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El Interprete Digital

Las sanciones a Irán y el impacto en la cuota de Naciones Unidas

Por Abed Akbari para Strategic Council on Foreign Relations

Afueras de la ciudad de Theran, Irán. [Pierre Le Bigot / Creative Commons]

Vamos a abordar el tema más importante en las relaciones entre Irán y Naciones Unidas desde enero de 2021. El origen del mismo radica en el pago de las contribuciones anuales que corresponden a Irán como miembro del organismo internacional. También está en juego la posibilidad de que se suspenda el voto en la Asamblea General, debido al incumplimiento de la contribución, como resultado de los efectos de las sanciones de Estados Unidos sobre la economía iraní.

[Se prohíbe expresamente la reproducción total o parcial, por cualquier medio, del contenido de esta web sin autorización expresa y por escrito de El Intérprete Digital]

A principios de 2021, el Secretario General de las Naciones Unidas anunció en un informe que Irán, junto con otros nueve países, perdería su derecho de voto en la Asamblea General debido a la deuda de más de USD 16 millones. Al respecto, Irán —un Estado con antigüedad y poder— figuraba junto a 10 estados africanos de bajos ingresos —Libia, Comoras, República Centroafricana, Sudán del Sur, Somalia, Níger, Congo, Zimbabue y Santo Tomé y Príncipe—.

Las sanciones financieras y bancarias de Estados Unidos son el principal obstáculo para transferir los recursos de Irán, por ende, no podía abordar sus cuotas desde 2018. Los esfuerzos dirigidos por otros países para que se pueda enmendar la situación fracasaron debido al temor de que Washington pueda saquear estos recursos u obstruirlos.

La posición de la Secretaría General no respeta del todo lo establecido en el Artículo 19 de la Carta de la ONU, en el cual, se señala que el impago de las cuotas atrasadas de los Estados miembros no debe bloquear el voto a aquellos que viven una situación fuera de control.

La postura pasiva de Naciones Unidas frente a la presión estadounidense

Por lo tanto, cabe mencionar que en este tema, las Naciones Unidas, en lugar de ocuparse de la violación de los derechos de nuestros ciudadanos —quienes sufren las sanciones estadounidenses— y acatar la Carta estatutaria, se pusieron del lado de Washington en la práctica.

La posición del Secretario General fue recientemente repetida con dureza y Guterres amenazó con que cinco países, incluido Irán, están a punto de perder su derecho en la Asamblea General. De hecho, se ignoraron las sanciones de Estados Unidos y el papel destructivo que las mismas tienen sobre el impago de las cuotas.

Justamente, el impago de la contribución iraní está fuera del control de las autoridades locales. Las Naciones Unidas deberían considerar esto, especialmente dado que Irán en los últimos años había cumplido con sus obligaciones financieras hacia la entidad, redoblando sus esfuerzos a través de los pocos canales que tiene disponibles.

Finalmente, el 11 de junio de 2021, los recursos financieros de Irán en Corea del Sur se utilizaron solo para pagar las cuotas atrasadas a la ONU y el país retuvo su voto en la Asamblea General. Este proceso fue una señal más del papel de los Estados Unidos y la presión internacional para que se suspenda el derecho a voto.

Aunque la transferencia se realizó en última instancia con los permisos de Estados Unidos, no se debe ignorar el papel de sus sanciones. El portavoz de Naciones Unidas indicó que la falta de pago se atribuyó a los mecanismos que actúan sobre la economía y no a la voluntad del gobierno, haciendo hincapié en la voluntad iraní para resolver el tema. [1]

Desde principios de 2021, y el inicio del proceso para suspender el derecho de voto de Irán, la presión estadounidense contra el pueblo iraní y la posibilidad de retirar los recursos bloqueados para la importación de alimentos y medicinas no se reflejaron ni siquiera en lo más mínimo posible en las declaraciones de Naciones Unidas. 

Además, la organización y su Secretaría habían hecho mínimos esfuerzos para recibir las cuotas atrasadas de Irán de los activos incautados por Estados Unidos. Además, señalaron al país —uno de los miembros fundadores de la entidad—, como responsable de esta situación.

El otro aspecto del pago de las deudas de Teherán a las Naciones Unidas fue el desconocimiento por la Secretaría General de las condiciones derivadas de la pandemia del Covid-19. La recesión económica provocó que los países reduzcan las contribuciones financieras, y en el caso de Irán, este tema se complejizó debido a las sanciones estadounidenses.

Al estudiar la situación presupuestaria de las Naciones Unidas y su enfoque hacia las deudas de los Estados miembros, no se debe ignorar la reacción contradictoria ante situaciones particulares. 

Varios informes confirmaron la deuda de Estados Unidos con la ONU y el uso similar a una herramienta de la Casa Blanca del apalancamiento de las contribuciones financieras a la ONU. Sin embargo, ni la Secretaría ni su responsable reaccionaron seriamente. A su vez, las contribuciones financieras de los países ricos a cambio de ventajas políticas y favores —como el caso de Arabia Saudita y la eliminación de su nombre de la lista de violadores de los derechos del niño en Yemen—, afectaron la independencia técnica y de criterio de la entidad.

En conclusión, cabe mencionar que, dada la estructura de las Naciones Unidas, el uso del derecho al voto y el pago de la contribución financiera, sin prestar atención a las razones detrás del impago por parte de los Estados miembros, cuestiona su independencia.

En el caso iraní, existieron algunos factores susceptibles de poner en cuestión la objetividad y credibilidad de la organización internacional. En primer lugar, la no incorporación del artículo 19 de la Carta de la ONU sobre condiciones que escapan al control de los Estados miembros. En segundo lugar, la falta de atención al papel de Estados Unidos y la presión sobre la Casa Blanca para que liberalice los activos de Irán para asuntos más importantes —como la importación de medicinas y alimentos—. Finalmente, la ausencia de una reacción adecuada por parte de la Secretaría General a la política de Washington sobre los activos financieros de Irán. 

Las Naciones Unidas no desempeñaron el papel activo y efectivo que les corresponde, especialmente, cuando es una situación en la que están involucradas y necesitan el pago de las cuotas atrasadas.

Esta cuestión en sí demuestra que, independientemente del pago de la contribución financiera de Irán a esta organización, Teherán se enfrenta a cuestiones y problemas más graves, los cuales, tienen sus raíces en la pasividad de la ONU para resolver este problema. No soló no se refirió a la violación de los derechos humanos de los nacionales iraníes por parte de Estados Unidos, sino que también se dirigió y amenazó directamente al país.

 [Se prohíbe expresamente la reproducción total o parcial, por cualquier medio, del contenido de esta web sin autorización expresa y por escrito de El Intérprete Digital].

Abed Akbari es experto en política y economía internacional.

N.d.T.: El artículo original fue publicado por Strategic Council on Foreign Relations (SCFR) el 20 de junio de 2021.

Referencias

[1] IRNA (2021), “Deuda de la cuota de miembro de la ONU por problemas de transferencia de dinero”, disponible en: en.irna.ir/news/84191106/