Por Ahmed Dremly para Mondoweiss
Son casi las 2 am en Gaza. Es una noche tranquila. Sin drones. Sin bombas. Pero entonces se escuchan gritos. Y más gritos.
Este es el caso de mi primo, Mansour, de cinco años, que regularmente se despierta sudoroso después de orinarse en la cama. Mansour tiene una pesadilla recurrente de su abuelo, también Mansour, de 69 años, quien murió en un ataque aéreo israelí el pasado mayo.
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Recuerdo a mi tío gritándoles a mis primos y yo preguntando si alguien había molestado al pequeño Mansour. Mi tío tenía 14 nietos, pero apuesto a que el pequeño Mansour era su hijo favorito, quizás porque tenía su nombre.
El día antes de Eid Al Adha (n.d.t.: Celebración del Sacrificio, festividad musulmana), mi tío Mansour agarró su bastón y caminó hasta las tiendas cercanas para comprar tomate y pescado salado, llamado feseekh, como preparación para pasar la festividad musulmana con su familia.
Durante su corta caminata, dos misiles israelíes impactaron contra un auto a su lado en la calle. Mi tío no esperaba ser atacado. Como siempre, Israel afirma que se defiende e identifica con precisión su objetivo.
Mi tío y otros cuatro civiles, todos mis vecinos, murieron en las explosiones. No solo estábamos conmocionados y entristecidos por esta masacre, también sentimos como si hubiéramos perdido partes de nosotros mismos. El viejo Mansour, el mukhtar o la cabeza de mi familia, ya no está aquí.
Todos en mi familia notaron los cambios en el comportamiento de los niños después del asesinato de mi tío Mansour. Muestran síntomas de trastorno de estrés postraumático y crecientes signos de angustia como orinarse en la cama, tener pesadillas y sentir pánico por los sonidos fuertes, incluido el pequeño Mansour.
Un informe de julio del Euro-Mediterranean Human Rights Monitor descubrió que “241 niños perdieron a uno o ambos padres como resultado del bombardeo, alrededor de 5.400 niños perdieron sus hogares (completamente destruidos o gravemente dañados) y 42.000 niños sufrieron daños parciales en sus hogares”.
El sociólogo Mark Ayyash, que estudió la violencia y la teoría social y política, escribió en el momento de la escalada entre Israel y Gaza: “Desde los primeros años de la infancia, los palestinos de Gaza reciben un mensaje claro de Israel y, de hecho, del mundo: no eres humano, y no nos importa”.
“Algunos niños en este mundo pueden contemplar las estrellas, lo que activa su sentido de asombro y descubrimiento. Los niños de Gaza se ven obligados a mirar las piedras, los escombros“, dijo Ayyash.
La madre del pequeño Mansour me cuenta que él se niega a ir al jardín de infantes diciendo: “¿Dónde está mi abuelo? Necesito a mi abuelo”. Como mi tío solía llevarlo al jardín todos los días, el pequeño Mansour se negó a volver después de que el ataque aéreo israelí matara al viejo Mansour.
Como tengo un título en Inglés, solía juntar a los niños del vecindario los viernes y les leía cuentos en ese idioma. Disfruto enseñarles y entretenerlos. La casa de mi tío está al lado de la nuestra. Entonces el pequeño Mansour siempre era el primero en la escena, pero después de que mataran a su abuelo, solo vino dos veces. El niño de cinco años que estaba lleno de inocencia y vida se volvió un introvertido.
La madre del pequeño Mansour, Dova, me dijo recientemente que su hijo le pidió: “bajar a la tumba de su abuelo para darle un beso, cuando su padre y yo lo llevamos a él y a su hermana Sham, de 4 años, al cementerio”.
“No pude responder, pero lloré cuando Sham me preguntó: “¿Mi abuelo se despertará y se irá a casa con nosotros, mamá?”, agregó ella.
Cada niño de Gaza tiene muchas preguntas que deben responderse. Como Talia, mi sobrina de 3 años, que pregunta: “¿Por qué Israel quiere matarme con un ataque aéreo? ¿Israel mata a otros niños alrededor del mundo de la misma manera que nos mata a nosotros?”
Mi tío Mansour fue una de las muchas víctimas asesinadas a sangre fría. La guerra nunca termina. En Gaza, no hay post-trauma, todavía estamos todos en medio del trauma, y los pequeños pagan el precio más alto.
Los niños menores de 15 años constituyen aproximadamente la mitad de los dos millones de personas que viven en Gaza. Durante la escalada de 11 días en mayo, 256 palestinos murieron, incluidos 66 niños, y otros 540 niños resultaron heridos, según el Ministerio de Salud palestino.
Desde septiembre del 2000, las fuerzas israelíes asesinaron a 1.727 menores palestinos en la Franja de Gaza, según el grupo israelí de derechos humanos B’Tselem.
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Ahmed Dremly es un escritor y traductor de la Franja de Gaza.
N.d.T.: El artículo original fue publicado por Mondoweiss el 20 de octubre de 2021.