Saltar al contenido

El Interprete Digital

Una guía práctica sobre apropiación y apreciación cultural

Por la Editora para Pink Jinn

Babouche, calzado tradicional marroquí. [just_a_cheesburger/Creative Commons]

La apropiación cultural puede ser un término un poco aterrador. Esto se debe en gran parte a que se publica principalmente en Twitter como combustible para la #culturadelacancelación, particularmente en lo que respecta al comportamiento de las celebridades y las grandes marcas. Es más ampliamente reconocido en la industria de la moda, pero también se extiende a otras áreas como la alimentación.

[Se prohíbe expresamente la reproducción total o parcial, por cualquier medio, del contenido de esta web sin autorización expresa y por escrito de El Intérprete Digital]

La apropiación cultural puede ser difícil de definir y la línea entre apropiación y apreciación es a menudo muy fina, lo que puede hacer tentador esconderse del debate en su conjunto por temor a equivocarse. Sin embargo, comprender la apropiación cultural es increíblemente importante porque nos permite reconocer el poder que tenemos como individuos y consumidores para rechazar la discriminación y la explotación.

¿Qué es exactamente la apropiación cultural?

Según el Diccionario de Cambridge, la apropiación cultural es ‘el acto de tomar o usar cosas de una cultura que no es la tuya, especialmente sin demostrar que la entiendes o la respetas’.

Esta definición destaca algunos de los conceptos clave que están ampliamente aceptados como el sello distintivo de la apropiación cultural:

  1. La idea de una cultura robando ciertos aspectos de otra cultura para su propio beneficio.
  2. La falta de reconocimiento e implicación de personas de ese origen cultural.

Esto a menudo ocurre con fines de lucro, moda o novedad – por ejemplo para disfraces.

Sin embargo, esta definición no capta completamente las razones por las que la apropiación cultural puede ser dañina y, en el peor de los casos, sumamente explotadora.

Racismo, colonialismo y plagio cultural

El intercambio de culturas entre humanos es natural y fluido. Viene sucediendo durante milenios, pero es especialmente prolífico en el mundo globalizado y la era de Internet, donde todos estamos conectados por tecnología, particularmente en ciudades grandes y multiculturales como Londres.

En términos generales, no es difícil entender por qué las personas pueden encontrar ofensivo cuando alguien de una cultura usa objetos o rituales que son sagrados o tienen un significado religioso en otra por diversión o beneficio.

Pero la línea puede ser un poco más borrosa cuando se trata de objetos cotidianos, otros símbolos culturales y vestimenta tradicional. En muchos casos, no es solo el acto de apropiación cultural en sí lo que causa el mayor daño, sino el contexto dentro del cual ocurre.

Es absolutamente crucial tener en cuenta el contexto histórico, político, económico y social, porque la apropiación cultural – o el plagio cultural, como también se le conoce – está intrínsecamente ligado a historias de racismo y colonialismo.

Muchas de las culturas que comúnmente están siendo apropiadas hoy en día – por ejemplo, culturas negras, árabes, asiáticas o indígenas – fueron históricamente oprimidas y / o colonizadas violentamente por personas blancas y sistemas políticos racistas.

Cuando hay una historia de un grupo racial que toma algo de otro (como mano de obra o recursos naturales extraídos bajo sistemas opresivos, racistas o coloniales), es comprensiblemente visto como ofensivo e incluso explotador tomar también aspectos de esa cultura, para fines personales o ganancia comercial.

Por ejemplo, en Estados Unidos, las personas negras se enfrentaron a la discriminación – y en algunos casos al castigo activo – por llevar trenzas en el pelo. Entonces, cuando las celebridades blancas usan el mismo peinado por moda o por diversión, puede ser extremadamente molesto y desempoderador. El uso de la cultura negra por parte de celebridades blancas debe verse dentro del contexto de un país que todavía se está arreglando con su historia y sistemas profundamente racistas.

Del mismo modo, las culturas del norte de África fueron una enorme fuente de inspiración para la industria de la moda europea. Sin embargo, muchas de las grandes marcas internacionales que capitalizaron aspectos de la cultura norafricana lo hicieron sin dar crédito o reconocimiento a las culturas y comunidades artesanales que inspiraron y crearon sus productos.

Esto no se puede ver fuera del contexto histórico de la dominación europea del norte de África durante los siglos XIX y XX, cuando los sistemas coloniales violentos y opresivos permitieron la explotación de países del norte de África como Marruecos y Argelia.

Los restos de esos sistemas coloniales se mantuvieron en su lugar en muchos casos, permitiendo a las empresas europeas e internacionales seguir beneficiándose de esta historia, utilizando mano de obra y recursos baratos del norte de África en la manufactura de sus productos, sin permitir que esas comunidades compartan los beneficios.

Esto representa una tendencia global, por la cual el llamado Norte Global (es decir, países de ingresos más altos u ‘occidentales’) se beneficia de la mano de obra barata y los recursos del Sur Global (países de ingresos más bajos o ‘en desarrollo’). Entonces, hacer esto mientras también se obtiene beneficio del plagio cultural no solo es ofensivo, sino que también perpetúa estos sistemas económicos a nivel cultural.

Ejemplos de apropiación cultural

Hay una serie de ejemplos de plagio cultural de alto perfil – en muchos casos que involucran a las mismas personas y marcas que continúan practicándolo incluso después de ser retados y criticados.

Un ejemplo reciente y de alto perfil involucró a las casas de moda Louis Vuitton y Fendi que, en mayo de 2021, fueron golpeadas por ofrecer sus propias versiones de diseñador de la tradicional keffiyeh palestina – el pañuelo blanco y negro que se convirtió en símbolo de la cultura palestina y la resistencia contra ocupación israelí.

Las marcas vendían los pañuelos – que están ampliamente disponibles en línea en empresas palestinas por menos de 30 dólares – por cientos, si no miles de dólares, sin reconocimiento de su origen palestino, provocando una reacción en las redes sociales.

Esto ocurrió durante un período de mayor conciencia en línea de la lucha palestina como resultado de la campaña #SaveSheikhJarrah (n.d.t.: Salven Sheikh Jarrah) de mayo de 2021, llevando a muchos a criticar a las marcas por intentar sacar provecho de los crímenes de guerra israelíes y los abusos a los derechos humanos en Cisjordania y la Franja de Gaza.

De manera similar, la marca de lujo francesa Céline fue acusada de plagio cultural por vender babouche – zapatillas de cuero tradicionales marroquíes – por más de 900 euros. Los críticos argumentaron que los artesanos marroquíes que crearon las babouche no fueron compensados ni cerca de esa cantidad, y que la marca no reconoció ni dio crédito a las culturas y comunidades artesanales de las que proceden las babouche.

Gucci también recibió una buena cantidad de críticas por apropiación cultural, principalmente por su desfile de la Semana de la Moda de Milán 2018 con modelos blancas usando turbantes, pañuelos en la cabeza y tocados sij, que se asemejan a la arquitectura asiática. En junio de 2021, la casa de moda también fue acusada de vender un ‘caftán’ de 3500 dólares, que se asemeja al kurta que se usa comúnmente en el sur de Asia. Artículos similares están ampliamente disponibles en mercados locales por menos de 10 dólares.

Apropiación cultural versus apreciación cultural

Un argumento común que se escucha de aquellos que fueron criticados por apropiación cultural es que simplemente están apreciando, en lugar de plagiar o apropiarse de otra cultura. Es importante comprender la diferencia entre las dos para evitar ofender a otros o perpetuar estereotipos y sistemas económicos dañinos.

Este video de VICE es una muy útil explicación de la diferencia entre la apropiación cultural y la apreciación cultural:

What’s the Difference Between Appropriation and Appreciation?

De acuerdo con los entrevistados en el video, la apropiación ocurre cuando seleccionás y elegís cosas de otras culturas como un mero accesorio, disfraz o tendencia  para ganar dinero, sin la debida referencia. Es apropiación, dicen, cuando la acción no proviene de un lugar auténtico o genuino.

La apreciación cultural, por otro lado, es cuando trabajás con personas de la cultura de la que estás tomando inspiración, cuando le das crédito y contribuís con algo a esa comunidad.

Qué hacer y qué no hacer

Gran parte del debate sobre la apropiación cultural se centra en empresas y marcas. Desde el punto de vista de una empresa, evitar la apropiación cultural implica tres cosas clave: transparencia, crédito e inclusión.

Las empresas deberían:

  • Consultar con personas del origen cultural del que toman inspiración para asegurarse de que lo estén utilizando de manera consciente, respetuosa y responsable.
  • Contratar fabricantes y modelos de esa cultura en particular para hacer y modelar el producto.
  • Ser abiertas y transparentes acerca de la fuente de inspiración y dar crédito a los artesanos que lo hicieron.
  • Reconocer los errores y mantenerse abierta a aprender de ellos.

Sin embargo, también tenemos la responsabilidad como individuos de evitar la apropiación y empoderar a aquellas comunidades que históricamente fueron explotadas y marginadas. Aquí hay algunas cosas que podés hacer:

Qué hacer

  • Utiliza tu plataforma para compartir las voces de personas de culturas que te inspiraron y para expresar tu aprecio por sus habilidades artesanales.
  • Si estás usando o vistiendo algo de otra cultura, asegúrate de que vos – y otras personas también – sepan de dónde vino y cómo surgió.
  • Comprá a empresas que sean de personas de otras culturas o empresas que retribuyan a comunidades marginadas y víctimas de explotación.
  • Aumentá el nivel de diversidad en tu propia vida – ¡y particularmente en tus redes sociales! ¡Seguí a más personas y negocios negros, marrones e indígenas, compartí su trabajo y comprales!

Qué no hacer

  • Usar algo de moda o disfraces sin al menos una comprensión básica de su significado cultural.
  • No compartas algo sin la referencia adecuada si se toma de otra cultura.
  • No compres productos de marcas que sepas que son culpables de apropiación cultural o plagio – y que no se disculpan por ello.

Entonces, si querés usar babouche porque amás Marruecos o estás interesado en la cultura marroquí, está bien – de hecho, ¡es genial! Pero asegúrate de comprarlos en una empresa marroquí o una empresa que apoye a los marroquíes y celebre la artesanía marroquí. Aún mejor, compartí tus nuevas babouche en las redes sociales y celebra a ese negocio o artesano, ¡reconociendo el origen marroquí!

Personas y empresas a seguir

Hay una gran cantidad de personas, plataformas y empresas maravillosas que trabajan arduamente para acabar con el plagio cultural. Aquí hay tres de nuestras favoritas – estas increíbles e inspiradoras mujeres construyeron negocios hermosos y responsables arraigados en la celebración de las culturas locales y la descolonización de sus industrias:

Samira Mahboub (@samiramahboub)

Samira Mahboub es una modelo, artista performática, académica feminista poscolonial e interseccional, activista y emprendedora social marroquí-alemana. Es cofundadora de Limala, un proyecto cultural y empresa social que vende alfombras marroquíes hechas a mano y productos tradicionales elaborados por mujeres marroquíes en las montañas del Atlas.

Limala usa narrativas y narraciones visuales para celebrar el arte de la manufactura tradicional marroquí y a los artesanos que las elaboran. A través de su trabajo, no solo destaca la belleza y la singularidad del patrimonio cultural marroquí, sino que también busca recuperarlo para los marroquíes y acabar con el plagio cultural que se arraigó en las industrias de la moda y los artículos de lujo a lo largo de los años como resultado del poscolonialismo.

Samira es embajadora de L’Balgha (@l’balgha), una plataforma en línea que inició la campaña del hashtag #mybaboucheisnotCeline (n.d.t.: mi babouche no es de Celine), que busca recuperar el patrimonio marroquí para los marroquíes y luchar contra el plagio cultural.

Jeanne de Kroon (@jeannedekroon)

Jeanne de Kroon es una ex modelo, activista de la sostenibilidad y fundadora de Zazi Vintage, una marca de moda ética con sede en Ámsterdam que busca conectar a los consumidores con las comunidades locales – y especialmente con las mujeres – alrededor del mundo que confeccionan su ropa.

Mientras trabajaba como modelo en Nueva York, Jeanne se desilusionó por la falta de conexión de la industria de la moda con el origen de las prendas que vendían. Todos los diseños de Zazi destacan las historias, el significado cultural y las tradiciones artesanales de sus comunidades de origen en Afganistán, India, Nepal, Tayikistán y Uzbekistán.

Sana Javeri Kadri (@sanajaverikadri)

Sana Javeri Kadri es una ex fotógrafa de alimentos convertida en activista, emprendedora y fundadora de Diaspora Co., una empresa de especias ética con la misión de descolonizar el comercio de especias y aplicar la ética ‘de la granja a la mesa’ en el pasillo de especias de los supermercados.

Diaspora Co. tiene sus raíces en los conceptos de equidad y justicia social. No solo es una empresa de comercio justo que trabaja directamente con los agricultores y las comunidades locales, sino que también es una plataforma digital y una comunidad que educa a las personas sobre la historia colonial de la India y el significado cultural de las especias.

¿Querés aprender más?

Aquí hay algunos recursos sobre apropiación y apreciación cultural que pueden resultar útiles. Si nos perdimos de algo, ¡dejá un comentario y hacénoslo saber! Siempre estamos buscando nuevos recursos para compartir con nuestra comunidad.

[Se prohíbe expresamente la reproducción total o parcial, por cualquier medio, del contenido de esta web sin autorización expresa y por escrito de El Intérprete Digital]

N.d.T.: El artículo original fue publicado por Pink Jinn el 25 de agosto de 2021.