¡Relájense todos, Líbano no está en bancarrota!
Así que Líbano no está en bancarrota después de todo. Tranquilos, el país sigue en movimiento. En realidad, para el hombre o mujer de la calle, la situación económica no puede empeorar: la moneda está devaluada, la enorme deuda nacional insostenible, el costo de vida exorbitantemente alto, ¡Pero Líbano está vivo, bien (no tan bien) y coleando de hecho!