Por Najmieh Pouresmaeili para Strategic Council on Foreing Relations Online
Una de las razones de las continuas protestas de la sociedad iraquí es la crisis eléctrica en ese país, porque la cantidad de electricidad generada en ese país no es suficiente para satisfacer la demanda doméstica de energía.
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Los factores que hicieron que este problema quede sin respuesta y se convierta en una crisis son: el alto costo de producción de electricidad y las compras de combustible, escasez de combustibles y mayor consumo debido al crecimiento poblacional, falta de inversión, problemas de infraestructura, y deterioro de la red eléctrica por falta de inversión, ataques por parte de ISIS y problemas relacionados con las líneas de transporte, las condiciones climáticas, el uso ilegal de la electricidad, y el retraso en el mantenimiento de las centrales eléctricas.
Por otro lado, la incapacidad de Irak para pagar sus deudas con Irán debido a la continuidad de las sanciones de EEUU dificulta la importación de gas gas iraní en el futuro, creando una brecha mayor entre la oferta y la demanda en Irak. Por lo tanto, Irak está buscando soluciones alternativas para reducir sus costos de combustible.
De hecho, Irak está tratando de realizar compras competitivas, aumentar las importaciones de gas, y moderar los precios de la energía mediante la diversificación de sus fuentes de importación de electricidad y gas. En cuanto a las vías alternativas, se puede hacer referencia a las siguientes:
· Importación de electricidad desde Jordania asignando la ejecución del proyecto a la empresa estadounidense General Electric.
· Conexión a la red eléctrica de los países del Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico (PGCC) con dos líneas de transmisión a través de Kuwait.
· Firma de un contrato cuadrilátero con la empresa francesa Total para la ejecución de cuatro proyectos en el ámbito del gas y la electricidad.
· Proyectos de infraestructura en construcción por empresas británicas en Irak.
· Importaciones de gas desde Qatar, Arabia Saudita, Rusia, Uzbekistán y Kazajstán.
· Importación de electricidad desde Arabia Saudita y Turquía.
· Firma de contratos y entrega de licencias para la construcción de centrales eléctricas de energía solar con el fin de utilizar energías renovables. (Estos incluyen el acuerdo de Bagdad con Total Energy de Francia, un consorcio liderado por Scatec de Noruega, “Power China” de China, y la empresa estatal Masdar de Abu Dhabi).
· Construcción de reactores nucleares en Irak y consideración de la cooperación con Rusia (Rosatom) con colaboración de Estados Unidos, Francia y Corea del Sur para este fin.
A pesar de sus beneficios para Irak, la promoción de energías alternativas también enfrenta problemas y debilidades porque no puede satisfacer las necesidades de Irak en el corto plazo. Entre esos problemas se pueden mencionar los siguientes:
· Mantener negociaciones de largo plazo sobre cómo determinar el precio de la electricidad y el gas importados.
· Contar con el presupuesto requerido.
· El bajo volumen de electricidad importada desde algunos países, incluidos del Golfo Pérsico.
· Los riesgos asociados con grandes inversiones de países extranjeros en Irak (por ejemplo, Total de Francia) y la dependencia.
· Falta de infraestructura para transferir gas y electricidad desde algunos países hacia Irak.
· Corrupción financiera y administrativa del Ministerio de Electricidad iraquí.
· La necesidad de reformar el sistema eléctrico para resistir las fluctuaciones en la producción de energía.
· La necesidad de una planificación para la distribución, traslado y cobro por el servicio eléctrico.
· Protección de líneas de transmisión e instalación de medidores inteligentes.
· Problemas geopolíticos.
Dado que la política de EEUU para reducir la dependencia iraquí de Irán es fortalecer la autonomía de Bagdad a través del aumento de las capacidades internas, y la ampliación de la interacción con sus aliados regionales, los funcionarios de la Casa Blanca prestaron especial atención a este tema en sus conversaciones con Irak y así lograr separar a Irán de la escena energética iraquí.
Una de las políticas de la Casa Blanca en este sentido es crear en Irak un sistema monetario-bancario moderno y eficiente, para evitar que Irán eluda las sanciones estadounidenses. Por eso mismo, durante la primera ronda de conversaciones estratégicas con Irak, y de la cual participaron los vicecancilleres, Washington propuso enviar asesores económicos.
Frente a este escenario, Bagdad necesitará más apoyo económico de EEUU. De hecho, Washington puede ayudar a mejorar la situación económica de Irak apoyando la financiación a través de instituciones como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, ofreciendo líneas de crédito y préstamos en dólares estadounidenses.
En general, la dependencia iraquí de los mecanismos financieros bajo la órbita de EEUU, a la par de la participación de EEUU en los proyectos de infraestructura de petróleo y gas iraquíes, significa que Irak sigue siendo económicamente dependiente de EEUU.
En cuanto al rol decisivo de la economía en la orientación política de los países, se puede decir que cuanto más aumenta la dependencia económica de Irak de EEUU, más cerca estarán ambos países en temas políticas, a menos Irak esté dispuesto a pagar el precio de una mayor autonomía.
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Najmeh Pour Esmaeili, experta en Asia Central e investigadora en el Instituto Teherán Abrar Mo’aasser.
N.d.T.: El artículo original fue publicado por Strategic Council on Foreing Relations el 22 de febrero de 2022.