Buscando fe en Yenín
Mi bisabuelo Fayes encontró consuelo en la santificada paz del Cementerio Mártir Iraquí, en Yenín. Este espacio sagrado le sirvió de refugio personal; un lugar donde podía resguardarse de las presiones de la vida cotidiana y buscar la paz interior en el recuerdo de aquellos que ya abandonaron este mundo. En el silencio de las noches, el té que le preparaba mi bisabuela Kamleh lo ayudaba a combatir el frío.