Por Majid Rafizadeh para Arab News
Irán está cada vez más aislado y la presión sobre el régimen está en aumento. Esto se debe, en primer lugar, a la cambiante situación geopolítica en Medio Oriente, protagonizada por Turquía, Rusia, Arabia Saudí e Israel. La visita del Ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergey Lavrov, al Golfo el mes pasado envió un fuerte mensaje a Teherán. Los funcionarios rusos dejaron en evidencia que están buscando nuevos socios en la región, como lo demuestran los acontecimientos desarrollados en Siria. Estos eventos ejercerán más presión sobre Irán y bloquearán las vías políticas internacionales para el régimen.
[Se prohíbe expresamente la reproducción total o parcial, por cualquier medio, del contenido de esta web sin autorización expresa y por escrito de El Intérprete Digital]
En segundo lugar, Irán está perdiendo algunas de las áreas que anteriormente le proporcionaron seguridad o influencia y ventaja política. La conferencia del mes pasado sobre Siria a la que asistieron Turquía, Qatar y Rusia en ausencia de Teherán probablemente demuestra que el régimen ya no es un reclutador activo en este campo. En Siria, donde Irán invirtió mucho tanto en recursos financieros como en recursos humanos, casi no ganó nada. Lo mismo está sucediendo en Irak.
Bagdad está aumentando su distancia política de Irán y gravitando hacia Occidente. La visita del Papa Francisco a Irak fue un mensaje claro a este respecto. Más aún, el Primer Ministro iraquí Mustafa Al Kadhimi no puede ser considerado un aliado fiel de Irán. Por ello, la inversión de Teherán en Irak alcanzó un mínimo histórico y es evidente que la relación entera es totalmente diferente a la de hace seis años.
Irán cuenta con el retorno del acuerdo nuclear del Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC) de 2015 para poder seguir beneficiándose del mismo, pero esta confianza no se condice con la realidad. Cada acuerdo internacional es el resultado del equilibrio de poder en ese momento y el equilibrio de poder de hoy no es una continuación del de 2015. Es cada vez más evidente que la Administración Biden no apoya los términos originales del PAIC, al reconocer la cambiante situación internacional y regional tanto para Irán como para Estados Unidos. Incluso aquellos que negociaron y defendieron el PAIC en aquel momento reconocen que el acuerdo debe cambiar para reflejar mejor las nuevas posiciones regionales e internacionales. Wendy Sherman, negociadora principal de Washington para el PAIC y nominada por el Presidente Joe Biden para vicesecretaria de Estado, no lo defendió en su audiencia de aprobación del Senado el mes pasado.
En tercer lugar, Irán atravesó dos levantamientos desde que se firmó el PAIC. El Presidente Hassan Rouhani dijo que fue sólo después del levantamiento de 2017 que Donald Trump se atrevió a abandonar el acuerdo nuclear. Con la reciente revuelta en la provincia de Sistán y Baluchistán, el Ministerio de Relaciones Exteriores iraní rechazó las conversaciones no alineadas con Estados Unidos porque no era una buena oportunidad. Por esta razón, el papel de Teherán en el nuevo equilibrio de poder es tan mínimo que el régimen está atacando actualmente las bases estadounidenses en Irak en un intento de forzar a Washington a negociar en sus términos.
A nivel regional, Israel y los Estados árabes se acercaron. Durante su audiencia, Sherman se refirió a los Acuerdos de Abraham, que alteraron las relaciones y el poder dentro de la región. Esta nueva asociación hace que sea más difícil tratar con Irán, ya que el régimen se siente acorralado. Asimismo, enfrentamos una nueva ola en el Congreso, que solo agrava los desafíos de Irán al tratar de alcanzar su visión de negociaciones exitosas.
En cuarto lugar, los legisladores republicanos en el Congreso de los Estados Unidos introdujeron ocho leyes en un esfuerzo por impedir que la Casa Blanca regrese al PAIC. Estas abarcan cuestiones como el endurecimiento de las sanciones contra Teherán, la oposición a la flexibilización de las sanciones y la declaración de no apoyo al PAIC. Uno de los proyectos de ley, presentado por el Senador Bill Hagerty y que busca la supervisión del Congreso sobre cualquier plan gubernamental para levantar las sanciones, obtuvo el apoyo de 27 senadores. Otro plan es una resolución presentada por el Senador Tom Cotton, que se opone a cualquier forma de alivio de sanciones a menos que se aborden todas las disputas con Irán, incluyendo sus programas nucleares, misiles balísticos y regionales. Este proyecto de ley atrajo a 31 copatrocinadores. También se introdujeron dos planes paralelos en la Cámara de Representantes que fueron apoyados por 24 y 30 partidarios, respectivamente.
La principal crítica de los republicanos conservadores y de destacados demócratas en el Congreso en 2015 fue que el PAIC solo bloqueó temporalmente los esfuerzos de Irán para adquirir armas nucleares y que una serie de plazos fueron escritos en los términos. Estos permitiría levantar todas las restricciones a los programas nucleares y de misiles de Irán. Por ejemplo, en 2030 se permitiría a Teherán enriquecer uranio indefinidamente y aumentar su número y calidad de centrifugadoras indefinidamente. Este nivel de capacidad para enriquecer uranio pondría a Europa en peligro.
En la audiencia del Senado de Sherman, el Senador Mitt Romney criticó al PAIC debido a estas fechas límites. Luego le preguntó sobre el largo plazo y Sherman, que se esperaba que rechazara esta crítica porque era una de las arquitectas del PAIC, no respondió a Romney, pero dijo: “Sí, la situación cambió”.
Como resultado de estos acontecimientos, el régimen cada vez más aislado de Irán parece estar en su punto más débil desde su creación en 1979.
[Se prohíbe expresamente la reproducción total o parcial, por cualquier medio, del contenido de esta web sin autorización expresa y por escrito de El Intérprete Digital]
El Dr. Majid Rafizadeh es politólogo iraní-estadounidense educado en Harvard.
N.d.T.: El artículo original fue publicado por Arab News el 08 de abril de 2021.