Por Achref Chibani para TIMEP
En una entrevista con Der Spiegel en 2021, el presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune, señaló que el país tenía un “gran potencial en energías renovables”, sugiriendo que “con la ayuda de Alemania, (Argelia) podría suministrar energía solar a Europa”. La confianza de Tebboune con respecto al potencial de energía verde del país llega en un momento en que Argelia comenzó a experimentar los efectos desastrosos del cambio climático. Lo más preocupante es que los incendios forestales son fenómenos recurrentes en los veranos argelinos, con al menos 40 víctimas mortales en más de 50 incendios forestales en el norte del país este agosto de este año. Además, y como sugiere el comentario de Tebboune, Europa, como socio y cliente, es un actor clave en la transición energética del país, y los planes y el potencial de energía solar de Argelia están íntimamente ligados a la geopolítica europea. El siguiente artículo considerará la transición energética de Argelia y, en particular, su potencial de energía solar. Examinará la relación entre la demanda de petróleo y gas y la transición energética verde, y las presiones y aperturas que afectan la transición energética en un país con grandes reservas de hidrocarburos.
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Sonatrach: la “gansa de oro” de Argelia
Fundada poco después de que Argelia lograra la independencia en 1962, la compañía nacional de petróleo y gas de Argelia, Sonatrach, ha desempeñado un papel central en la transformación política, social y económica del país. Siendo la décima reserva de gas natural más grande del mundo, la exploración y extracción de petróleo y gas ofrecía un medio lucrativo y rápido para desarrollar el país. El sector nacionalizado de petróleo y gas se convirtió en emblema de la independencia y soberanía del país.
Con el cambio de siglo, parecía que el gobierno ya no podía depender del sector del petróleo y el gas como una fuente constante de capital hacia las arcas estatales. Desde la década de 2000, Sonatrach había visto una disminución en sus ganancias, lo que significó un drenaje de las finanzas públicas argelinas de reservas de divisas. Esto se ha combinado con la mala gestión, la competencia dentro de la élite y el despilfarro, con ocho directores ejecutivos en la empresa desde 2010. A su vez, una serie de conmociones externas, como la disminución de los precios mundiales del petróleo en 2014 y la pandemia de COVID-19, afectaron aún más las ganancias de la empresa y su capacidad para diversificarse más allá de su prolongada dependencia del petróleo y el gas. La disminución de la influencia económica de Sonatrach se produjo en un momento en que la vulnerabilidad de Argelia al cambio climático y, en particular, a la sequía y los incendios forestales, se hacía cada vez más evidente.
Como señala un informe reciente del gobierno argelino, los incendios forestales representan una grave amenaza para la vida, la propiedad y la actividad económica, con pérdidas anuales de activos estimadas en aproximadamente 11 millones de dólares. A la luz de tales amenazas existenciales y la disminución de los ingresos del petróleo, la inversión en tecnologías energéticas nuevas y ecológicas, que ofrecerían seguridad energética y una fuente de capital extranjero, se ha vuelto cada vez más atractiva.
¿El amanecer de la energía solar argelina?
Con el desierto del Sahara cubriendo el 86% del país, Argelia tiene una impresionante capacidad de energía solar durante todo el año y ocupa el puesto 21 en términos de potencial de energía solar. Como tal, Argelia tiene potencial para competir con su vecino Marruecos y convertirse en el líder del sector de la energía solar en la región.
Hay algunas señales alentadoras de que existe una voluntad política creciente dentro de los círculos gubernamentales para llevar a cabo una transición energética alimentada por energía solar. En el plan de desarrollo Horizonte 2030 de Argelia, el país estableció un objetivo de energía renovable de 22.000 MW de capacidad renovable instalada para 2030, es decir, el 27% de la electricidad generada. Como me comentó Hamza Meddeb, miembro sénior no residente del Malcolm H. Kerr Carnegie Middle East Center: “A pesar de ser un productor de petróleo y gas, Argelia tiene como objetivo promover la energía renovable al menos por dos razones.
En primer lugar, la creciente demanda interna de electricidad, lo que reduce las exportaciones de Argelia en gas y, en segundo lugar, el alto potencial del sector de las energías renovables en Argelia y el interés que tienen los países europeos en invertir en este sector en el norte de África”.
En los últimos años, estos planes han comenzado a dar frutos, comenzando con una serie de plantas solares prometedoras. Recientemente, la empresa argelina Zergoun Green Energy puso en marcha su planta de producción de paneles solares en Ouargla. La planta, que tiene una capacidad de producción de 180 MW de paneles solares, equipará las plantas de energías limpias que se están desarrollando en Argelia. Este proyecto de USD 12 millones será implementado por la empresa española Mondragon Assembly, que actualmente está construyendo una fábrica similar en Egipto, y se espera que cree 150 empleos directos.
Después de que el proceso de licitación solar de Argelia de 2019 solo produjera un éxito limitado, el Ministerio de Transición Energética y Energía Renovable dio a conocer un proceso de licitación en 2022 que buscaba atraer inversión europea en el sector. En particular, el nuevo proceso estipula que la empresa estatal de energías renovables de Argelia (SHAEMS) posee no más del 25% de cualquier empresa —por debajo de una participación del 51% en el proceso de licitación de 2019, y en sentido contrario de la búsqueda histórica de Argelia de propiedad estatal de petróleo y gas. Los acuerdos de compra de energía a 25 años incluyen 11 sitios que cubren unas 4.250 hectáreas. Para combinar la transición energética del país con la creación de empleo, una cláusula de requisito de contenido local requiere que los inversores utilicen paneles solares y estructuras de montaje producidos localmente. Si bien inicialmente esto se vio obstaculizado por la falta de empresas de fabricación de energía solar en el país, ahora se han establecido fábricas que producen paneles solares en la zona industrial de Boukherana y en la provincia de Ouargla.
A pesar de tales intentos de construir un sector doméstico de fabricación de energía solar, quedan dudas sobre cómo será la transición de energía verde de Argelia y a quién beneficiará. En una entrevista reciente con Jadaliyya, el investigador y activista del cambio climático Hamza Hamouchene señala que los objetivos de energía verde del país no solo son “demasiado optimistas”, sino que también corren el riesgo de reproducir lo que él llama “colonialismo verde”, en la que la transición verde en Europa se basa en la explotación de recursos en Argelia y el Sur Global en general. En Argelia, esto está ocurriendo a través de proyectos que suministran energía verde a Europa, ignorando las necesidades e intereses de las comunidades argelinas locales. De esa manera, los estados europeos subcontratan los costos y los beneficios de su transición de energía verde a la periferia de Europa.
La guerra de Ucrania, un espaldarazo para el petróleo y el gas argelinos
Si el marco regulatorio y fiscal de la energía solar de Argelia ha comenzado a atraer inversión extranjera en el sector verde del país, palidece en comparación con el reciente interés extranjero en su sector petrolero. Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, países europeos como España, Italia, Portugal y Francia miran al otro lado del Mediterráneo para compensar la pérdida de suministro de Rusia.
En 2019, se promulgó una nueva legislación, la Ley No. 19-13 del 11 de diciembre de 2019, que tenía como objetivo atraer inversión extranjera e implementar estructuras regulatorias y de contratación más atractivas. Significativamente, la ley incluyó legislación para la explotación de gas de esquisto y permitió a las empresas extranjeras ingresar al sector como accionistas minoritarios con el 49% de las acciones. Coincidiendo con el movimiento Hirak de 2019, un movimiento de masas contra el quinto mandato del presidente Abdelaziz Bouteflika, la ley atrajo importantes movilizaciones en las que los manifestantes argumentaron que la ley socavaba la soberanía nacional y abría la puerta a nuevas formas de explotación colonial en el sur del país.
La importancia de la legislación se hizo evidente en 2022 con la firma de un contrato multinacional de petróleo y gas de USD 4 mil millones para un sitio en el sureste de Argelia. El acuerdo reúne a Sonatrach, la italiana Eni, la estadounidense Occidental Petroleum Corporation y la francesa Total. Como resultado directo de la guerra en Ucrania, mientras las empresas se esfuerzan por asegurar fuentes alternativas de hidrocarburos, se prevé que Argelia recaude USD 50.000 millones en ingresos energéticos para finales de 2022 y 35.400 millones de dólares en 2021. En una señal de la nueva confianza de la empresa con respecto a la viabilidad a largo plazo del sector, en enero, el CEO Toufik Hakkar anunció que la compañía invertirá USD 40 mil millones en exploración, producción y refinamiento de petróleo y gas entre 2022 y 2026. Esto incluye un proyecto de refinería en el campo petrolero Hassi Messaoud, un cuarto turbocompresor en la línea de gas a España y Portugal y la renovación de las relaciones de Sonatrach con la Corporación Nacional del Petróleo de Libia.
La carretera destapada hacia las transiciones de energía verde
El caso de Argelia, y el impacto actual de la guerra en Ucrania en la exploración y extracción de petróleo y gas en el país, demuestra la lógica por la cual puede ocurrir una transición energética junto con el aumento de los ingresos del petróleo y el gas. En países con grandes reservas de hidrocarburos, los factores exógenos pueden desviar fácilmente el curso de una transición energética.
En Argelia existe un peligro muy real de que cualquier proyecto de energía verde sea meramente intrascendente; no tanto el greenwashing como los adornos verdes en los márgenes de un campo que continúa dominado por la extracción de petróleo y gas. Dicho esto, estos ingresos, en lugar de reinvertir en una mayor explotación de hidrocarburos, podrían utilizarse para fomentar la transición energética del país, centrándose en la creación de empleo en el sector de la energía verde, el suministro de energía doméstica barata para los ciudadanos argelinos y la energía solar como una fuente de orgullo nacional y optimismo.
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Achref Chibani es Non-Resident Fellow en TIMEP y su investigación se centra en el cambio climático en la región de Medio Oriente y África del Norte.
N.d.T.: El artículo original, el cual fue publicado por TIMEP el 02 de septiembre de 2022.