Por Marwan Asmar para Albawaba
Irán y Estados Unidos (EEUU) podrían estar a punto de embarcarse en un nuevo capítulo de relaciones basadas en el entendimiento nuclear. Tanto Teherán como Washington acaban de acordar hablar entre ellos directamente en Viena. Sus diplomáticos dicen que ahora estarían dispuestos a poner en marcha la rueda y reunirse regularmente para revivir el acuerdo nuclear de 2015.
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Este es de hecho un gran avance e importante desarrollo. En los últimos dos meses, las conversaciones nucleares entre Irán y el grupo 4+1 de países del Reino Unido, Francia, Rusia, China y Alemania precedieron a las de EEUU, que solo asumió un papel indirecto. Eso denota que los diplomáticos estadounidenses negociaron a través de sus socios europeos y del jefe de la delegación de la Unión Europea (UE), Enrique Mora, quien estuvo continuamente yendo y viniendo.
Esto significó que las conversaciones y negociaciones fueron engorrosas y difíciles de manejar. El representante de EEUU en Irán, Robert Malley, lo reconoció. Él y la mayor parte de la administración estadounidense hablaron durante mucho tiempo sobre la necesidad de negociaciones directas debido a la compleja naturaleza de los asuntos nucleares en cuestión. Esto requiere que los negociadores se sienten directamente y enfrenten entre sí, en lugar de hacerlo a través de terceros, que analicen detalles cruciales sobre material y tecnología sensibles. Eso no debería negociarse a través de terceros.
Sin embargo, Irán rechazó las conversaciones directas, insistiendo en que fue EEUU, bajo el gobierno del expresidente Donald Trump quien se retiró del acuerdo y eso significa que tendrían que esperar su turno. Todo esto parece estar cambiando, especialmente porque las conversaciones nucleares aparentemente avanzan sin problemas. Pero pese a avanzar sin problemas nadie es capaz de discernir en qué nivel, más allá de decir que todas las partes, incluso Washington, quieren que el acuerdo sea revivido y renovado rápidamente.
Todos los participantes en las conversaciones sienten que se puede llegar a un acuerdo muy pronto, de hecho, tan pronto como en el próximo mes de febrero. Eso significa que los negociadores estadounidenses deben adoptar un enfoque más directo, comenzar a hablar y abordar las preocupaciones iraníes relacionadas con la reducción nuclear, es decir, volver al nivel de enriquecimiento del 3 por ciento y no al actual del 60 por ciento, el tema de la verificación y, sobre todo, el hecho de que Teherán quiere garantías férreas de que Washington no volverá a renegar de un acuerdo internacional como fue el caso anterior.
De lo arriba descrito hay muchos detalles técnicos que deben resolverse y que necesitan conversaciones cara a cara para llegar al punto en el que cada parte esté satisfecha de que el Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC) sea revivido. Irán está dispuesto a hacer un esfuerzo adicional a pesar del hecho de que todavía queda la eliminación de las mordaces sanciones de EEUU, que deben ser discutidas y eliminadas.
Sin embargo, el liderazgo iraní, comenzando por su máximos tomadores de decisiones, el ayatolá Ali Jamenei, el Presidente conservador recién elegido Ebrahim Raisi y el Ministro de Relaciones Exteriores Hossein Amir Abdollahian, todos ellos quieren revivir el acuerdo nuclear. Este último lo expresó de forma explícita:
“Si durante el proceso de negociación llegamos a un punto en el que para alcanzar un buen acuerdo con garantías sólidas, se requiere cierto nivel de conversaciones con EEUU, no lo ignoraremos en nuestra agenda de trabajo”, afirmó el Ministro Hossein Amir Abdollahian. Todo el mundo entiende que esto significa conversaciones directas.
No obstante, hay personas tanto dentro de la administración estadounidense como en la iraní que podrían no estar satisfechas con la forma en que van las cosas y abogan por posiciones más duras. Esto incluye a Richard Nephew, el número dos después de Malley, quien renunció a su cargo recientemente, y sostuvo, respecto a la forma en que van las negociaciones, que las sanciones deben continuar para obtener más concesiones de los iraníes.
Por otro lado, se argumenta que hay muchos elementos conservadores en el establishment (N.d.t.: grupos dominantes) político iraní a quienes no les gusta lo que está sucediendo en Viena, como tampoco las negociaciones directas entre Teherán y Washington que tal vez se inicien pronto.
Pero independientemente de estos elementos, el camino a seguir en Austria puede estar avanzando hacia una nueva etapa de relaciones internacionales ‘menos calientes’, y eso incluye las expresiones manifestadas por Israel, que previamente opinó contra el acuerdo nuclear pero ahora podría volverse más flexible.
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Marwan Asmar es Doctor en Ciencia Política por la Universidad de Leeds y editor en jefe de Albawaba.
N.d.T.: El artículo original fue publicado por Albawaba el 30 de enero de 2022.