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El Interprete Digital

Una nueva ‘confraternidad’ multirreligiosa en Siria puede ser posible

Por Ammar Hamou y Madeline Edwards para Syria Direct

Gran manifestación en Homs contra el régimen de Al Assad. [Bo Yaser/ Creative Commons]

El patriarca Benyamin I Abboud es optimista. Nacido en el Líbano, este sacerdote de 57 años se desempeña como jefe de la Iglesia de la Unidad, una comunidad de rito oriental. Actualmente, esta Iglesia aboga por los derechos de los cristianos en Siria y otros países donde los cristianos forman minorías.

[Se prohíbe expresamente la reproducción total o parcial, por cualquier medio, del contenido de esta web sin autorización expresa y por escrito de El Intérprete Digital]

A principios de este mes, Abboud presentó una solicitud al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para abrir una investigación sobre crímenes de guerra contra cristianos sirios y para “establecer un tribunal especial” que juzgue esos delitos. Entre las arbitrariedades en contra de derechos que Abboud ayuda a documentar se encuentran el “secuestro, la desaparición forzada y la detención arbitraria” de cristianos en toda Siria, le comenta al periodista Ammar Hammou de Syria Direct, desde Bruselas, donde tiene su sede la Iglesia de la Unidad. El sacerdote se niega a decir exactamente a quiénes responsabiliza por atacar a las comunidades cristianas en Siria, aunque los cristianos fueron encarcelados, asesinados o desplazados tanto por el Gobierno sirio como por grupos armados.

En Al Qaryatayn, una antigua ciudad donde convivían diferentes comunidades religiosas en la provincia de Homs sobre la que Syria Direct informó el año pasado, todos los cristianos emigraron después de dos invasiones de Estado Islámico de Irak y el Levante, y el secuestro del sacerdote local y de otros residentes cristianos. De hecho, el antiguo monasterio de San Elián de la ciudad está en ruinas. Qaryatayn no está solo. Abboud dice que miles de los 1,7 millones de cristianos que se estima que vivían en Siria huyeron del país desde el comienzo de la guerra hace casi siete años. “Mi corazón se estruja de dolor en medio de las políticas que están haciendo que los cristianos se marchen”, lamenta Abboud.

Pero a pesar de las pérdidas y los abusos contra los derechos humanos, Abboud quiere llevar este caso ante la Justicia. Los recuerdos de una coexistencia previa le dan esperanza de que una Siria de posguerra puede ser el hogar de todos sus grupos religiosos. “La primera palabra será ‘sirio’, sin importar cuál sea la religión de una persona”, resume Abboud. 

—Recientemente, usted solicitó al Secretario General de la ONU que abriera una investigación internacional sobre las violaciones en Siria, especialmente contra los cristianos. ¿Podrías dar detalles sobre esas violaciones?

—Clasifiqué estas violaciones de la siguiente manera: secuestro, desaparición forzada, detención, detención arbitraria, malversación, violación, esclavitud, venta de mujeres y niñas en subastas públicas, tortura física y psicológica y, finalmente, genocidio. El objetivo de nuestra solicitud al Poder Judicial internacional es establecer un tribunal especial una vez finalizadas las investigaciones que solicitamos. Con el fin de preservar la confidencialidad y la seguridad de los asesinados y de quienes trabajaron para documentar estos crímenes y violaciones antes mencionados, la respuesta a la segunda parte de su pregunta se dejará para después de las investigaciones internacionales.

—¿Tiene documentación de los crímenes y violaciones que se cometieron contra los cristianos sirios? ¿Tuvo que enfrentar alguna reacción violenta?

—El intento de asesinarme en 2016 no fue una coincidencia. El precio de documentar estos crímenes y violaciones que se cometieron contra los cristianos de Siria e Irak fue mi sangre.

[Ed del original.: Tres “hombres armados” intentaron matar a Abboud en su rectoría en Bruselas en 2016, informó en ese momento el Assyrian Monitor for Human Rights.]

—¿Usted nota alguna ayuda real de los estados miembros de la ONU o de Occidente hacia los cristianos sirios?

—Al principio, no encontramos ninguna ayuda de los países occidentales para que los cristianos se pudieran refugiar allí. Además, hubo una falta de apoyo real para quienes aún viven en sus lugares de origen, mientras que aquellos países ofrecieron apoyo a varios grupos extremistas. Pero los cristianos de Occidente no están necesariamente alineados con los cristianos de Oriente. Al ver que los cristianos están oprimidos y divididos, parece que la carga recae sobre ellos. Culpamos a los grandes países del mundo que decidieron vaciar el Oriente de sus cristianos, al cooperar con los partidos locales y regionales. Los países que publicamente dicen apoyar a los cristianos, en realidad los exponen a todo el dolor y la persecución que los cristianos orientales sufren a diario, incluidos los crímenes de genocidio. Mi corazón se estruja de dolor por la prolongación de estas políticas internacionales, regionales y locales que están haciendo emigrar a los cristianos.

—El término ‘minorías’ no se usaba en Siria antes de la guerra. De hecho, Siria era un mosaico de cristianos, musulmanes y otros de diferentes sectas y etnias. Hoy en día, se juega con las líneas sectarias y étnicas. ¿Qué están haciendo ustedes para reparar las fracturas que están destrozando a los sirios? 

—En realidad, el término ‘minorías’ no se usaba en Siria antes de la guerra de la forma en que lo vemos hoy. Eso es [parte de] la crisis de la identidad nacional siria. Si se resuelve esta crisis, entonces los sirios podrán enorgullecerse de esta identidad, restaurarla para que pueda haber compañerismo y familiaridad entre todos los grupos culturales y religiosos del país. Siria puede ser la patria de todos los sirios. Creo que las tensiones [sectarias] no se mantendrán, sino todo lo contrario: habrá una patria nacional para los sirios sin ‘minorías’ ni ‘mayorías’. La primera y última palabra será ‘sirio’, sin importar la religión o el origen étnico de una persona.

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Ammar Hamou es editor en jefe de Syria Direct. Originario de East Ghouta, en las afueras de la capital siria, Hamou estudió periodismo en la Universidad de Damasco. Participó en numerosas capacitaciones de periodismo en los EE. UU., Europa y Jordania, y publicó numerosas investigaciones sobre el conflicto sirio. 

Madeline Edwards fue editora asistente de Syria Direct. Trabajó con Syria Direct hasta 2019 colaborando anteriormente para el periódico Daily Star en Beirut. Se centra en las comunidades desplazadas por la guerra, sobre todo en Jordania y el campamento de Rukban.

N.d.T.: El artículo original fue publicado por Syria Direct el 30 de enero de 2018.