Tras el estallido de la revolución siria en 2011 y la brutal guerra civil que le siguió, una gran proporción de la población se vio obligada a huir del país. Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), actualmente hay más de 6 millones de refugiados y solicitantes de asilo de nacionalidad siria repartidos por Jordania, Líbano, Turquía, Alemania, Suecia y más de 100 países en todo el mundo. De los innumerables desafíos que enfrentan en sus nuevos países, la integración económica es uno de los más difíciles. Esto es especialmente cierto en lugares con culturas, lenguajes y sistemas completamente nuevos.