Por Editores para Syria Direct
La región de Jabal al Summaq, en el zona norte de la provincia de Idlib, alberga a casi 18.000 drusos repartidos en 18 aldeas, todos los cuales estuvieron viviendo bajo el control de Jabhat Al Nusra (JAN) durante casi dos años. Los grupos sunitas de línea dura como éste consideran a la fe drusa, una rama de la comunidad ismaili del islam chiíta, como una forma de herejía. Por eso, Nusra le dio a los drusos en Idlib una opción: convertirse o luchar. Ellos se convirtieron. Públicamente, al menos.
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“Afirmaron que estaban luchando contra los infieles y que teníamos que decidir nuestro propio destino y nuestra identidad, para estar con los musulmanes o con los infieles”, declaró Abdul Majid Sherif, un profesor de matemáticas residente y jubilado que actualmente trabaja como director de la Oficina de Medios del Partido Demócratas Libres de Idlib, en una entrevista a Moatassim Jamal de Syria Direct.
“Nos obligaron a aceptar su interpretación del islam sunita, o de lo contrario seríamos castigados”, dijo Sherif y continuó: “En principio, rechazamos sus leyes, pero las seguimos en público”. El pasado 1 de febrero, JAN emitió una declaración que detalla una serie de obligaciones acordadas por los líderes drusos y JAN en Jabal Al Summaq: los drusos destruirían sus santuarios, se convertirían al islam sunita y obligarían a las mujeres a usar ropa que Nusra cree que está en línea con la Sharia, entre otros puntos. Los drusos aceptaron las condiciones de Nusra para garantizar su propia supervivencia, expresó Sheriff. “Jabhat Al Nusra es fuerte, por lo que nuestros líderes prefirieron que permanezcamos bajo su protección. El Ejército Libre Sirio (ELS) es débil, y con ellos podríamos terminar estando solos”.
—¿Cómo trata Jabhat A3 Nusra a los drusos en Jabal Al Summaq?
—Nos tratan de manera justa por ahora. Sin embargo, no malinterprete lo que estoy diciendo como una forma de propaganda: solo lo hacen porque hemos acordado, al menos en la superficie, cumplir con todas sus reglas y regulaciones. Seguimos sus órdenes para que nos traten bien. Después de que JAN expulsó al Estado Islámico de Irak y el Levante de Idlib, nos dijeron que no nos protegerían a menos que nos convirtiéramos al islam sunita, que oráramos y emitiéramos una declaración oficial diciendo que habíamos dejado la fe drusa. Hasta ahora, no nos han atacado. Mientras parezca que seguimos sus reglas, ellos nos consideran sus ‘hermanos’ en el islam.
—¿Les pidieron que destruyeran los santuarios drusos?
—Sí. Nos obligaron a cumplir una serie de órdenes y decretos, incluida la destrucción de nuestros santuarios. Cavaron las tumbas de varios de nuestros santos, sin embargo, no protestamos. Obligaron a nuestras mujeres a usar estrictos atuendos islámicos ortodoxos y a renunciar a su ropa tradicional drusa. También nos amenazaron diciendo que si la policía de Hisbeh encontraba a alguien en la calle durante el momento de la oración, esa persona sería castigada. Lo mismo para las mujeres que no siguieran los requisitos obligatorios de vestimenta. (N.d.T.: la palabra árabe Hisbeh o ‘rendición de cuentas’ es una doctrina islámica que se refiere a la defensa de la moral de la comunidad y al mantenimiento del orden público. Tradicionalmente llevada a cabo por un funcionario llamado muhtasib).
Lo peor es lo que hicieron en las escuelas. El lunes llegaron a nuestro pueblo y separaron a todos los alumnos y alumnas, insistiendo en que se les enseñara por separado, y solo por profesores del mismo género. Esto causó problemas porque no tenemos suficientes maestros para acomodar estos cambios de manera efectiva. Por ejemplo, solo teníamos una profesora de matemáticas que era mujer. No había ningún maestro calificado que pudiera reemplazarla, por lo que ahora los niños no estudian matemáticas. Ocurrió al revés con las clases de inglés. Nuestro único profesor de inglés es un hombre, así que ahora las chicas no estudian inglés.
—El 2 de marzo, Walid Jumblatt, un destacado político druso libanés y líder del Partido Socialista Progresista, entabló negociaciones con JAN con la esperanza de aliviar algunas de estas estrictas leyes impuestas. Al parecer, JAN acordó hacerlo siempre que los drusos siguieran adhiriéndose al islam sunita. ¿Salió algo de eso?
—Ninguno de los términos de ese acuerdo se aplicó en la práctica, por lo que sabemos. JAN continúa imponiéndonos su estricta interpretación del islam, obligando a las mujeres a cubrirse la cara, impidiendo que hombres y mujeres se mezclen en público, etc. Al describir su postura con respecto a la reunión de JAN con Jumblatt en Jabal Al Summaq, Abu Abd Al Rahman Al Tunisi —un tunecino y emir de JAN en Jabal Al Sumaq— supuestamente recitó un conocido dicho del Profeta Muhammad que pensaba que justificaba su posición. El dicho dice: “Incluso con la luna en mi hombro derecho y el sol en mi izquierdo, no abandonaré mi deber ni moriré sin haberlo cumplido”.
[El dicho se produjo cuando Muhammad trató de difundir la palabra del islam entre los no creyentes en La Meca, algunos de los cuales supuestamente le ofrecieron grandes sumas de plata y oro para que abandonara su misión. Aquí, la luna representa la plata y el sol, el oro. Esencialmente, significa que Muhammad no abandonaría su búsqueda de hacer proselitismo ni por todo el dinero del mundo].
—¿Qué piensan los drusos de Idlib sobre Jabhat Al Nusra y las leyes que imponen?
—En principio, rechazamos sus leyes, pero las seguimos en público. Cuando se trata de resolver disputas entre nosotros, no llevamos nuestros problemas a Jabhat Al Nusra, vamos a nuestros líderes.
—Si rechazan sus reglas, ¿por qué decidieron seguir viviendo bajo su protección?
—No hay nada que podamos hacer. A los drusos que abandonaron nuestras aldeas se les incautó y confiscaron sus propiedades, ahora no pueden volver nunca más. Por eso hemos decidido quedarnos aquí.
—¿Cuál fue la justificación de Jabhat Al Nusra para imponer sus leyes a los drusos?
—Afirmaron que estaban luchando contra los infieles y que teníamos que decidir nuestro propio destino y nuestra identidad: estar con los musulmanes o con los infieles.
—¿Qué es lo que más temen los drusos sobre Jabhat Al Nusra?
—Tememos a muchas cosas. Tememos que puedan obligar a nuestros hombres y mujeres jóvenes a casarse fuera de la fe drusa. Esto podría conducir a la eventual destrucción de nuestra religión. También están intentando promover la poligamia entre nuestros jóvenes, una práctica que no apoyamos en nuestra fe.
Asimismo, tememos a sus ideas sobre la yihad. Creen que la yihad es obligatoria para todos los musulmanes y que, como tal, aquellos de nosotros que nos convertimos a la secta sunita debemos tomar las armas y luchar. Muchos de sus líderes locales (sirios) son menos estrictos al respecto. Aprecian la posición en la que estamos, el hecho de que somos neutrales y no queremos pelear, y muchas veces nos eximen de tener que hacerlo. Sin embargo, los líderes extranjeros son muy estrictos. Abd Al Rahman Al Tunisi, por ejemplo, emite constantemente leyes y decretos de esta naturaleza. Los miembros locales que sirven debajo de él hacen excepciones y nos eximen de tener que participar en los combates.
—¿Cómo tratan el ELS y los otros batallones a los drusos en Jabal Al Summaq?
—Las brigadas del ELS también nos trataron bien en el pasado e intentaron convencernos de que nos uniéramos a ellos diciendo que nos protegerían. Sin embargo, Jabhat Al Nusra es fuerte, por lo que nuestros líderes prefirieron que permanezcamos bajo su protección. El ELS es débil y con ellos podríamos terminar quedando solos.
—¿Cuál es el futuro de su relación con Jabhat Al Nusra?
—A pesar de todo, no creemos que Jabhat Al Nusra dure mucho tiempo. Podemos vivir con ellos por ahora hasta que Dios nos libere de sus garras. Sin embargo, si su dominio durara más tiempo, entonces todas las cosas anteriores que mencioné entrarían en vigencia de forma permanente, y no podríamos aceptarlas.
—¿Cómo afrontan esta situación los líderes drusos y los jeques?
—Nuestros líderes y jeques entablan negociaciones con Nusra. Todo se hace públicamente, nada se esconde. Al final del día, todo lo que hacen es recibir órdenes sus órdenes y transmitirlas a los habitantes de las aldeas.
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N.d.T.: El artículo original fue publicado por Syria Direct el 17 de marzo de 2015.