Por Khaled Farraj para Institute for Palestine Studies
Con cera, acero, aluminio, cemento y escombros, el arte de Marwan Rechmaoui pretende recuperar la memoria de una ciudad. La memoria de una ciudad sólo puede recobrarse a través de sus eventos políticos, económicos, culturales y sociales; de la actividad de sus comercios, sus teatros, periódicos, edificios y de su herencia arquitectónica. Sin embargo, Rechmaoui insiste en recuperarla a partir de los rastros de una de las más grandes explosiones del siglo pasado. Trabaja con las ruinas de una guerra que continúa reclamando porciones de la historia arquitectónica de nuestras ciudades del Levante. Incluso hace uso de las paredes de la renovada galería que presenta esta exhibición. Toma los escombros y los reconfigura para recordarnos que una explosión ‘nuclear’ recién ocurrió.
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Rechmaoui obtiene memorias de los hábitos de los comerciantes de Beirut, delimitando los mercados según el tipo de bienes vendidos y sus dimensiones. Nos recuerda los mercados de Beirut que fueron destruidos por la guerra civil de 1975, el desplazamiento al barrio Raouche y nuestro acostumbramiento a su eliminación durante la invasión de 1982. Recupera memorias de los granos de trigo diezmados por la gran explosión de 2020. Los extrae del mapa de Beirut y de su mar sin cartografiar.
Es razonable asumir que las guerras tienen su propio estilo arquitectónico, periódicos, economía, cultura y vida política como así también su propio arte. Esto es lo que el artista está queriendo mostrar, pudiendo parecer pesimista, aunque insiste en que no lo es.
Se enfoca en la total devastación que nos rodea en Beirut, así como también en Homs, Aleppo, Al Qusayr, Khan Yunis, Gaza, el campo de refugiados Jenin y la ciudad antigua de Nablus, Trípoli, Sada y Aden. Transmite la magnitud de esta destrucción en la exhibición “But the trees kept voiting for the axe” (“Pero los árboles continuaron votando al hacha”), que estrenó el 15 de abril de 2021 en la Galería Sfeir-Semler en el barrio Karantina de Beirut.
Una vez más, Rechmaoui penetró en nuestra memoria, habiéndola movilizado y atravesado en otras oportunidades, como cuando construyó un modelo de la Torre Murr en Beirut (2000). Esta obra dió testimonio de la destrucción y la mutilación, y servía de recordatorio de las masacres arquitectónicas que siguen afligiendo a nuestras ciudades.
También se inmiscuyó en nuestra memoria cuando creó mapas de los campamentos de palestinos como los imaginaban y dibujaban los niños de Rashidiyeh, Burj Al Shamali, Shabriha, Ayn Al Hilweh, Shatila y Nahr al Barid, con sus representaciones del hacinamiento de los espacios. La mayoría de estos niños nunca se aventuraron fuera de los límites de los campamentos. Para ellos, los barrios pobres y sus pequeñas tiendas representan el límite de su horizonte.
El artista reproduce en cemento la visión de estos barrios según los dibujos infantiles, habilitando un nuevo horizonte para estos niños y relatando sus historias al mundo.
En el pasado, Rechmaoui vigorizó nuestra memoria con el mapa del Mandato Palestino (2018) que dibujó en madera, representando sus colinas, valles, montañas, desiertos y costas. También mostró las rutas de transporte en el contexto de un proyecto mayor de Visualización Palestina.
No sé si Rechmaoui trata de provocar nuestras mentes evocando estos lugares que no pertenecen al pasado distante sino a nuestros recuerdos más recientes. No pasó el tiempo suficiente para que aleguemos haber olvidado. No estamos hablando de ciudades destruidas por las guerras mundiales, de San Petersburgo, Berlín o París, distantes en tiempo y espacio, sino de Beirut y Homs.
Rechmaoui nos muestra lo que queda de las ciudades cuyos escombros aún habitamos y los agobiantes conflictos que continúan resonando entre nosotros. Nos trae a la mente una explosión que destrozó una ciudad y casi borra del todo sus estructuras, o quizás ya lo hizo.
El acontecimiento de la explosión se volverá una futura memoria. Invoca un campo de refugiados que aún está en pie y a aquellos que piensan que el campamento es un destino. Vuelve a diseñar el mapa de Palestina, cuyas marcas territoriales no cambiaron pero sí su interior, incluyendo su arquitectura, su gente y sus mercados. Relata todo esto desde un lugar que no está lejos de la explosión. Gracias a Marwan Rechmaoui, retornamos a donde debemos estar.
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Khaled Farraj es Director General del Institute for Palestine Studies, miembro del Comité de Investigación y del Comité Editorial de Majallat Al Dirasat Al Filastiniyya. Publicó varios artículos sobre la vida en las ciudades palestinas y los campamentos de refugiados en West Bank.
N.d.T.: El artículo original fue publicado por Institute for Palestine Studies el 17 de abril de 2021.