Por Massoumeh Torfeh para al Bawaba
Con China y Rusia presionando su peso alrededor de la región, cualquier retraso adicional en un acuerdo nuclear con Irán terminará costando caro a Estados Unidos.
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Si al arrastrar sus pies, la administración Biden espera ganar tiempo para alcanzar las cláusulas de extinción de 2023 en el acuerdo nuclear de Irán para satisfacer los llamados a un nuevo acuerdo más amplio con el país, podría estar calculando mal sus posibilidades.
La firma del Plan de Acción Integral Conjunto —también conocido como el acuerdo nuclear con Irán— fue una revolución en términos de la política exterior de Irán y es muy poco probable que se repita pronto.
Robert Malley, el enviado especial de Estados Unidos para Irán, dijo a BBC Persian TV que la administración estadounidense está explorando todas las vías para sentarse y discutir detalles, pero el país persa está rechazando este llamado. Se esperaba que un paquete de ofertas estadounidenses que incluyera ‘’algún alivio de las sanciones’’ impulse las conversaciones, pero es poco probable que Irán lo acepte porque está buscando un alivio completo de las sanciones estadounidenses.
La semana pasada, 70 republicanos y 70 demócratas escribieron una carta al presidente Joe Biden pidiendo un nuevo acuerdo renegociado e integral que cubra el programa nuclear de Irán, misiles balísticos, terrorismo y violaciones de derechos humanos.
Israel también está disuadiendo al Presidente Biden de revivir el JCPOA. Los opositores argumentan que para 2024 todas las restricciones al enriquecimiento nuclear de Irán comenzarán a recaer y no tiene sentido unirse a ‘’un acuerdo que expira’’.
Puede que así sea, pero el PAIC sigue siendo el mejor mecanismo para mantener a Irán dentro de un marco internacional.
Irán está más entusiasmado ahora que nunca por un retorno sincronizado al pleno cumplimiento. Pero si el equipo de Joe Biden no logra renegociar a finales de abril, el JCPOA se volvería obsoleto para Irán.
La dinámica política y económica está cambiando en Irán. Después de cuatro años de máxima presión, Teherán está girando una esquina. Con el FMI prediciendo que la economía de Irán está en camino a la recuperación, y con China queriendo adquirir la mayor parte de su petróleo a cambio de desarrollos infraestructurales, Irán ya no está demasiado preocupado por las sanciones.
En su discurso en Nowruz, el líder de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, elevó el listón de las sanciones estadounidenses. ‘’Las cosas han cambiado a favor de Irán’’, dijo, y agregó, ‘’todas las sanciones estadounidenses deben ser levantadas.’’ Él trajo un nuevo elemento de ‘’verificar que las sanciones de Estados Unidos habían sido levantadas antes de cualquier charla de cumplimiento.’’
El presidente Biden ha expresado su preocupación por el acuerdo Irán-China, que fue firmado el sábado en Teherán por los ministros de Asuntos Exteriores de los dos países. La hoja de ruta de cooperación integral de 25 años —que se ha estado elaborando desde 2016— abarca una amplia cooperación económica, militar y de inteligencia, ampliando enormemente los vínculos con China.
Irán está calculando que sería más ventajoso alinearse con el éxito económico de China, que se espera que supere a Estados Unidos para 2028. El ayatolá Jamenei ha aprobado relaciones más estrechas con China y la línea dura siempre ha preferido China y Rusia a ‘’los estadounidenses’’.
‘’La preocupación de Biden es justificable’’, twitteo el jefe de Seguridad Nacional de Irán, Ali Shamkhani, ‘’el florecimiento de la cooperación estratégica en el Este está acelerando el declive de Estados Unidos’’.
Es comprensible que el presidente Biden quiera retrasar el proceso de unirse al JCPOA para avanzar junto con las prioridades políticas en casa, y con importantes aliados estadounidenses en la UE o en Israel que quieren controles mucho más estrictos sobre Irán. Pero retrasar el JCPOA es una estrategia de riesgo aún mayor.
Con China y Rusia también en desacuerdo con el presidente Biden, la reacción podría ser grave. Podrían vetar futuros planes para restringir el programa nuclear de Irán en el Consejo de Seguridad de la ONU. También pueden formar nuevas alianzas económicas y militares con Irán para dominar Medio Oriente y más allá.
‘’Estados Unidos debería rescindir inmediatamente sus sanciones contra Irán’’, dijo el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi. Y en una declaración conjunta el lunes con su homólogo ruso, Sergey Lavrov, acusaron a los Estados Unidos de ‘’intimidación e interferencia’’.
Eso puede ser en parte retórico, pero el costo real de retrasar el JCPOA al Presidente Biden sería una falta de cooperación por parte de Irán no sólo sobre inspecciones y arsenales nucleares sino también sobre todos sus otros planes para la región, como en Afganistán, Yemen, Irak y Siria.
Si el equipo de Biden está planeando esperar hasta después de septiembre, cuando un nuevo presidente esté en el poder en Teherán, puede estar seguro de que el llamamiento para el levantamiento de todas las sanciones estadounidenses no cambiará. Las elecciones presidenciales están previstas para junio, poniendo fin al segundo mandato del Presidente Hassan Rouhani. Se espera que el nuevo presidente sea uno de los favoritos del CGRI, tal vez con demandas adicionales de indemnización por daños y perjuicios.
Si el plan de Estados Unidos, por otra parte, es esperar hasta 2023, entonces Irán habría alcanzado su 60 por ciento de enriquecimiento de uranio. Según el organismo de control nuclear de la ONU, el OIEA, Irán está ahora enriqueciendo uranio con un nuevo tipo de centrifugadora avanzada en Natanz, y se espera que ’pruebe en frío’ su reactor nuclear Arak rediseñado antes de su puesta en marcha completa, con la ayuda de China, a finales de este año.
El JCPOA fue diseñado para bloquear todos estos acontecimientos y sin él habrá cero control sobre Irán. Un retraso, con toda probabilidad, es una renuncia a cualquier apalancamiento restante.
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El Dr. Massoumeh Torfeh es investigadora asociada de la London School of Economics and Political Science, especializada en Irán y Afganistán. Anteriormente fue periodista de la BBC y portavoz de la ONU y directora de comunicación.
N.d.T.: El artículo original fue publicado por albawaba el 02 de abril de 2021.