Por Shohdi Mourad para The Tahrir Institute for Middle East Institute (TIMEP)
En el barrio obrero de Shubra, esperando frente a un almacén privado donde trabajadores distribuían bolsas de plástico negras con frijoles, aceite de cocina, paquetes de té y azúcar, y atún, Ismail, de 65 años, empleado jubilado del Ministerio de Electricidad, aguardaba para recibir su ración.
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La semana anterior, Ismail recibió la promesa de una bolsa extra por parte de su vendedor local del Ministerio de Suministros, si votaba por los tres candidatos del partido Futuro Nacional (PFN) que se presentaban en su distrito a las elecciones parlamentarias.
La segunda fase de las elecciones a la Cámara de Representantes se celebró en 9.468 colegios electorales de 13 provincias: El Cairo, Qalioubiya, Daqahliya, Menoufiya, Gharbiya, Kafr Al Sheikh, Sharqiya, Damietta, Port Said, Ismailia, Suez, Sinaí Norte y Sinaí Sur, con 31 millones de egipcios con derecho a voto.
Al término de las dos etapas en todas las gobernaciones del país, la Autoridad Electoral Nacional anunció que la lista electoral encabezada por el PFN había arrasado con la mayoría de los votos.
Ismail estaba acompañado por una docena de otros votantes a los que también se les había prometido bolsas de productos luego de votar. Después de dos horas de espera, las discusiones entre los votantes y los voluntarios empezaron a intensificarse, lo que llevó a una pelea a mano limpia cuando el almacén se quedó sin bolsas.
Decenas de otros actos de compra de votos se documentaron en las redes sociales y en la prensa local independiente, en su mayoría por parte de miembros del oficialista PFN y de otros candidatos adinerados en pueblos remotos y en zonas más pobres.
Aunque el Consejo Nacional de Derechos Humanos, afiliado al gobierno, citó incidentes de sobornos, la Autoridad Electoral Nacional y el gabinete informaron que no habían documentado ninguno.
“Están abusando del hecho de que hay personas empobrecidas que necesitan estas bolsas”, dijo Ismail al salir del almacén.
Aunque Ismail no recibió su prometida bolsa de raciones de comida, dos días después, los tres candidatos del PFN por los que votó, ganaron el recuento en Shubra, asegurando los tres escaños.
Después de garantizarse una mayoría de 154 escaños el pasado otoño en las elecciones para el Senado inaugural de Egipto – una cámara alta del Parlamento cuyo papel será en gran medida consultivo – y el cargo de su presidente, el partido, firme simpatizante del aparato de seguridad del país y de las últimas oleadas de medidas de austeridad y aumentos, busca otra amplia victoria en la Cámara de Representantes.
El partido, relativamente nuevo, se formó en 2014 como un ala política juvenil para apoyar al entonces candidato presidencial y ex Ministro de Defensa, Abdel Fattah Al Sisi.
En medio de una continua represión de la disidencia política tanto en la esfera pública como en la sociedad civil, en cuestión de seis años, el partido está actualmente a la cabeza de la escena política electoral del país, guardando similitudes con el actualmente disuelto Partido Nacional Democrático (PND) de Hosni Mubarak.
En varias declaraciones y apariciones en los medios de comunicación, el partido negó reiteradamente querer replicar las prácticas de los antiguos partidos gobernantes y afirmó su apertura a una vida política libre de todo monopolio.
Al preguntársele si el control de la mayoría absoluta de los órganos legislativos del país significa el control total de la escena política, un alto miembro de la rama del partido en Alejandría, que accedió a responder a las preguntas bajo condición de anonimato, explicó que “el partido estableció una coalición denominada ‘Por amor a Egipto’ que contiene diferentes opiniones políticas de distintos partidos que apoyan o son críticos con el gobierno”.
“Estamos hablando de otros diez partidos de diferentes orígenes: liberales, de izquierda y centristas, todos ellos unidos para apoyar al Estado egipcio en el difícil momento actual”, añadió.
Esta coalición electoral incluye a partidos como el Partido Popular Republicano, el Partido de la Libertad Egipcia, los Defensores de la Patria, el Egipto Moderno, al Wafd, Tagammu, el Partido Socialdemócrata Egipcio, el Partido de la Reforma y el Desarrollo, el Movimiento Nacional Egipcio y el Partido del Congreso.
La coalición se aseguró 100 escaños en la próxima Cámara de Representantes, superando con creces a todos los demás partidos y coaliciones.
“Sí, hay una mayoría en los números de nuestros candidatos, pero esto es según la capacidad financiera y logística de cada partido”, dijo el entrevistado.
En cuanto a las fuentes de financiación, el miembro del partido dijo que “varios de los políticos son empresarios patriotas”.
Este preocupante monopolio se da ya en varios sindicatos, instituciones de la sociedad civil, ministerios y autoridades locales, donde los puestos destacados se reservan a los actores políticos y sociales pro-estatales, un acto político que marcó el reinado de Mubarak.
Un claro ejemplo es el nombramiento del jefe del partido, Abdel Wahab Abdel Raziq, como presidente del Senado recientemente elegido. Abdel Raziq trabajaba como jefe del Tribunal Constitucional Supremo después de que su predecesor, Adly Mansour, dimitiera para ejercer de Presidente interino tras la destitución de Muhammad Morsi en 2013.
Formó parte del contramovimiento judicial para desestimar los veredictos legales, tanto del Consejo de Estado como del Tribunal de Asuntos Urgentes, en relación con el acuerdo de demarcación de la frontera marítima entre Egipto y Arabia Saudí, afirmando así la transferencia de las islas de Tirán y Sanafir a Arabia Saudí.
En 2018 terminó su servicio y en 2020 se presentó como candidato al Senado por el PFN y fue elegido.
“Creemos en un modelo en el que haya un gran paraguas desde el que varios actores políticos puedan ejercer la labor pública, al tiempo que apoyan al Estado egipcio y sus instituciones”, añadió el miembro del partido.
“Estamos aquí para llenar el vacío de la ausencia de una escena política”, dijo y agregó que no son “el partido del Presidente o del Estado, pero estamos orgullosos de apoyarlos”.
Las actividades benéficas del PFN incluyen la celebración de multitudinarios mercados de temporada en los que se venden productos con descuento, generalmente en las principales plazas y en el exterior de las estaciones de metro de El Cairo, así como la distribución de raciones de comida, ropa y mantas a las comunidades empobrecidas. El partido, también organiza torneos deportivos y conferencias multitudinarias para apoyar a los dirigentes políticos y a los aparatos de seguridad.
Atrayendo el apoyo de varios ex funcionarios, oficiales, jueces y empresarios, tiene una fuerte presencia en casi todas las ciudades importantes del país y en los medios de comunicación privados y estatales.
El PFN tiene una fuerte y organizada presencia en medios impresos, audiovisuales y en línea. La mayoría de los contenidos mediáticos que genera se emiten intensamente en canales pro estatales como Sada Al Balad, DMC y ON TV. Además, posee una página web oficial y un medio de comunicación en línea.
Las actividades, talleres y declaraciones del partido, también se distribuyen ampliamente entre los medios de comunicación en lengua árabe como comunicados. En la prensa egipcia pueden encontrarse semanalmente titulares como que el PFN distribuye o vende mantas baratas, aparatos electrónicos, productos cárnicos o material escolar.
En muchos casos, el partido repite como un loro y aplaude las declaraciones y posiciones políticas del Presidente, inunda los medios de comunicación con declaraciones que alaban los discursos de los dirigentes del Estado y produce vídeos musicales hiper nacionalistas que aclaman a la policía y al ejército.
En el barrio obrero de Al Marg, uno de los distritos más poblados de El Cairo y con peor infraestructura, una maestra de escuela jubilada de 62 años dice que espera que su nuevo representante en el Parlamento ayude a sus hijos a encontrar trabajo.
“El partido se ha portado bien con nosotros en el Ramadán y en todas las ceremonias religiosas. Además, tienen grandes lugares de venta de ropa y comestibles baratos”, dijo la docente.
Además, declaró que fue “transportada gratuitamente desde un punto de recogida hasta su colegio electoral por microbuses con logotipos del PFN y que le dieron una comida”.
Dentro de su colegio electoral, mientras llevaba una guía con fotos de candidatos a los que votar, fue escoltada por jóvenes voluntarios del partido que llevaban camisetas blancas en las que se leía “baja y vota”.
A pesar de que sus hijos son “apáticos a las elecciones”, ella votó “porque quería garantizarles un futuro mejor”.
Un antiguo miembro del partido nasserista Karama, declaró que a él y a su familia les ofrecieron sobornos para que votaran al candidato del PFN en Menoufiya.
“Están utilizando la falta de conciencia política de la gente para su beneficio en detrimento de las masas”, dijo, y añadió: “La gente sigue pensando que el miembro del Parlamento es el que puede ayudarles a pavimentar la carretera de su calle o a retirar la basura”.
“Son elegidos por el pueblo, pero bajo la cúpula [del Parlamento] son el enemigo del pueblo, aprobando la ley para justificar el encarcelamiento de miles de personas, así como los continuos aumentos que sólo afectan a los pobres”, agegó.
Sin embargo, a pesar del sombrío panorama para el pluralismo político, el candidato independiente y crítico declarado del gobierno, Ahmed Tantawy, prepara una segunda vuelta en diciembre en Kafr Al Shiekh.
“Nosotros, los jóvenes que participamos en la revolución de 2011, tenemos que continuar la lucha que iniciamos aunque el panorama no sea muy optimista”, dijo un miembro de la campaña de Tantawy.
“No sólo nos enfrentamos a enormes cantidades de capital político que se distribuyen en público para influir en la gente para que vote, sino también a un Estado represivo que favorece a los candidatos que le son afines”, expresó.
El activista dijo que la policía impidió una conferencia popular que la campaña iba a celebrar en octubre, alegando la preocupación por el COVID-19. “Sin embargo, la policía garantiza y permite que los miembros de la gobernación de Kafr Al Sheikh asistan a las conferencias del PFN”.
Tantawy, que reunió unos escasos 44.000 votos, se enfrenta a cinco candidatos, tres de ellos ex policías. Uno de ellos es Mohey Al Qatan, antiguo agente de policía y miembro del Partido Nacional Democrático (PND), que actualmente forma parte del PFN.
Ahmed Osmani, de 29 años, taxista, dijo que le ofrecieron 200 EGP para votar a Al Qatan, pero se negó y volverá a votar a Tantawy en la segunda vuelta.
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Shohdi Mourad es el seudónimo de un colaborador residente en El Cairo que solicitó anonimato.
N.d.T.: El artículo original fue publicado por TIMEP el 19 de noviembre de 2020.