Por Madeline Edwards para Syria Untold
Durante la mayor parte de una década, la traductora británica Leri Price tradujo las novelas del autor sirio Khaled Khalifa al inglés. Su traducción más recientemente publicada con él, Death is Hard Work (La muerte es un trabajo duro), ganó el prestigioso premio Saif Ghobash Banipal de Traducción Literaria Árabe y fue finalista en la categoría de traducción del Premio Nacional del Libro 2019. La novela cuenta la historia del viaje por carretera de tres hermanos disfuncionales mientras transportan a su padre muerto a través de Siria en tiempos de guerra hasta su pueblo natal para el entierro.
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“Siempre pienso en Khaled como un narrador del siglo XIX. Todo es muy rico y tenés estas historias que se extienden a través de generaciones que vienen con tanto color y matices”, me dijo Leri por teléfono esta semana. Sus historias y tramas son ‘espirales’, dice, en lugar de narraciones lineales.
La última traducción de Leri, de la novela Planet of Clay (Planeta de arcilla) del escritor sirio Samar Yazbek, tenía un enfoque muy diferente. El libro narra los horrores de la guerra, incluida la tortura y los ataques químicos, desde el punto de vista inocente de una niña. Leri no solo tradujo gran parte de la novela mientras estaba encerrada por la pandemia en el Reino Unido, sino que el estilo de escritura fue marcadamente diferente. Con Samar, la escritura es “muy limpia”, dice.
“Es casi minimalista: fresco y sin trabas”, explica.
Aún así, dice, “lo que me gusta de Death y Planet of Clay es que, aunque las dos tienen lugar en la guerra, ambas son experiencias decididamente individuales. No están tratando de decir nada sobre la guerra en general”.
Fanática hace mucho tiempo de las elegantes traducciones de Leri, incluida su interpretación del espiralado y multigeneracional No Knives in the Kitchens of This City (No hay cuchillos en las cocinas de esta ciudad) de Khaled, quería saber cómo veía su papel como traductora de ficción siria al inglés. Más allá de la belleza de la escritura árabe original en sí misma, ¿hasta qué punto importan la audiencia de lectura en inglés y el contexto más amplio? ¿Y qué significa traducir historias sobre guerras y conflictos?
Planet of Clay se publicará en su traducción al inglés a finales de este año, publicado por World Editions. Escuchá un extracto aquí.
La última novela de Khaled Khalifa, No One Prayed Over Their Graves (Nadie oró sobre sus tumbas), saldrá en la traducción de Leri Price en 2022, publicada por Farrar, Straus and Giroux.
Esta conversación fue editada por su extensión y fluidez.
— ¿Cómo abordó inicialmente la lengua árabe y la traducción literaria en particular?
— Leri Price: Al crecer, no tenía absolutamente ningún conocimiento o conexión con el árabe. Tenía una ruta muy indirecta hacia la universidad. Era un poco mayor cuando fui a la Universidad de Edimburgo y mi plan original era estudiar francés porque quería leer literatura francesa. Pero hubo un choque de horarios. Así que estaba hojeando el libro de texto en la ‘A’ y me encontré con el árabe. Pensé que lo intentaría.
Realmente fue un poco un bautismo de fuego, porque no tenía conocimiento de nada, ni siquiera de la geografía o la historia de la región, nada. Te considerás una persona razonablemente bien educada e informada, y de repente te ves obligada a darte cuenta de lo ignorante que sos acerca de esta enorme ola de historia mundial, cultura, geografía, política, todo. Pero cuanto más progresaba en mis estudios, más me enamoraba del árabe.
Una de las formas en que aprendo mejor los idiomas es poner las cosas en contexto. Eso podría ser leer periódicos o historias, pero para mí leer ficción es la mejor manera de consolidar las cosas que aprendí y ganar vocabulario. Y en árabe, tenés la forma de cuento, que es uno de los pináculos de la literatura contemporánea. Así fue como caí en la traducción literaria; fue una progresión natural de leerlo a intentar traducirlo solo para mí misma.
—¿Cuáles fueron sus primeras impresiones de la escritura de Khaled Khalifa y cómo se compara su estilo con lo que había trabajado anteriormente como traductora?
— La mejor imagen que se me ocurrió cuando leí su obra fueron las espirales. Tiene oraciones y párrafos en espiral entre sí y luego las cosas se ramifican.
Los textos anteriores con los que había trabajado habían sido cuentos. Entonces la estructura es muy, muy diferente. Es mucho más contenida, concisa, sin adornos.
Y luego tenés esta mente de Khaled, que simplemente vaga con imágenes e historias extraordinarias que saltan unas de otras. Tiene inmensos elencos de personajes extraños y complicados y los viajes que realizan. Es una escritura realmente exuberante y hermosa.
— ¿Cómo se hace para traducir esa complejidad al inglés?
Yo lo abordo como una lectora más que nada. Pienso: ¿Cuál es la voz que brilla a través de este texto y cuál es el registro?
Inicialmente, solía escribir solo las oraciones tal como estaban estructuradas en árabe. Y luego volvía más tarde y las alteraría. Y para ser honesta, descubrí que esto no ayuda a la legibilidad en inglés. El árabe es un idioma diferente y es muy diferente de las lenguas europeas y romances.
A veces traduzco un poco del italiano y es una experiencia muy diferente. La estructura es mucho más similar a la del inglés; mientras que cuando traducís árabe, tenés que desglosar un poco las cosas porque las cosas que suenan correctas y que suenan bien en árabe no necesariamente funcionan en inglés. Entonces, cuanto más trabajo de Khaled traduje, mejor me volví en captar el flujo y el ritmo de esas oraciones.
— Cuando te acercas a un trabajo, ¿hasta qué punto pensás en la audiencia que lo leerá en inglés? ¿Cómo pretendés llegar a ellos con el texto en inglés?
— Traduzco los libros que me gustaría leer y realmente no pienso demasiado en quién los recogerá. Quiero que todos los lean y creo que si pienso demasiado en a quién le gustaría qué, o qué necesitan ciertas audiencias, las cosas se pierden un poco y pierdo de vista el texto en sí.
— ¿Cómo encaja este enfoque en lo que considera su función más amplia como traductora? ¿Está interpretando la literatura siria teniendo en cuenta el contexto o el conocimiento cultural de la audiencia inglesa, o su función se acerca más a lo que ya dijo, de pensar en usted misma como una lectora para su propio placer?
— Creo que hubo una tendencia a considerar la literatura árabe como una especie de etnografía, y esa narrativa se ve mucho. El tipo de novelas sirias que se traducen y reciben mucha atención; muchas de ellas tratan sobre la guerra.
Death is Hard Work fue el libro de más alto perfil que traduje hasta ahora, y sí, fue con una editorial más grande con un mayor presupuesto de marketing. Aún así, recuerdo haber notado reseñas sobre la novela como: ‘Mirá el detrás de escena de la guerra’ y ‘Este es el lado de la guerra que nunca llegás a ver’.
— Y, por supuesto, ese tipo de lenguaje ignora el hecho de que la revolución y la guerra en Siria fueron extensamente filmadas y fotografiadas desde el principio. La gente pudo verlo durante mucho tiempo.
— Sí, sé a qué te referís. Es difícil porque la mayoría de los editores quieren libros que muestran la posición de las mujeres o estén obsesionados con la guerra. Arablit publicó un artículo hace años en el que veían portadas de libros árabes traducidos al inglés. A menudo, la solapa presenta a una mujer cubierta por un velo en medio de un desierto, y cada vez que ves a otra piensas: ‘Oh no, no de nuevo’.
En cualquier caso, no quiero engrandecer el papel del traductor. Es un papel importante, pero sigue siendo solo una parte de todo este ecosistema de producción cultural. Podés leer cosas y podés amar las cosas y si podés o no sacarlas a la gente depende de muchos otros aspectos. Entonces, cuando traduzco, solo pienso en lo que me gustaría leer.
Creo que si tomás la otra posición extrema y decís: “Solo quiero elegir textos que reflejen este aspecto de la cultura alauita, o algún aspecto del Alto Egipto”, entonces corres el riesgo de caer en la trampa de intentar informar o enmarcar tiempos y lugares específicos.
Lo importante para un traductor es simplemente transmitir esta calidez, este amor y esta pasión por lo que estás escribiendo, y no creo que puedas hacer eso a menos que te guste un texto. No quiero que los lectores tomen un libro queriendo aprender sobre algún aspecto de Medio Oriente o Siria a través de esta historia. En cambio, quiero que se dejen llevar por la historia, que desarrollen empatía y que su imaginación se encienda por estos increíbles momentos en el tiempo que no se limitan a una guerra o un conflicto o la posición de las mujeres. Cuando los libros se reducen solo a esos aspectos, se vuelve un poco frustrante.
— Y uno puede saber cuando un libro fue escrito o traducido teniendo en cuenta esa casilla; en mi opinión, no es una lectura tan agradable.
— Es solo tildar casilleros. Así que sí, tengo un abordaje bastante personal. Y siempre soy consciente de que estoy ayudando a moldear las percepciones de las personas, por lo que debo tener cuidado con las decisiones que tomo y por qué lo hago. También tengo que ser muy consciente del hecho de que soy una traductora británica blanca que traduce un texto en árabe. Eso es algo que balanceo y considero, y creo que mi comprensión de esa dinámica evolucionó.
— Hasta ahora tradujo tres de las novelas de Khaled Khalifa y está trabajando en una cuarta. ¿En qué se apartó Planet of Clay de Samar Yazbek de los escritos de Khaled?
Creo que Death is Hard Work tenés que considerarlo por sí solo. Lo que me gusta de Death y Planet of Clay es que, aunque ambos tienen lugar en la guerra, ambos son experiencias decididamente individuales. No intentan decir nada sobre la guerra en general. Y estilísticamente, son muy, muy diferentes. Así que, simplemente como traductora, como escritora, ese contraste realmente me atrajo.
Death is Hard Work definitivamente se destaca de la obra de Khaled en general. Son frases cortas. Es muy directo. Es también mucho más divertido que muchos de sus otros libros. Siempre tiene ese tipo de ironía, pero con Death, había cosas que eran muy, muy negras, pero eran divertidas. Hay mucho humor en él, y movimiento. Un tema muy común en el trabajo de Khaled es el estancamiento, esa sensación de que cuando estás parado quieto, todo este moho puede crecer en todo. Existe una verdadera sensación de podredumbre que ocurre en muchas de sus novelas. Y obviamente, hay putrefacción en Death is Hard Work porque tenés el cuerpo del padre que sus hijos están transportando a su ciudad natal, pero también hay una sensación de impulso a lo largo de todo el asunto.
Planet of Clay es muy diferente. Fue escrito en primera persona, para empezar, lo que significa que la caracterización es muy diferente. Todo se filtra a través de la narradora, Rima, que es muy infantil y pura. Ella no trae equipaje a las cosas. Ella narra lo que ve. Quizás el lector pueda seguir su narración y extrapolar que hay algún tipo de químico tóxico, un hospital de campaña, que hubo un ataque químico. Pero Rima no está sacando esas conclusiones. Ella solo dice lo que ve. Ve burbujas púrpuras cayendo del cielo y hay un olor horrible, y luego se despierta sumergida en el agua y la gente a su alrededor está muerta.
Siempre pienso en Khaled un poco como un narrador del siglo XIX. Todo es muy rico y tenés estas historias que se extienden a través de generaciones que vienen con tanto color y matices. Eso contrasta con la escritura de Samar, que es muy limpia. Es casi minimalista: fresco y sin trabas. Con Khaled, podés sentir el peso de Siria y los sirios a través de su trabajo. En Planet of Clay, es casi lo contrario. Samar está usando este personaje de Rima casi como un anteojo. Ves a través de ella hacia este mundo, que es retorcido y extraño. Pero su contexto es completamente diferente.
— En cuanto a su propio estilo, recientemente escribió en Twitter que se sentía feliz de poder usar la palabra ‘susurrus’ en una traducción. ¿Hay ocasiones cuando está traduciendo un texto en las que agrega sus propios toques y florece como Leri Price, la escritora? ¿Es eso parte de tu rol?
— Intento no hacerlo, pero mentiría si dijera que nunca sucedió. Hacés este trabajo porque amás las palabras y te encanta el lenguaje, y te encanta crear y recrear algo hermoso.
Desafortunadamente, ¡no creo que pueda terminar usando ‘susurrus’ en esa traducción! Estaba tan emocionada, sin embargo. Estoy bastante destrozada, de hecho, de que no vaya a quedar. A veces me río si me encuentro con una palabra realmente agradable y me pregunto si puedo encajarla en una traducción en alguna parte. Esto sucede a menudo con Khaled porque tiene una forma de escribir tan colorida. Y por lo general es el escritor para quien puedo usar esas lindas palabras que tengo guardadas en alguna parte.
Esto fue bastante divertido en Planet of Clay porque el personaje principal, Rima, habla mucho — usa diccionarios completos de palabras. Y así, aunque es un personaje bastante infantil, tiene un vocabulario realmente loco. Fue bastante agradable encontrar la palabra extraña e incongruente y pegarla ahí. Creo que esto es solo parte de amar lo que hacés. Encontrás formas hermosas de expresar las cosas y tratás de aportar esa belleza al texto.
Por eso me complace bastante que los traductores, en algunos círculos, se estén volviendo lentamente más visibles. Es importante no solo reconocer el oficio, sino también reconocer que lo que estás leyendo es la interpretación de alguien. No estás leyendo una traducción de Google, un texto literal palabra por palabra. Tenemos tantas re-traducciones, incluso de textos antiguos. Tenés Beowulf, re-traducido quién sabe cuántos millones de veces en los últimos 50 años, y existe este reconocimiento implícito de que el lenguaje evoluciona y cambia. Un traductor es también producto de su tiempo y de su propio conjunto de referencias.
Tenés que tener cuidado de no imponer demasiadas capas, sin embargo. La traducción significa que el texto original está pasando por un filtro adicional. El traductor tiene cierta lectura de un texto, y eso determinará cómo lo interpretará. Cuando sí traés tus propios pequeños pedacitos de color, se trata de reconocer cuándo funciona y cuándo no funciona — cuándo estás imponiendo demasiado o dónde estás agregando una capa adicional donde no deberías hacerlo, además de cosas que, inevitablemente, no podés dejar de hacer.
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Madeline Edwards es Bachiller en Estudios Internacionales con especialización en Medio Oriente, periodista y editora de Syria Untold en Inglés.
N.d.T.: El artículo original fue publicado por Syria Untold el 27 de agosto de 2021.