos los trabajos que examinan la política del petróleo se han centrado en el cambio climático.
Quizás la crítica reciente más poderosa de las ideologías petroleras predominantes es Oilcraft de Robert Vitalis, que describe lo que llama ‘ideología de escasez de petróleo’. Argumenta de manera convincente que la percepción de la necesidad de pelear guerras por el crudo en Medio Oriente, y la noción de que Estados Unidos pelea este tipo de conflictos es ilusoria. [7]
Vitalis analiza el cambio climático solo para criticar a los activistas ambientales que utilizan la ideología de la escasez de petróleo cuando argumentan que la energía ecológica ayudará a prevenir futuras invasiones similares a las de la Guerra de Irak. [8]
Estoy totalmente de acuerdo con la conclusión de Vitalis de que la energía verde no acabará con las guerras imperiales. Pero también me preocupa que él y yo, como otros, no pensamos en abordar la crisis climática de manera más directa, específicamente, en imaginar formas en que nuestra investigación podría ayudar a los activistas ambientales cuya comprensión de la relación entre energía y conflicto podría estar mal encaminada. [9]
Desde mi posición como historiador, sostengo que no hay ninguna razón por la que la omisión del cambio climático deba persistir en la historia de Medio Oriente. La forma en que hablamos sobre el cambio climático no tiene por qué estar arraigada en futuras especulaciones o preocupaciones presentistas. Tampoco es inevitable la ausencia del cambio climático en proyectos que se centran en temas como la etnicidad, el nacionalismo, la formación de identidades u otros fenómenos que no siempre son abiertamente físicos, materiales y ambientales.
Las historias críticas establecieron que el petróleo es un complejo de instituciones, culturas y relaciones de poder. Ese hecho pone de relieve las contingencias de la crisis climática. Cuando los historiadores establecen que el petróleo se comprende mejor a través de las ideologías y la vida social que produce, estamos derribando la fachada del crudo como algo esencial. Si la idea de guerras por el petróleo es ilusoria; si en realidad no necesitamos la llamada “seguridad petrolera” para tener energía; si, de hecho, esta reciente investigación ha desacreditado la idea de que el petróleo se entiende mejor como una negociación mortal en la que Estados Unidos está para mantener su seguridad, entonces queda claro que el consumo perpetuo de petróleo no es inevitable.
Los historiadores en Medio Oriente deberían seguir y ampliar los estudiosos del petróleo y otras formas de energía en América Latina y África, quienes a menudo hicieron que los vínculos entre su trabajo, el cambio climático y la justicia ambiental sean mucho más explícitos. [10] También debemos reconocer, apoyar y seguir a nuestros colegas que están haciendo este tipo de trabajo dentro de los estudios de Medio Oriente.
Por ejemplo, Mona Damluji, quien escribió extensamente sobre la cultura visual del petróleo y específicamente la historia del petróleo y el cine, convocó un seminario y un grupo de investigación sobre el tema de la justicia energética en la Universidad de California, Santa Bárbara, donde ella es miembro de la facultad de estudios de cine y medios.
En 2018, Damluji y su co-convocante del seminario, Javiera Barandiarán, presentaron su proyecto defendiendo el papel de las humanidades en los estudios de energía. La investigación humanista, sugirieron, puede desafiar la suposición común de que los sistemas energéticos existentes son inevitablemente necesarios en la vida moderna. [11] Otro ejemplo es la historia reciente del carbón en el Medio Oriente de On Barak, que argumenta lúcidamente que el carbón, como combustible del imperio, es tan importante para la historia de las regiones petroleras como lo es el petróleo, y que el mundo no puede descarbonizar sin primero comprender la trayectoria completa de la carbonización. [12]
Los seres humanos optaron por extraer y quemar combustibles fósiles durante siglos. Las historias críticas del petróleo pueden arrojar luz sobre por qué lo han hecho. Al demostrar la contingencia de esta elección, tales historias pueden ayudarnos a trazar un camino a seguir para superar la era de los combustibles fósiles. Hago un llamado a mis compañeros académicos que trabajan en la historia del petróleo en contextos de Oriente Medio para que piensen cuidadosamente y con un enfoque sostenido sobre cómo replantear nuestro trabajo para hacer que esa contingencia sea explícita y central.
[Se prohíbe expresamente la reproducción total o parcial, por cualquier medio, del contenido de esta web sin autorización expresa y por escrito de El Intérprete Digital].
Arbella Bet-Shlimon es historiadora enfocada en el Moderno Medio Oriente. Integrante del Departamento de Lenguajes y Civilización del Este en el Jackson School’s Middle East Center.
N.d.T.: El artículo original fue publicado por Jadaliyya el 26 de abril de 2021
Referencias:
[1] Estudiar, Stephen Hemsley Longrigg, “Oil in the Middle East: Its Discovery and Development” (Londres, Oxford University Press, 1954).
[2] BP by J. H. Bamberg and R. W. Ferrier commissioned by the company. The first volume is Ferrier, The History of the British Petroleum Company, Volume 1: The Developing Years, 1901–1932 (Cambridge, UK: Cambridge University Press, 1982). Quizás el libro más famoso de la industria del petróleo fue escrito por Daniel Yergin, The Prize: The Epic Quest for Oil, Money, and Power (New York: Simon and Schuster, 1991).
[3] Farah Al-Nakib, Kuwait Transformed: A History of Oil and Urban Life (Stanford: Stanford University Press, 2016); Christopher R. W. Dietrich, Oil Revolution: Anticolonial Elites, Sovereign Rights, and the Economic Culture of Decolonization (Cambridge, UK: Cambridge University Press, 2017); the special journal issue “Histories of Oil and Urban Modernity in the Middle East,” Comparative Studies of South Asia, Africa, and the Middle East 33, no. 1 (2013), featuring articles by Farah Al-Nakib, Reem Alissa, Arbella Bet-Shlimon, Mona Damluji, and Nelida Fuccaro; Toby Craig Jones, Desert Kingdom: How Oil and Water Forged Modern Saudi Arabia (Cambridge, MA: Harvard University Press, 2010); and Brandon Wolfe-Hunnicutt, The Paranoid Style in American Diplomacy: Oil and Arab Nationalism in Iraq (Stanford: Stanford University Press, 2021).
[4] Arbella Bet-Shlimon, City of Black Gold; Ethnicity and the Making of Modern Kirkuk (Standford University Press, 2019).
[5] Véase, por ejemplo, la breve reseña de Toby Jones que es un comentario de ones, Running Dry: Essays on Energy, Water, and Environmental Crisis (New Brunswick, NJ: Rutgers University Press, 2015). Otros historiadores y académicos de orientación histórica citados en este documento a menudo han expresado su preocupación por el cambio climático fuera de sus principales trabajos académicos publicados.
[6] Gökçe Günel, Spaceship in the Desert: Energy, Climate Change, and Urban Design in Abu Dhabi (Durham, NC: Duke University Press, 2019); Jim Krane, Energy Kingdoms: Oil and Political Survival in the Persian Gulf (New York: Columbia University Press, 2019); Mari Luomi, The Gulf Monarchies and Climate Change: Abu Dhabi and Qatar in an Era of Natural Unsustainability (London: Hurst & Co., 2014).
[7] Robert Vitalis, Oilcraft: The Myths of Scarcity and Security that Haunt U.S. Energy Policy (Stanford, CA: Stanford University Press, 2020). Un argumento similar se destaca en: Emily Meierding, The Oil Wars Myth: Petroleum and the Causes of International Conflict (Ithaca, NY: Cornell University Press, 2020).
[8] Vitalis, Oilcraft, 5.
[9] Para ver un ejemplo de cómo se puede utilizar el trabajo de Vitalis en Oilcraft, consultar Sam Ratner, “Climate Justice, not ‘Energy Security,’” Fellow Travelers, 4 January 2021, https://fellowtravelersblog.com/2021/01/04/climate-justice-not-energy-security/.
[10] Stephan F. Meischer and Dzodzi Tsikata, “Hydro-Power and the Promise of Modernity and Development in Ghana: Comparing the Akosombo and Bui Dam Projects,” Ghana Studies, v. 12/13 (2009/2010): 15–53; Myrna Santiago, “Extracting Histories: Mining, Workers, and Environment,” in “New Environmental Histories of Latin America and the Caribbean,” ed. Claudia Leal, José Augusto Pádua, and John Soluri, RCC Perspectives no. 7, 81–87 (2013); and Suzana Sawyer, Crude Chronicles: Indigenous Politics, Multinational Oil, and Neoliberalism in Ecuador (Durham, NC: Duke University Press, 2004).
[11] “Energy Justice in Global Perspective” https://energyjustice.global.ucsb.edu/seminar.
[12] Barak, Powering Empire: How Coal Made the Middle East and Sparked Global Carbonization (Oakland, CA; University of California Press, 2020).