Por Francesco Cavatorta para MERIP
El complejo fenómeno del islam político inspiró incontables escritos sensacionalistas y alarmistas, tanto populares como académicos. Sin embargo, desde principios de la década de 1980, los contribuyentes del MERIP proporcionaron un antídoto con análisis matizados y en profundidad sobre el impacto que tuvieron los movimientos islámicos en las luchas populares por la democracia y los derechos de las mujeres, y contra la ocupación extranjera y regímenes autocráticos.
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Los primeros escritos y estudios sobre el islam político publicados en Estados Unidos y Europa a menudo se basaban en lecturas sesgadas de escritos religiosos y otros textos, y tenían poca conexión con la realidad sobre el terreno. MERIP, por el contrario, publicó sistemáticamente análisis basados en la investigación de campo, incluido el uso de la observación participante, entrevistas y etnografía. El resultado fue una rica diversidad de enfoques que comprenden la naturaleza plural del islamismo, involucran directamente las palabras y los hechos de los islamistas, y brindan información que prepara a los lectores para comprender los eventos del mundo real.
Si bien MERIP inicialmente no apreció ni anticipó las poderosas fuerzas islamistas que consolidaron el poder después de la revolución de 1979 en Irán, los escritores de MERIP pronto comenzaron a explorar las dimensiones políticas de la religión. En 1982 ofreció números especiales consecutivos. Como explican sus editores, en “Islam and Politics” (Política e islam) buscaron explorar “las condiciones materiales que subyacen a las manifestaciones concretas del islam como fuerza política”. El tema incluye estudios de Hanna Batatu sobre los movimientos chiítas clandestinos de Irak y la importancia de uno de sus líderes, Muhammad Baqir Al Sadr.
El siguiente número sobre “The Politics of Religion” (La política de la religión) ofrecía dos informes de Egipto. Eric Rouleau situó el asesinato de Anwar Sadat en el contexto de la manipulación de la religión por parte del difunto Presidente para apuntalar su régimen, mientras que Saad Eddin Ibrahim ofreció un retrato socioeconómico de los militantes religiosos de Egipto. Otros ensayos ofrecieron, como explicaron los editores, “una variedad de perspectivas sobre cómo la izquierda debería comprender y responder al islam político”.
En toda la cobertura del MERIP se insiste en la naturaleza plural del islamismo. Los autores del MERIP rechazan la noción común de que el islamismo es una ideología política coherente y unitaria con un conjunto de principios y posiciones ideológicas inflexibles, estandarizados en el tiempo y el espacio, con la intención de dominar la región. Ejemplos destacados de este enfoque alternativo son la revisión de 1988 de Michael Gilsenan del trabajo de Gilles Kepel y Emmanuel Sivan y el agudo análisis de Curtis Ryan de la Hermandad Musulmana de Jordania en 2015. Los ensayos recopilados en un volumen de 1997, Political Islam: Essays from Middle East Report (Islam Político: Ensayos desde el Reporte de Medio Oriente), editado por Joel Beinin y Joe Stork, demuestran cómo MERIP estuvo ofreciendo a los lectores una visión compleja del islamismo desde la década de 1980.
Los artículos del MERIP muestran por qué son importantes las diferencias nacionales y subnacionales, y cómo los ideólogos que emplean las mismas fuentes religiosas pueden llegar a conclusiones opuestas sobre el comportamiento político. Los autores del MERIP examinan los conflictos entre diferentes movimientos en el mismo país y entre países que son intensos e irreconciliables y observan cómo las diversas interacciones con el Estado y la sociedad en general informan y dan forma tanto a la ideología como al comportamiento. Aunque inusuales en las décadas de 1980 y 1990, ahora son enfoques indiscutibles para quienes buscan comprender el islam político. Siguiendo esta tradición, Rikke Hostrup Haugbølle y yo ofrecimos un examen del partido tunecino Al Nahda, dirigido por Rachid Ghannouchi a raíz de la revolución de 2011, que enfatizó la importancia de analizar cómo las ideas y prácticas del islamismo evolucionan dentro de la sociedad y, de manera crucial, cómo podrían filtrarse a los movimientos políticos islamistas.
Las raíces de MERIP en torno a la economía política materialista y un enfoque en los movimientos de izquierda podrían sugerir un sesgo contra los movimientos que llegaron a reemplazar a la izquierda como la forma dominante de oposición política contra los regímenes autoritarios. Sin embargo, los autores del MERIP se comprometieron con las ideas propias, declaraciones y posturas de los movimientos islamistas e informaron sobre ellas sin emitir juicios. Este enfoque ayudó a plantar las semillas para que los estudiantes del islam político prestaran atención a lo que dijeron los islamistas, cómo y en qué contexto lo dijeron, y cómo otros enfrentaron sus afirmaciones. Prestar atención al contexto del discurso islamista, así como a su variedad, llevó al MERIP a entablar debates que anticipaban cambios reales sobre el terreno, como el que exploró Gudrun Kramer en 1993 en sus “Nociones islamistas de democracia”. Entre otros ejemplos se encuentran el ensayo de 1982 de Hanna Batatu sobre los Hermanos Musulmanes Sirios que sugiere las conexiones filosóficas entre aspectos de su islamismo y el liberalismo clásico.
Además, las publicaciones del MERIP a menudo anticiparon las trayectorias de los desarrollos ideológicos y políticos experimentados por los principales movimientos islamistas. El rico archivo de la cobertura del MERIP ofreció a los lectores una guía para comprender los acontecimientos y desarrollos futuros en la región en gran parte porque principalmente se basa en el trabajo de campo, así como en la participación de los islamistas, y se presenta con sofisticación analítica. Por ejemplo, en 1998 Jillian Schwedler identificó las formas en que los islamistas se presentarían a las elecciones y cómo intentarían integrarse en las instituciones del Estado. También discutió la división entre moderados y radicales, y señaló correctamente las diferentes trayectorias que los islamistas podrían tomar a lo largo del tiempo. Aunque las categorías de moderado y radical ya no sean aplicables o aplicadas, contribuyeron durante un tiempo a comprender las tendencias divergentes que caracterizaron a los partidos y movimientos islamistas en la región. Así, en 2011, más de una década después del artículo de Schwedler, Graham Usher, colaborador de MERIP desde hace mucho tiempo, pudo identificar y explicar correctamente el éxito del partido al Nahda de Túnez en las primeras elecciones libres y justas después de la revolución de 2011.
El carácter distintivo del MERIP y sus análisis del islam político se ejemplifica en el artículo de 1997 de Charles Hirschkind “¿Qué es el Islam político?”, que desafía las percepciones y explicaciones superficiales, y sentó las bases para futuros exámenes de tal fenómeno sin nociones preconcebidas. La clave de este carácter distintivo es la profundidad del trabajo empírico que surge de los artículos del MERIP. En pocas palabras, en toda la gama de estudios que ha ofrecido MERIP, no existe un enfoque singular de MERIP para el islam político, pero existe un enfoque de MERIP para investigar e informar a los lectores: un enfoque basado en la honestidad intelectual y el pluralismo teórico.
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Francesco Cavatorta es profesor asociado en el Departamento de Ciencias Políticas de la Universi é Laval en Quebec, Canadá. Su proyecto de investigación actual se centra en la política de partidos en el norte de África y la convergencia entre los votantes y los manifiestos de los partidos.
N.d.T.: El artículo original fue publicado por MERIP el 21 de septiembre de 2021.