Por Sylvain Mercadier para The New Arab
Por muchos años, el mundo recordará este breve momento de la historia en marzo de 2021 cuando, a pesar del resurgimiento de la epidemia de coronavirus, el Papa Francisco, de 84 años, viajó miles de kilómetros para conocer al pueblo iraquí. La visita sin precedentes del líder de la Iglesia Católica provocó un momento de júbilo generalizado desde Bagdad hasta Mosul y desde las ruinas de Ur, la ciudad del profeta Abraham, hasta las llanuras de Nínive, la cuna de la cultura asiria.
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Por más de 20 años, el Vaticano estuvo deseoso de organizar una visita de este tipo para reafirmar el apoyo de la Iglesia Católica a las minorías cristianas locales, así como también para enviar un mensaje de paz y coexistencia hacia el mundo musulmán. En este sentido, la visita del Papa Francisco a Irak fue un gran éxito.
Después de haber superado recientemente al brutal grupo Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), Irak sigue marcado por los efectos de una guerra incesante en el país entre 2003 y 2017. Cientos de miles de iraquíes aún no regresan a sus hogares, mientras que las minorías religiosas sufrieron, una vez más, eventos traumáticos de los que todavía luchan por recuperarse. De hecho, el número de cristianos sigue disminuyendo en Irak debido a la discriminación, la apropiación de tierras y, por supuesto, los actos de terrorismo. Si bien hace 20 años la comunidad cristiana de Irak contaba con 1,5 millones de personas, hoy esta cifra se desplomó a unos 250.000, muchos de los cuales continúan desplazados.
El encuentro con el Ayatolá y el enaltecimiento a los kurdos
Uno de los grandes éxitos del Papa Francisco durante la visita fue haber obtenido una fatwa del Gran Ayatolá Ali Al Sistani, la figura más prominente del islam chiíta, en la que pide a los creyentes que garanticen la seguridad y preserven los derechos constitucionales de los cristianos. Durante su reunión con Al Sistani en su casa en Nayaf, el Papa Francisco no omitió mencionar que las milicias chiítas iraquíes en las llanuras de Nínive habían participado en acciones discriminatorias hacia la comunidad cristiana de la zona, actitudes que esperaba que el Ayatolá pudiera ayudar a prevenir.
Al Sistani no reaccionó de mala manera a esta solicitud, aunque tiene una influencia limitada en las acciones cometidas por las milicias locales del otro lado de Irak. Sin embargo, el nuevo edicto del líder chií puede desempeñar un papel importante para frenar la estigmatización de los cristianos por parte de los grupos armados chiíes respaldados por Irán. Al día siguiente, el Papa Francisco viajó al sur de Irak para visitar el Kurdistán iraquí y la provincia de Nínive, donde la comunidad cristiana todavía tiene una presencia significativa. El mensaje del Papa a las autoridades kurdas locales —principalmente a la familia Barzani, que domina las instituciones kurdas a través de su partido, el Partido Democrático del Kurdistán (KDP, por su sigla en inglés)— fue significativamente diferente del que compartió con el clérigo chiíta. De hecho, el Papa solo tuvo elogios para los líderes kurdos por su relación con las comunidades cristianas del país.
El Papa Francisco agradeció a los líderes kurdos por haber dado la bienvenida a los cristianos desplazados durante las peores fases de la expansión del EIIL en Mosul y Nínive. Incluso, llamó al Kurdistán iraquí un ‘hogar para cristianos desplazados’, según un medio pro-KDP controlado por el Presidente de la región kurda, Nechirvan Barzani.
La diferente percepción del Papa sobre el trato de los cristianos por parte de los grupos kurdos en comparación con las milicias iraquíes no resulta sorprendente y sigue la narrativa de que los kurdos son más tolerantes y más abiertos a la coexistencia que sus homólogos árabes, quienes a menudo son reducidos a su identidad sunita o chiíta. Pero, ¿qué tan precisa es esta percepción?
Una historia heterogénea del Gobierno Regional de Kurdistán con las minorías cristianas
Más allá de la imagen de tolerancia y convivencia que el Gobierno Regional del Kurdistán (KRG, por su sigla en inglés) está tratando de transmitir, las comunidades cristianas que viven en áreas controladas por las fuerzas kurdas sufren discriminación e instrumentalización. Los gobernantes del KRG buscaron durante mucho tiempo expandir su control a territorios en disputa que deberían dividirse entre el KRG y el Gobierno federal.
Estas áreas de mixtura étnica y religiosa contienen vastos recursos y aumentarían el tamaño del KRG, con lo que se transformaría en un Estado más viable. No obstante, eso requeriría que las comunidades locales estuvieran de acuerdo con un proyecto de construcción nacional de este tipo, pero no es necesariamente el caso. En 2017, la Confederación Asiria de Europa publicó un informe detallado que describe cómo el KRG estaba socavando la democracia y conquistando los territorios en donde las minorías habitan.
A nivel institucional, aunque las minorías disfrutan de un sistema de cuotas que asegura la representación en las instituciones regionales, el arreglo fue manipulado sistemáticamente por los principales partidos kurdos (y por otros partidos en Bagdad) para asegurarse de que juegue a su favor. Max Joseph, un escritor asirio y experto en políticas públicas lo explica:
«Durante las elecciones, el KDP ordena a miles de cuadros del partido kurdo que voten por miembros cristianos del KDP para oponerse a candidatos independientes», contó a The New Arab. «Pueden hacer esto legalmente y tiene sentido para ellos porque se necesitan menos votos para ganar un escaño de cuota que un escaño regular. Todo esto se burla del sistema de cuotas y es por eso que partidos secundarios como la Unión Patriótica del Kurdistán y Goran quieren borrarlo en el KRG, porque está totalmente comprado por el KDP», profundizó.
El KDP también se esfuerza mucho en promover figuras cristianas leales, aunque a menudo carecen de legitimidad dentro de su propia comunidad. Como explicó Joseph, «el KDP recientemente elevó a un individuo cristiano leal llamado Ano Abdoka al puesto de Ministro e hizo un gran algarabía al respecto: este es un hombre que nunca se presentó a ninguna elección y que es impopular dentro de su comunidad». El obispo caldeo de Duhok, Raban Al Qas, es otra figura afiliada al KDP. Su lealtad se remonta a 2004, cuando Massoud Barzani protegió al obispo de una venganza después de que presuntamente matara a una familia kurda de cinco miembros en un accidente automovilístico.
«Al obispo Al Qas le gusta conducir autos grandes y rápidos. Un día, mató a toda una familia en la ruta Mosul-Erbil. Massoud Barzani compensó él mismo a la tribu de las víctimas, al tiempo que ofreció protección al obispo a cambio de su lealtad y defensa del KDP en el futuro», dijo un coordinador de una ONG cristiana en Erbil a The New Arab, bajo condición de anonimato. Desde entonces, Al Qas fue una de las figuras religiosas cristianas más sumisas en el Kurdistán, e incluso pidió a su miembros caldeos que se refirieran a sí mismos como kurdos cristianos y ya no como caldeos.
Si bien los líderes kurdos lograron posicionar a los líderes de las minorías en puestos clave, también apuntan a aquellos que se oponen a su política expansionista. «Yo y muchos otros activistas cristianos recibimos regularmente amenazas por denunciar las prácticas del KDP», admitió Athra Kado, residente de Alqosh y miembro del Movimiento Democrático Asirio, una organización independiente que se opone al control del KDP en tierras asirias, al igual que se opuso a Sadam Hussein y sus políticas brutales en los años ochenta. «Los seguidores del KDP son una minoría en nuestra comunidad, pero lograron nombrar un alcalde en nuestra ciudad», continuó. Se refería a Lara Youssif Zara quien fue nombrada alcaldesa de Alqosh en 2017 y quien lanzó un vasto proyecto de venta de terrenos alrededor de la ciudad, proyecto que los lugareños temen que pueda traer serios cambios demográficos en el área.
Los cristianos y los yazidíes comparten la misma relación conflictiva con el PDK, después de que los combatientes kurdos peshmerga no los defendieran en 2014 cuando el Estado Islámico lanzó ataques contra sus comunidades. Para ese momento, los peshmergas se habían apoderado de sus tierras y juraron defenderlos de cualquier agresión. Sin embargo, a medida que los terroristas se acercaron, abandonaron sus posiciones sin luchar y sin siquiera informar a las comunidades, lo que provocó el genocidio yazidi en las montañas Sinjar y la destrucción de muchas aldeas cristianas en la llanura de Nínive.
Desde que EIIL fue derrotado, el KDP reanudó su política de expandir su red de grupos armados de patrocinio a expensas de los actores locales e independientes. «Aunque existe un modelo exitoso [de administración local y autoprotección], este está siendo saboteado porque el KDP desea anexar estos territorios», aseveró Max Joseph. «El KDP entiende que una presencia de seguridad local independiente junto con una representación política independiente, ya sea asiria o yazidí, arruina sus posibilidades a largo plazo de hacerlo», agregó.
Un ‘traje elegante para usar’
La política kurda es ofrecer protección a las minorías a cambio de sumisión y adhesión al proyecto de un mayor Kurdistán, como lo concibió Massoud Barzani en su fallido proyecto de independencia kurda de 2017. Por lo tanto, los grupos minoritarios están siendo instrumentalizados por actores más grandes para lograr su objetivo de consolidar un poder más amplio en la región.
Parece probable que el Papa Francisco no tuviera este conocimiento cuando visitó Erbil y Qaraqosh, pero muchos cristianos locales, a pesar de estar extasiados por la visita del Papa, expresaron su decepción al verlo saludar a los gobernantes kurdos como protectores de los cristianos.
«Nos sentimos honrados de dar la bienvenida al Papa. Tal vez fortalezca a nuestra comunidad, pero es una pena que tuviera que darle su bendición a los Barzani», afirmó dijo Athra Kado, residente de Alqosh, y continuó: «Los gobernantes kurdos nos están vistiendo (a las comunidades cristianas) como un traje elegante frente a Europa para blanquear su imagen».
En este sentido, es posible que el viaje del Papa legitime aún más al liderazgo kurdo. «El lenguaje de la coexistencia es a menudo utilizado por los gobernantes para esbozar una imagen optimista de la vida bajo su gobierno. Sin embargo, los numerosos casos de abusos, tanto a nivel individual a observadores críticos y a periodistas con amenazas y actos de violencia, como también a un nivel superior, con la ocupación continua de ciudades asirias fuera del KRG con milicias del partido, hace que la convivencia pierda todo sentido», sentenció Joseph.
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Sylvain Mercadier es Licenciado en Geografía y Planificación Urbana, posee una Maestría en Ciencias Políticas con enfoque en el mundo árabe y, actualmente, es periodista independiente de temas del Medio Oriente.
N.d.T.: El artículo original fue publicado por The New Arab el 10 de marzo de 2021.