Por Sinem Cengiz para Arab News
Los acontecimientos en la región autónoma kurda en la parte norte de Siria, devastada por la guerra a mediados de 2012, sacaron a la superficie la problemática de los kurdos, el dilema más espinoso de Turquía, y llevaron al inicio del proceso de paz kurdo en 2013.
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Este proceso, tenía como objetivo resolver las diferencias entre las dos partes de manera pacífica y política, pero colapsó cuando el gobierno turco no pudo llegar a ningún acuerdo con el Partido de la Unión Democrática (PUD), una rama siria del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PTK), que Ankara considera una organización terrorista.
En ese momento, el Partido Republicano del Pueblo (PRP), el partido político fundador de la República de Turquía, se mostró escéptico sobre el proceso de paz y se negó a apoyarlo con el argumento que, dicho proceso, debía ser transparente y llevarse a cabo a través del parlamento con la participación de todos los partidos políticos.
El único tema en el que están de acuerdo el gobernante Partido Justicia y Desarrollo (PJD) y el PRP es la batalla contra el PTK. Por lo tanto, cuando estalló la lucha en 2015 entre las fuerzas turcas y el PTK, y posteriormente Ankara montó tres operaciones militares (Escudo del Éufrates, Rama de Olivo y Fuente de Paz), el PRP puso todo el peso de su apoyo en la lucha contra el terrorismo.
El PRP dijo que el derecho de Turquía a tomar medidas contra las amenazas terroristas más allá de sus fronteras está garantizado por acuerdos y compromisos internacionales, y que Ankara debe continuar con sus esfuerzos antiterroristas. Cuando el parlamento turco ratificó una moción que amplía la autorización para lanzar operaciones antiterroristas transfronterizas en el norte de Irak y Siria, el PRP respaldó la moción.
Sin embargo, luego de anunciar su apoyo a la operación planificada durante largo tiempo en Siria, el líder de PRP, Kemal Kilicdaroglu, presentó una larga lista de quejas sobre el compromiso.
El PRP criticó la política del gobierno en Siria durante mucho tiempo. Desde el comienzo de la guerra civil, este partido apoyó la idea de que el gobierno turco debería haber negociado con el régimen de Bashar Al Asad en un esfuerzo por encontrar una solución política integral a la crisis a las puertas de Turquía.
Incluso existen voces dentro de la PRP que consideran la oferta de Turquía de construir una zona segura en la frontera como un “proyecto de ingeniería demográfica”, tal como se indicó en el informe final de la Conferencia de Siria del partido en 2019. Los diputados del PRP también aceptaron las invitaciones de Assad para reunirse con él en Damasco.
La semana pasada, Kilicdaroglu prometió que si el PRP llegara al poder implementará una nueva política exterior para normalizar las relaciones con el régimen de Assad y así poner fin a la “tragedia” de los refugiados sirios en Turquía. También pidió la reapertura de las embajadas de Turquía y Siria en ambos países, al tiempo que destacó la necesidad de paz en Siria para que los refugiados puedan regresar a sus hogares.
“Si estuviéramos en el poder, no habría ningún problema en Siria, pero las relaciones con Damasco deben mejorar de alguna manera”, dijo Kilicdaroglu en un comentario directo claramente dirigido al PJD. El líder de la PRP insistió en que tal medida sería en favor de los intereses de Turquía.
En los últimos meses, todos los países de la región, excepto Turquía, comenzaron a acercarse a Damasco de alguna forma u otra. Bajo el gobierno del PJD, parece poco probable que Turquía siga este camino, a pesar de las duras críticas y los llamamientos de los partidos de la oposición para que lo hagan. Incluso si esa oposición llegara al poder y normalizara las relaciones con el régimen de Assad, ¿Serían capaces de hacer frente a las nuevas realidades de Siria, un país profundamente fragmentado entre varios grupos, incluidos los kurdos?
En las elecciones locales de marzo de 2019, uno de los factores que contribuyó a la victoria del PRP en Estambul y Ankara fueron los votos que recibió de los kurdos. La decisión del Partido Democrático Popular (PDP) pro-kurdo de alentar a sus votantes a apoyar a los candidatos del PRP llevó a la derrota del PJD en estas dos importantes ciudades.
Sin embargo, la actitud del gobierno hacia el PDP y las operaciones militares en el norte de Siria contra las milicias kurdas han puesto al PRP en una posición difícil. Aunque el partido criticó la destitución por parte del gobierno turco de tres alcaldes kurdos electos en agosto de 2019 y envió al alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, a Diyarbakir en una muestra de solidaridad, el PRP adoptó una política en el norte de Siria que se alinea con la del gobierno.
Obviamente, la situación de los kurdos en Siria es mucho más complicada que la de sus homólogos en Turquía, y una comparación sería injusta e inexacta. Sin embargo, quedó en evidencia que el PRP se encuentra atrapado entre la espada y la pared, dado que tiene la intención de desarrollar sus propios planes para una resolución del problema kurdo. Mientras tanto, el PDP pro-kurdo quiere que el gobierno inicie conversaciones con grupos kurdos sirios que Ankara considera una amenaza para la seguridad nacional.
El PRP no está en el poder, pero incluso si este ーu otro partido de la oposición que sea crítico con la política del gobierno del PJD en Siriaー estuviera y persiguiera una normalización de los lazos con Damasco, no podrían ignorar las nuevas realidades en aquél país devastado por la guerra.
Por lo tanto, la pregunta es si los partidos de oposición de Turquía, que representan aproximadamente la mitad de la población, podrían hacer frente a esto y de qué manera.
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Sinem Cengiz, residente por décadas en Kuwait, es una investigadora turca enfocada en los asuntos del Golfo y las relaciones de Turquía con el Medio Oriente en general. Es columnista habitual de Arab News y autora del libro “Relaciones turco-saudíes”.
N.d.T.: El artículo original fue publicado por Arab News el 2 de julio de 2021.