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El Interprete Digital

Los objetivos de Egipto en el Mediterráneo Oriental

Por Mahmoud Fazeli para Strategic Council on Foreign Relations

Presidente de Egipto, Abdel Fattah Al Sisi. [Official Resources of the President of Russia/Creative Commons]

La firma del Memorando de Entendimiento sobre la demarcación de las fronteras marítimas entre Egipto y Grecia es una respuesta a la firma de un pacto similar entre Turquía y el Gobierno de Acuerdo Nacional de Libia dirigido por Fayez Al Siraj. Este acuerdo fue firmado por los Presidentes de Turquía y Libia en noviembre del año pasado, hecho que enfureció a los funcionarios de El Cairo y Atenas. 

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Grecia había afirmado que el memorando entre Turquía y el Gobierno de Acuerdo Nacional de Libia era ‘ilegal’. Por ello, indicó que Atenas y El Cairo estaban cooperando para hacer frente a cualquier desafío en la región del Mediterráneo oriental. Ankara también estuvo perforando y explorando gas en la parte oriental de la isla de Chipre, algo que genera preocupación entre Grecia, Egipto y el régimen sionista. La aprobación del Presidente de Egipto, Abdel Fattah Al Sisi y de la Comisión Legislativa del Parlamento egipcio de dicho acuerdo mostró que El Cairo considera necesario este entendimiento para realizar inversiones en las reservas ‘mediterráneas’.

En este pacto, los Gobiernos de Egipto y Grecia —al declarar su adhesión a los principios del acuerdo y los objetivos de la Carta de las Naciones Unidas, y de conformidad con el derecho internacional— expresaron su deseo de contribuir a la estabilidad de la región de buena fe sobre la base del derecho internacional, al tiempo que reiteraron su intención de fortalecer las relaciones de vecindad, amistad y cooperación mutua. Según el acuerdo, si cada país entra en negociaciones con otro país que cuenta zonas marítimas con el objetivo de determinar su zona económica exclusiva, esa parte debe informar a la otra parte antes de llegar a un acuerdo final con el tercer país. Egipto no acepta políticas hegemónicas ni que algunas partes creen tensiones, y considera que la presencia militar extranjera en Libia intensificará el conflicto y servirá a objetivos hegemónicos.

Con el descubrimiento de importantes reservas de gas frente a las costas de Egipto, Israel y Chipre en la última década, el Foro del Gas del Mediterráneo Oriental se estableció en El Cairo a principios de 2020 con la participación de las partes interesadas, Francia e Italia. Turquía, que tiene relaciones más o menos tensas con los principales actores regionales, quedó fuera del plan. Ankara considera que cualquier acuerdo de cooperación político-económica contrario a los intereses turcos en su entorno es hostil y que el pacto entre Egipto y Grecia para limitar la autoridad marítima turco-libia es inválido. Con base en su doctrina de la “Patria Azul”, Turquía busca explorar gas en las aguas en disputa y fortalecer su presencia militar en el mar y en los territorios circundantes (como Libia).

Las declaraciones de Erdogan, el Ministro de Defensa turco, Hulusi Akar, y el Portavoz Presidencial turco, Ibrahim Kalin, se dirigieron a los países involucrados en los conflictos del Mediterráneo oriental y el mar Egeo e invitaron a los vecinos a conversaciones y negociaciones. Aseguraron, además, que Turquía no busca enfrentarse a ningún país en Libia y que no prefiere una solución militar en ninguna parte de aquel país, algo que indica que el equipo de Erdogan busca reducir las tensiones con Egipto. Según Ankara, si El Cairo muestra la voluntad de emprender acciones positivas en los casos regionales, Turquía está dispuesta a ponerse en contacto con él. Si se prepara el terreno para la cooperación entre ellos en los casos de Libia, Palestina, el Mediterráneo oriental y otras cuestiones, Turquía solo puede mirar estas cuestiones favorablemente.

Por supuesto, en los últimos años se intensificó la injerencia de Turquía en los asuntos egipcios basada en el enfoque neo-otomano: Erdogan apoya a la Hermandad Musulmana y las relaciones de Ankara con El Cairo se tensaron severamente desde la caída del presidente Mohamed Morsi en 2013. La cuestión de la Hermandad Musulmana es el obstáculo más importante para la normalización de las relaciones de Egipto con Turquía, donde viven decenas de miembros de los Hermanos Musulmanes en territorio turco. Mientras tanto, El Cairo busca la no injerencia de las autoridades turcas en los asuntos internos del país, así como el fin de la propaganda mediática turca contra Egipto y el fin de su apoyo y ayuda a la Hermandad.

Con la implementación de este acuerdo, parece que Turquía verá en peligro sus intereses en la región mediterránea porque su implementación le da a Egipto el poder de oponerse a otras políticas regionales turcas. Esto sucederá especialmente en Libia, y Egipto presionará al Gobierno del Acuerdo Nacional libio con el poder que se genera con la implementación de este pacto. Turquía, por su parte, es un firme partidario del Gobierno del Acuerdo Nacional de Libia en el conflicto de este país y es un duro obstáculo para el progreso del acuerdo.

Sin duda, el acuerdo Atenas-El Cairo añadió un nuevo nudo en el conflicto mediterráneo. Sus efectos fueron claramente visibles en la octava cumbre trilateral greco-chipriota-egipcia celebrada en Chipre. Aunque Nicosia afirma que las relaciones con Egipto y Grecia no son contra ningún país y que el objetivo es establecer estabilidad y seguridad en el Mediterráneo Oriental, enfatiza explícitamente que las medidas ilegales de Turquía socavan la estabilidad regional y que sus actividades de exploración en el Mediterráneo Oriental no están autorizadas. Ankara debe respetar las resoluciones de las Naciones Unidas y detener sus acciones de desestabilización, afirma. Nicosia espera que se materialicen las medidas con el objetivo de fortalecer la cooperación bilateral y la amistad entre Chipre y Egipto, así como la continuidad del robustecimiento del mecanismo de cooperación trilateral con Grecia, especialmente a la luz del papel de Egipto como base para la estabilidad de Medio Oriente y sus esfuerzos en el marco de la lucha contra el terrorismo y la inmigración ilegal.

Los jefes de Egipto, Grecia y Chipre, en una declaración conjunta de la Cumbre de Nicosia, condenaron las actividades de exploración ilegal de Turquía en la plataforma continental y la zona exclusiva de Chipre, al tiempo que destacaron la importancia de celebrar negociaciones basadas en el derecho internacional. Los tres países, que apoyan plenamente los esfuerzos de Chipre para encontrar una solución integral, justa y duradera, reiteraron su preocupación por la escalada de tensiones en el Mediterráneo oriental y la militarización de la región, puesto que la consideran como una amenaza para la estabilidad, la paz y la seguridad del Mediterráneo.

En opinión de los jefes de las tres naciones, la delimitación de la plataforma continental y la zona económica exclusiva debe realizarse mediante el diálogo, las negociaciones basadas en la buena fe y el pleno respeto del derecho internacional. En este sentido, exhortaron a Turquía a aceptar remitir el caso a la Corte Internacional de Justicia para llegar a un acuerdo sobre la delimitación y acoger con satisfacción la firma y aplicación del acuerdo sobre la delimitación de la zona económica exclusiva entre Grecia y Egipto. En respuesta a esta reunión, Turquía aseguró que si bien los tres países afirman apoyar la paz y la cooperación en el Mediterráneo Oriental, la persecución constante de Turquía en todas las declaraciones emitidas por ellos muestra sus verdaderas intenciones.

El Presidente egipcio, que aprecia la posición de Chipre en respaldo a Egipto en foros y organizaciones regionales e internacionales, convocó la reunión tripartita para asentar un acuerdo sobre los enfoques acerca de la región del Mediterráneo oriental y para luchar contra la injerencia en los asuntos de los países vecinos y la lucha contra el terrorismo. Egipto tiene la intención de seguir fortaleciendo la cooperación y aumentar las consultas sobre cuestiones importantes a nivel bilateral y mediante el mecanismo de cooperación trilateral entre El Cairo, Atenas y Nicosia. Según Egipto, la reunión tripartita se llevó a cabo para apoyar y fortalecer las relaciones particulares entre los tres países, fortalecer las consultas políticas y el intercambio de puntos de vista para abordar los desafíos que enfrentan las dos regiones del Mediterráneo Oriental y Medio Oriente.

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Mahmoud Fazeli es experto en asuntos europeos.

N.d.T.: El artículo original fue publicado por Strategic Council on Foreign Relations el 31 de octubre de 2020.