Por Yasar Yakis para Arab News
El Presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo el 6 de febrero que “Turquía no respetará al Consejo de Europa si no respeta a los tribunales turcos”. Lo dijo tras la decisión adoptada por el Comité Ministerial del Consejo de Europa de iniciar el “procedimiento de infracción” para el país.
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La declaración de Erdogan contradice las disposiciones de la Constitución de Turquía que establece, en su artículo 90, que “los acuerdos internacionales debidamente puestos en vigor tienen fuerza de ley. No se podrá recurrir al Tribunal Constitucional en relación con estos acuerdos, alegando que son inconstitucionales. En caso de conflicto entre los acuerdos internacionales, debidamente puestos en vigor, relativos a los derechos y libertades fundamentales y las leyes debido a diferencias en las disposiciones sobre la misma materia, prevalecerán las disposiciones de los acuerdos internacionales”.
Turquía ratificó debidamente el Convenio Europeo de Derechos Humanos y reconoció la jurisdicción del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). Por tanto, tiene que acatar las sentencias de este último.
El 2 de febrero, el Comité Ministerial del Consejo de Europa decidió iniciar formalmente el “procedimiento de infracción” contra Turquía por su negativa a aplicar un veredicto del TEDH relativo a Osman Kavala, empresario y filántropo turco.
Se sabía de antemano que si Turquía se negaba a aplicar la sentencia, el siguiente paso sería pedir al TEDH que determinara si Turquía incumplió su obligación de aplicar el veredicto del tribunal. La decisión anterior, adoptada el 2 de diciembre del año pasado por el Comité Ministerial, fue el último recordatorio de que se iba a iniciar el procedimiento de infracción si no se liberaba a Kavala.
Esta decisión se adoptó con el voto favorable de 35 países, de un total de 47. Tres, entre ellos Turquía, votaron en contra de la decisión. Siete países se abstuvieron y dos —Polonia y Bosnia Herzegovina— no participaron en la votación.
Existió un ligero cambio en el patrón de votos desde la anterior votación. Moldavia, que se abstuvo en la votación anterior, cambió de partida esta vez y se unió a los 35 países que votaron en contra de Turquía, aumentando el número a 36. Los tres países que votaron a favor —Azerbaiyán, Hungría y Turquía— se mantuvieron sin cambios. Polonia y Bosnia-Herzegovina no volvieron a participar en la votación. La distribución de los votos indica que los 27 países miembros de la UE, a excepción de Hungría, Polonia y Rumanía, votaron en contra de Turquía. Este matiz es importante, porque para que una decisión sea rechazada se requiere el desapruebo de al menos 15 países. Por lo tanto, el cambio de partido de cualquier país importa y el rechazo de una decisión de iniciar una sanción contra Turquía se vuelve menos probable.
Si el TEDH llega a la conclusión de que Turquía incumplió su obligación de aplicar el veredicto del tribunal, el Comité Ministerial del Consejo de Europa decidirá la naturaleza de la sanción que utilizará contra Ankara. Existe una ironía en este asunto, porque Erdogan recitó un poema en 1997 en un mitin del partido y fue declarado culpable de incitación a la violencia y al odio religioso y encarcelado. En aquel momento, Erdogan recurrió al TEDH para que se revoque esta sentencia. En otras palabras, consideraba que el TEDH era un lugar legítimo para reparar la injusticia cometida contra él. Ahora dice que no acatará las sentencias del mismo organismo.
Por otra parte, la disputa entre Turquía y el Consejo de Europa parece un diálogo de sordos. Turquía dice que el veredicto del TEDH sobre Kavala se aplicó debidamente, pero ahora existe un nuevo caso contra él y se le mantiene en la cárcel a causa de este segundo caso. Sin embargo, Kavala lleva más de cuatro años en prisión sin ser condenado. La pregunta que queda ahora es cómo se restablecerá la justicia si finalmente no es declarado culpable.
Robert Spano, presidente del TEDH, dijo que no quería comentar el caso Kavala “pero la regla general es que los gobiernos están obligados a ejecutar los veredictos de los tribunales cuya jurisdicción reconocen”. A pesar de la opinión de su presidente, el TEDH no tiene fuerza policial para ejecutar las decisiones.
El único instrumento que posee es la presión política. La última presión que puede ejercer es la suspensión de los derechos de voto de un país miembro y su eventual exclusión del consejo. Hasta ahora ningún país miembro fue excluido. En una ocasión, Azerbaiyán se enfrentó a un caso similar, pero el procedimiento contra ese país se interrumpió cuando Bakú decidió liberar a la persona que mantenía en prisión.
En suma, existe una contradicción entre el compromiso declarado del Presidente Erdogan de continuar el camino de Turquía hacia la UE y su actitud respecto a la aplicación de los veredictos del TEDH.
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Yasar Yakis es un ex Ministro de Asuntos Exteriores de Turquía y miembro fundador del partido gobernante AKP
N.d.T.: El artículo original fue publicado por Arab News el 13 de febrero de 2022.