Por Mahmoud Hamza para Syria Direct
Idlib (Siria)- Con la esperanza de lograr su sueño de comprar una lavadora eléctrica para aliviar sus síntomas de dermatitis atópica (o Eccema), Wadha Al Obeid, de 28 años, trabaja contrabandeando diesel mazot. La ruta que transita Wadha va desde las afueras del norte de Alepo, área controlada por los rebeldes del Ejército Nacional Sirio (ENS), quienes son apoyados por Turquía, y la provincia de Idlib, con presencia militar del grupo islamista Hayat Tahrir Al Sham (HTS).
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Desde noviembre de 2021, Wahda es parte de una red de contrabando de diésel, establecida como resultado de la diferencia en los precios del combustible entre estas dos regiones del noroeste de Siria. Mientras un litro de diésel en las zonas controladas por el ENS cuesta 6 liras turcas (alrededor de 0,44 USD), el mismo litro se vende por 10,5 liras (0,78 USD) en las gasolineras de la empresa Watad, que tiene el monopolio de la distribución de combustible donde HTS ejerce control.
Wahda vive en uno de los campos de refugiados en Atma ubicados en la frontera sirio-turca desde que fue forzada a desplazarse de su natal Sinjar, a principios de 2019. Sin embargo, de todas las dificultades padecidas por los refugiados de estos campos, fue la pobreza y la escasez de medios de subsistencia lo que llevaron a Wahda, y otras mujeres y niños, a vivir del contrabando.
Las tasas de pobreza en el noroeste de Siria se encuentran en “niveles récord de más del 90 por ciento”, según cifras emitidas por el Grupo de Coordinación de Respuesta Siria, una organización humanitaria con sede en Idlib, en noviembre pasado.
Wahda señaló a Syria Direct que ella gana entre 75 y 90 liras (entre 5,50 y 6,70 USD) por el transporte diario de 75 litros de diésel entre el norte de Alepo e Idlib.
Los hombres de los campamentos de Atma también están involucrados en el contrabando de diésel. Sin embargo, su papel se limita a vender el combustible que transportan las mujeres y los niños, según dijo Harbi Abdelaziz (25), quien vende el diésel que su esposa contrabandea desde las áreas del ENS.
La postura de HTS con respecto al contrabando promueve a mujeres y niños en este mercado, pues sus milicias tienen un “buen trato” con esta población, a la par que “disuaden a los hombres”, afirmó Mohsen Al Naif. El contrabandista de 20 años dijo a Syria Direct que estuvo retenido durante siete días en la prisión de Maasara, en Qah, área norteña de Idlib, después de haber sido capturado por HTS el pasado octubre. También, HTS “[me] confiscó 25 litros de diésel que estaba tratando de pasar de contrabando desde Deir Balout, en el campo occidental de Afrin, al área de Atma”.
Víctimas de la explotación
El aumento de la demanda de combustible hace que el invierno sea una temporada clave para los traficantes de mujeres y niños, pero trabajar en este clima es más difícil debido a los caminos de barro que atraviesan. Los contrabandistas también deben cruzar una trinchera que separa el campo del norte de Alepo de Idlib, todo por unos pocos dólares al final del día.
Sumado a las duras condiciones de trabajo, las mujeres y los niños son engañados por los comerciantes de combustible, como lo relata Warda Abdullah. El pasado diciembre, ella convino vender 20 litros de diésel a un comerciante de la zona de Atma por 7,75 liras (0,58 USD) el litro. Cuando regresó a su casa y revisó las cuentas con su marido, sin embargo, “quedó claro que el comerciante calculó el precio por litro en 7,4 liras turcas [0,55 USD], aprovechándose de mi falta de conocimiento haciendo cálculos [matemáticos]”, dijo a Syria Direct.
Ese mismo diciembre, Hassan Khatib, de 12 años, compró 20 litros de diésel procesado localmente en la estación de Al Hamra en Deir Balout, área de Afrin, en el norte de Alepo. Pero cuando trataba de medir el volúmen del combustible, de regreso en Atma, quedó claro que “la cantidad era de solo 18,5 litros”. “Perdí 11 liras [$0.82] en ganancias” declaró a Syria Direct.
Como si fuera poco, la fluctuación de la lira turca frente al dólar estadounidense aumenta las oportunidades para que los comerciantes de combustible exploten a los contrabandistas. “El precio de compra varía de un comerciante a otro”, dijo Wahda, y con frecuencia “vendemos lo que contrabandeados por debajo del precio real”. Ella enfatizó que “especialmente los niños no están lo suficientemente familiarizados con el comercio y los tipos de cambio, por lo que a menudo se aprovechan de ellos”.
Por su parte, Mustafa (seudónimo), un comerciante de diesel, afirmó que la ganancia rige el proceso de comercialización de todo tipo de materiales de contrabando. “El precio de compra de los contrabandistas no es fijo y varía entre hombres, mujeres y niños… El precio se adopta después de regatear y negociar con el contrabandista” declaró a Syria Direct.
Mustafa reconoció que los comerciantes como él explotan aquellos que participan en el contrabando, ya que establecen el precio del diésel ilícito en los mercados de Idlib, y aseguran la demanda vendiendo el combustible por precios más bajos que la empresa Watad. Si el precio de un litro de diésel se vende a 10,5 liras (0,78 USD) en las estaciones de Watad, el diésel de contrabando se ofrece al consumidor por 9,5 liras (0,70 USD).
Manejo de casos de contrabando
No hay leyes claras que rijan el contrabando en las áreas de influencia del gobierno de Salvación respaldado por HTS. “El fallo se deja a discreción del juez, dándole la autoridad para determinar el castigo imponiendo multas monetarias o destruyendo el material de contrabando”, según el abogado Alaa al-Batal, miembro del Colegio de Abogados de Idlib Libre. “El castigo varía según el tipo de contrabando”, dijo a Syria Direct.
Si el diesel de contrabando es incautado cuando está en posesión de contrabandistas, el combustible “simplemente se destruye”, según Al Batal. Ahora, sí el contrabando es decomisado del comerciante, se multa a este con $300, la primera vez”.
Si un contrabandista es sorprendido in fraganti en posesión de otros artículos, como cigarrillos, el individuo será multado con 100 USD la primera vez. “Y si se repite, la multa es el triple, con una pena de un mes de prisión”, según Al Batal.
Se ha vuelto costumbre ser indulgente con las mujeres y niños contrabandistas, siendo la destrucción del diesel la única sanción impuesta, recalca el abogado. Esto “no aplica para otras sustancias, como drogas, cuya sanción es una multa de 10.000 USD y una larga estadía en prisión”, agregó.
Debido a que las medidas tomadas por HTS y el GSNS para frenar el contrabando de combustible no han sido efectivas, Watad ha decidido intervenir. Siendo la única empresa autorizada para vender diésel por el GSNS, es la principal afectada por las operaciones de contrabando de combustible. “Los empleados de Watad cuentan con un puesto de control en Deir Balout para medir la cantidad de diésel en los tanques de los vehículos que cruzan y para evitar el contrabando”, dijo a Syria Direct una persona que cruza semanalmente este checkpoint, pero que pide no ser identificada.
Por su parte, el abogado sirio Abdel Nasser Houshan, radicado en Turquía, dijo que la transferencia de bienes y productos desde el campo del norte de Alepo a la provincia de Idlib “no puede describirse legalmente como contrabando, dado que quienes transportan los bienes son ciudadanos sirios que tienen derecho a moverse libremente y comerciar en cualquier parte del país”.
Houshan añadió que “por lo tanto, [los contrabandistas] no pueden ser condenados por el delito de contrabando, a menos que sus actividades comerciales incorporen artículos prohibidos, como armas, drogas o dinero falsificado”.
Salvaguardando los derechos de las mujeres y los niños
Las convenciones y tratados internacionales, incluyendo la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989, prohíben el trabajo infantil. Las leyes nacionales, incluida el derecho de familia sirio y la Ley Laboral No. 17 de 2010, estipulan que “las mujeres tienen derecho a trabajar como los hombres, pero previenen o prohíben la explotación de mujeres y niños en trabajos que no son apropiados para su naturaleza o edad”, puntualizó Houshan.
A pesar de los riesgos y situación de explotación que enfrentan mujeres y niños contrabandistas del noroccidente de Siria, “ ellos no reportan sus circumstancias como una violación, porque lo consideran una forma de trabajo que los protege de la pobreza y el hambre”, dijo Fadel Abdul Ghani, director de la Red Siria para los Derechos Humanos.
“La explotación de niños y mujeres en el contrabando es una de las peores formas de empleo, ya que es un trabajo peligroso”, advirtió Abdul Ghani. También, él agregó que la responsabilidad “es de las facciones de la oposición, porque no han encontrado soluciones adecuadas para evitar este fenómeno”.
La peligrosa e insegura situación del contrabando como medio de subsistencia se encarna en la historia de Noufa Al Omar (seudónimo), de 37 años. Tras transportar 20 litros de diésel y algunas cajetillas de cigarrillos el pasado mes de noviembre por una distancia de cuatro kilómetros, Al Omar cayó en una zanja y se rompió el brazo derecho.
Aparte de la pérdida financiera de Al Omar durante el incidente, ya que “el diesel se derramó en la zanja”, hoy no puede trabajar en absoluto.
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Mahmoud Hamza es un periodista sirio que actualmente reside en el gobernorado de Idlib
N.d.T.: El artículo original fue publicado en árabe y traducido al inglés por Syria Direct el 7 de enero de 2022.