Por Sinem Cengiz para Arab News
En 2013, Ibrahim Kalin, quien era el asesor principal en política exterior del entonces Primer Ministro Recep Tayyip Erdogan y es el actual portavoz presidencial, introdujo el término “preciada soledad” en la literatura sobre relaciones internacionales en un intento por justificar el estado de la política de Turquía en Medio Oriente, política que fue muy criticada en aquellos días.
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En un tweet, dijo: “La afirmación sobre la soledad de Turquía en el Medio Oriente era falsa, pero si esta fuera la afirmación, entonces debería decir que es una soledad ‘preciosa’”. Cuando mencionó por primera vez este término, había estallado una seria disputa diplomática entre Ankara y El Cairo. Turquía, que ya tenía relaciones tensas con Siria e Israel, también había comenzado a ver dificultades con algunos Estados del Golfo. Desde 2013, los esfuerzos mutuos realizados para restablecer los lazos de Turquía con Egipto, Israel y los Estados del Golfo no dieron ningún fruto de importancia.
Sin embargo, con los cambios en los planos internacional y regional a la vista, hay algunos indicios de que estas relaciones problemáticas puedan volver a encarrilarse pronto. Kalin, quien es conocido por ser efectivo e influyente dentro del Gobierno, declaró recientemente que Ankara está buscando un deshielo en las relaciones con el mundo árabe y parece especialmente interesado en mejorar los lazos con El Cairo. En una entrevista con Bloomberg esta semana, afirmó: “Se puede abrir un nuevo capítulo en nuestra relación con Egipto y con otros países del Golfo para ayudar a la paz y la estabilidad regionales”. Sorprendentemente, mencionó que Turquía considera a Egipto como el “cerebro del mundo árabe, el corazón del mundo árabe”, a pesar de sus luchas con los problemas económicos y de seguridad, que Ankara comprende perfectamente.
Poco después de que se hicieran estas declaraciones, comentaristas influyentes que apoyaron y criticaron la política del Gobierno en Medio Oriente expresaron sus puntos de vista sobre un posible deshielo de los lazos de Turquía con Egipto e Israel. El Exministro de Relaciones Exteriores Yasar Yakis, miembro fundador del Partido de Justicia y Desarrollo de Erdogan, dijo: “Turquía creó problemas en las relaciones con Egipto mientras no estaban en desacuerdo y también creó problemas con Israel debido a su apoyo a Hamas . No tenemos problemas arraigados ni con Egipto ni con Israel”. El destacado columnista conservador Fehmi Koru escribió en su blog que la política exterior no era un área plana determinada por decisiones unilaterales, dichos con los que criticó el giro inmediato en la política exterior turca. Él escribió: “Incluso si la voluntad unilateral es suficiente para romper relaciones, se requiere voluntad mutua para arreglar las relaciones rotas. Es difícil convencer a los demás de que las políticas internas o externas cambiaron sin cambiar uno mismo”.
El exembajador y actual legislador Unal Cevikoz tuiteó que mirar las relaciones de Turquía con Egipto únicamente desde la perspectiva de la jurisdicción marítima sería un enfoque de política exterior miope. “El respeto por el pueblo egipcio se puede lograr a través de una política exterior integral”, agregó. Mientras tanto, varios periodistas y académicos partidarios del Gobierno que habían criticado duramente al actual Gobierno egipcio también comenzaron a pedir la normalización inmediata de las relaciones turco-egipcias.
Los recientes acercamientos a Egipto e Israel son quizás indicaciones de que la política exterior de Turquía está cambiando y el término ‘preciosa soledad’ está encontrando su camino hacia las polvorientas páginas de los libros de historia. Echemos un breve vistazo a los acontecimientos recientes que prueban este cambio en la política exterior.
El martes, el Ministro de Energía israelí, Yuval Steinitz, dijo que Tel Aviv estaba listo para cooperar con Turquía en el sector de gas natural en el Mediterráneo oriental. También expresó su esperanza de que Ankara pueda unirse al Foro del Gas del Mediterráneo Oriental en el futuro. Turquía aún no respondió a esta declaración, al igual que Egipto no respondió al mensaje reciente de Turquía. Estas señales positivas se están enviando desde las distintas capitales y los próximos días mostrarán si y cómo se convertirán en acciones concretas.
Luego llegó la noticia de que Turquía y Grecia sostendrán la próxima ronda de conversaciones exploratorias sobre el Mediterráneo oriental en Atenas del 16 al 17 de marzo, mientras que habrá consultas políticas simultáneas entre los Ministros de Relaciones Exteriores de los dos países.
Mientras tanto, el Secretario General de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, dijo el martes que Turquía es un aliado muy importante y agregó: “Si solo mirás el mapa, podés comprender su importancia”. En respuesta a una pregunta sobre la compra por parte de Turquía del sistema de defensa antimisiles ruso S-400, Stoltenberg dijo: “Las diferencias entre los aliados de la OTAN no son algo nuevo y la alianza es una buena plataforma para discutir estas diferencias y problemas y encontrar soluciones”.
El miércoles, el Ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, y su homólogo ruso, Sergey Lavrov, se reunieron en Doha, mientras que Erdogan y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, lanzaron juntos virtualmente la construcción del tercer reactor en la planta de energía nuclear de Akkuyu, y prometieron fortalecer aún más su cooperación.
En retrospectiva, esta no es la primera vez en la era de Erdogan que Turquía se encuentra en desacuerdo con Europa, Estados Unidos y Rusia, mientras que, al mismo tiempo, tampoco es mirada con buenos ojos por sus vecinos, antes de hacer propuestas para restablecer los lazos. Kalin dijo en 2013 que la política exterior del Gobierno se basaba en “valores y principios” más que en las necesidades diarias. Es importante contar con principios y valores para una política exterior coherente. Sin embargo, es difícil sostener una política exterior basada únicamente en estas dos cualidades. La política exterior también requiere pragmatismo y ajuste a la coyuntura política. Si hay intereses mutuos entre Estados, la conciliación siempre es posible.
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Sinem Cengiz es Doctoranda en Estudios Regionales por la Universidad Orta Dogu Teknik, y escribe regularmente sobre política exterior turca, Medio Oriente y refugiados.
N.d.T: El artículo original fue publicado por Arab News el 12 de marzo de 2021.