Por Sara Seif Eddin para Mada Masr
El 1 de febrero, el ministro de Petróleo y Recursos Minerales, Tarek Al Molla, anunció que la exportación de gas natural al Líbano iniciaría a finales de mes o, por tarde, a mediados de marzo, que fue el mismo lapso de tiempo que el presidente libanés, Michel Aoun, declaró previamente en diciembre de 2021.
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Líbano tiene una gran necesidad de recursos energéticos, ya que el país viene sufriendo una grave escasez. Sin embargo, los planes de exportación han causado cierta controversia en los últimos cuatro meses con respecto a si el gas es israelí o egipcio. Todo comenzó cuando el Canal 12 de Israel emitió un informe que mostraba que el gas natural que se pretende suministrar al Líbano, en virtud de un acuerdo patrocinado por los Estados Unidos, es en realidad gas israelí. El informe indicó que el acuerdo se presentaría como si el gas viniera de Egipto, a través del gasoducto árabe, para evitar el riesgo de incomodidad política de todas las partes involucradas.
Mientras las distintas partes continúan proclamando que el gas provendrá de Egipto, Mada Masr habló con fuentes del sector energético quienes informaron de las conversaciones políticas detrás del acuerdo y observaron de cerca la infraestructura del gasoducto para discernir cuál de los dos países alimentará con energía al Líbano.
¿Por qué el gas destinado al Líbano no es egipcio?
En septiembre, Amman organizó una reunión que incluyó a representantes de Egipto, Líbano, Siria y Jordania para discutir la viabilidad de suministrar gas natural egipcio al Líbano a través del Gasoducto Árabe (AGP, por sus siglas en inglés) de 1200 km, que conecta los cuatro países. El gasoducto comienza en Arish, en el norte del Sinaí, luego desciende al sur hacia Taba, cruza un tramo de 15 km por debajo del Mar Rojo, pasa por Aqaba en Jordania, avanza hacia el norte y llega a Siria, pasando por Damasco y Homs, y finalmente gira hacia el occidente, cruza la frontera sirio-libanesa y llega a Trípoli (Líbano).
El AGP se construyó en la primera década del nuevo milenio durante el mandato del exministro de petróleo egipcio, Sameh Fahmy, con el objetivo final de exportar el excedente de gas que Egipto tenía en ese momento a Jordania, Siria y Líbano y luego a los mercados europeos. Con el comienzo de la década de 2010 y las Revueltas Árabes, el gasoducto entre Egipto y Siria fue objeto de una serie de ataques de militantes en el primer caso y el estallido de una guerra en el segundo, resultando, parcialmente, dañado.
Desde 2015, Egipto ejerce control sobre el territorio por el que pasa su parte del AGP y ha contenido más daños. El país reanudó brevemente la exportación a Jordania en 2019, bombeando el gas desde su mega campo Zohr.
Pero la situación cambió cuando Israel comenzó a exportar gas tanto a Egipto como a Jordania en 2020.
Jordania y Egipto tienen acuerdos para garantizar el suministro de gas israelí, cada uno con una duración de 15 años, por diferentes propósitos. En Egipto, el gas israelí se transporta a través del gasoducto Arish-Port Said a las plantas de licuefacción de gas natural en Damietta y Edco, donde se licúa y se reexporta.
Egipto, a su vez, recibe ganancias por transportar el gas a través de su red nacional y por el proceso de licuefacción, según lo declarado por Osama Kamal, exministro de petróleo, a Mada Masr.
Mada Masr ya había informado previamente que el Servicio General de Inteligencia de Egipto obtendría las mayores ganancias de la importación y reventa de gas israelí al estado egipcio, a través de su secreta participación en la propiedad de East Gas y su asociación con Dolphinus Holdings, la firma que firmó el acuerdo.
El acuerdo egipcio-israelí también estipula que Egipto puede hacer uso doméstico de parte del gas natural si es necesario.
En Jordania, el gas israelí se destina al consumo doméstico, alimentando tres centrales eléctricas en el norte del país. Esas plantas de energía solían recibir gas natural de Egipto, pero el gas israelí alimenta, actualmente, alrededor del 80% de la generación de energía eléctrica de Jordania.
Una vez que Egipto comenzó a importar gas de Israel a principios de 2020, el gas natural comenzó a circular desde Arish a Port Said y las exportaciones de gas egipcio a Jordania se detuvieron. La medida de revertir el flujo de gas en Arish para facilitar las importaciones de Israel, a través del gasoducto del Mediterráneo Oriental (EMG, por sus siglas en inglés), parece haber obstaculizado la capacidad de Egipto para exportar gas a través del AGP.
El Gasoducto Árabe se cruza con gasoductos israelíes en dos puntos diferentes, el primero de los cuales está en la ciudad egipcia portuaria de Arish, donde la línea se encuentra con el gasoducto EMG procedente de Ashkelon. El segundo punto está en Jordania, donde un oleoducto se encuentra con otro procedente del yacimiento de gas israelí Leviathan, cruzándose en un punto fronterizo entre ambos países, en la ciudad de Mafraq.
Dada la situación actual y suponiendo que Egipto todavía tenga excedentes de gas que puedan exportar a Líbano para ayudar con la crisis actual, la infraestructura para el transporte de gas necesita estar técnicamente equipada para sacar gas fuera de Egipto. En las circunstancias actuales, para poder exportar gas a Jordania, Egipto tendría que dejar de importar gas israelí, modificar la estación de Arish o construir un nuevo gasoducto paralelo para transportar gas desde uno de los gasoductos de Port Said a Arish, para luego ser transferido al AGP.
Cuando se le preguntó sobre la fuente de gas que alimentará el AGP, Kamal afirmó que el gas egipcio se proporcionará desde la red nacional, lo que en este contexto significa todos los gasoductos internos que conectan diferentes ciudades y regiones de Egipto. La red contiene todo el gas natural del país, ya sea de extracción local o importación. Sin embargo, dos fuentes que hablaron con Mada Masr bajo condición de anonimato, uno de los cuales es ingeniero de mantenimiento y el otro gerente de proyecto en una empresa de distribución de gas, afirmaron, en ocasiones distintas, que es imposible transportar gas de la red nacional a las tuberías más grandes debido a la discrepancia en la presión.
Según las dos fuentes, luego de la extracción de gas de los campos, debe haber estaciones de reducción de presión junto a los pozos. En esta etapa, la presión es muy alta y alcanza los 70 bar, que es la misma cantidad de presión utilizada en los gasoductos que transportan gas entre países. En cada etapa en la que el gas se transporta a una red más pequeña, la presión se reduce por razones de seguridad y porque la cantidad de gas es menor. La presión del gas se reduce continuamente en varias estaciones a lo largo de las tuberías más pequeñas hasta que alcanza 0,1 bar, que es la presión con la que el gas llega a las casas.
El director del proyecto explicó que la construcción de un gasoducto desde Port Said hasta Arish requerirá un proceso de construcción con una duración de, por lo menos, un año y hasta 10 años debido a las múltiples fases que incluye, como el transporte de las tuberías, la soldadura, la limpieza y las pruebas.
Y si no es egipcio…
Una fuente egipcia que está familiarizada con el caso le dijo a Mada Masr que la exportación de gas natural al Líbano se realizará en abril, lo que probablemente significa que el gas provendrá de Israel.
Una fuente cercana a Hezbolá que habló con Mada Masr arguyó que, a pesar de que no es un secreto entre las partes que el gas que llegará al Líbano será mayoritariamente israelí, Hezbolá no tiene maniobra política para obstruir el proyecto, pues sería visto como si estuviera actuando en nombre de los intereses iraníes.
La fuente cercana a Hezbolá también dijo que el acuerdo tenía muchos beneficios, incluido el regreso de Siria al redil árabe, lo que abre la puerta a excepciones de la Ley César de los Estados Unidos, que impone sanciones al régimen sirio de Bashar Al Assad, el establecimiento de una zona securitizada alrededor del paso del AGP, y su financiación por parte de organismos internacionales como el Banco Mundial, después de su daño en la guerra civil.
Además de lo anterior, cuando se le preguntó a la ministra de energía israelí, Karine Elharrar, en la conferencia internacional de energía de Egipto (EGYPS), la semana pasada, si el gas se exportará a Jordania y Egipto, y luego al Líbano, dijo “que así será” en dado caso que el gas exportado pueda llegar al Líbano.
A finales de la semana pasada, Israel también anunció que aumentaría sus exportaciones a Egipto hasta un 50%. El gas fluirá a través de Jordania, utilizando el AGP, haciendo imposible que por esa ruta circule gas egipcio.
¿Qué quiere decir Molla cuando habla de que Egipto exporta gas al Líbano?
En su declaración de principios de febrero, Molla no declaró que el principal objetivo de Egipto era la exportación de gas. Más bien, Egipto pretende convertirse en un “centro regional para el comercio de gas”. Molla aclaró, además, que la exportación puramente de gas egipcio es estacional y está ligada a la disponibilidad de excedentes en el caso de una menor demanda local, como en la temporada de invierno, cuando hay un menor uso de electricidad. Actualmente, la electricidad depende del gas natural para satisfacer el 60% de la producción.
Pero Molla enfatizó que la aspiración de Egipto por convertirse en un centro “depende de adquirir gas de la cuenca del Mediterráneo, de productores como Israel y Chipre, para exportar a través de estaciones de licuefacción y redes de conexión a varios países”, y agregó que la estación de Damietta, que entró en servicio el año pasado, ha ayudado en la expansión de la exportación de gas israelí.
El reporte de Fitch Solutions concuerda con las opiniones de Molla, vinculando las ambiciones de exportación de gas de Egipto con su capacidad para servir como un espacio de transporte desde los países vecinos, especialmente Israel. El reporte fue escrito por analistas de energía de dicha agencia y enfatiza que las importaciones de gas natural israelí son el principal garante de las ambiciones de Egipto por convertirse en un centro energético regional. El informe, sin embargo, no menciona que Egipto tenga reservas propias para exportar.
El acuerdo entre Egipto e Israel estipula un aumento gradual, en un periódo de tres años, de las cantidades de gas importado desde Israel hasta alcanzar un pico de 7 mil millones de metros cúbicos de gas por año en 2022, lo que corresponde a los anuncios de Molla sobre aumentar la importación de gas israelí en un 45% durante el primer trimestre de este año. También, estos cálculos corresponden con lo que dijo la ministra de energía israelí, a mediados de febrero, sobre un aumento de entre 2.000 y 2.500 millones de metros cúbicos anuales en las exportaciones de gas israelí a Egipto, y agregó que los aumentos ayudarían a Egipto a satisfacer la demanda local.
El informe de Fitch Solution agregó que a principios de 2023, las exportaciones de gas de Egipto podrían disminuir debido a dos factores. El primero es la creciente demanda interna, que aumentará el consumo de importaciones a nivel local. La segunda resultaría de la incapacidad del país para ampliar la producción o descubrir nuevas reservas.
Un informe de junio de 2021 publicado por MEES, una firma regional de análisis del sector de energía y gas, demostró que la producción de Egipto se vio afectada cuando el campo de Zohr fue inundado y su productividad cayó.
Kamal le dijo a Mada Masr que la capacidad de Egipto para exportar grandes cantidades de gas no tiene en cuenta la abrumadora demanda local, donde la producción local diaria de Egipto se sitúa entre 7 y 7.500 millones de pies cúbicos. El gobierno se lleva 5 mil millones y la empresa socia responsable de la excavación se lleva el resto. Sin embargo, el consumo local actualmente se ubica en 6 mil millones de pies cúbicos por día. Según Kamal, para llenar este vacío, el gobierno compra los mil millones de pies cúbicos restantes de la parte de la empresa privada, lo que significa que Egipto no tiene reservas de gas natural.
Además, tres fuentes que hablaron con Mada Masr, una de las cuales trabaja en Gasco, entidad que opera la red nacional para el transporte de gas, y otra que trabajó anteriormente en una empresa multinacional que excava gas en Egipto, confirmaron que El Cairo toma gas natural en especie en lugar de las cuotas de las que GIS se beneficiaría como forma de pago por la licuefacción y el transporte de gas israelí. La tercera fuente, que es parte de la misión de la ONU en el Líbano, dijo que el objetivo de este acuerdo era cubrir la brecha en la demanda local, especialmente en vista de que las reservas de Zohr se agotan más rápido de lo esperado.
*Omar Said contribuyó a este informe.
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Sara Seif Eddin es una periodista y recurrente contribuidora de Mada Masr, su campo de especialidad es la economía en Egipto.
N.d.T.: El artículo original fue publicado por Mada Masr el 23 de febrero de 2022.