Por Omar Auf para The Cairo Review of Global Affairs
El Foro de Asuán, cuya tercera edición concluyó el 22 de junio, es una plataforma de alto nivel que reúne a funcionarios gubernamentales africanos y mundiales, pensadores, jóvenes y expertos en políticas de organizaciones internacionales intergubernamentales y no gubernamentales, para debatir cuestiones relacionadas a la paz y el desarrollo. La edición de este año, organizada por el Centro Internacional de El Cairo para el Mantenimiento de la Paz, la Construcción de la Paz y la Resolución de Conflictos (CCCPA por sus siglas en inglés), se celebró bajo el lema “África en una era de riesgos en cascada y vulnerabilidad climática: vías para un continente pacífico, resistente y sostenible”. Omar Auf, de “The Cairo Review”, asistió y cubrió la conferencia.
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Vulnerabilidad climática
En su discurso de apertura, el ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Sameh Shoukry, señaló la necesidad de entablar conversaciones significativas sobre los retos que amenazan la seguridad y el bienestar del continente africano. Hizo hincapié en la importancia de diversificar las fuentes de alimentos, frenar la pandemia, adoptar un enfoque global para combatir el terrorismo y abordar los problemas del cambio climático. Sobre este último, Shoukry dijo que “debemos esforzarnos por obtener resultados específicos durante la Conferencia de las Partes (COP) que beneficien a África”, y que la financiación en el ámbito de la adaptación al clima es importante, especialmente teniendo en cuenta que África es el continente menos responsable del cambio climático. El presidente egipcio, Abdelfattah Al Sisi, se hizo eco de sentimientos similares en un mensaje grabado, señalando que los países deben ser diligentes en su compromiso de aplicar las promesas internacionales relativas a África, especialmente en el ámbito de la adaptación al clima. Al Sisi también destacó la importancia de potenciar el rol de la mujer en el Estado y en la comunidad internacional.
El Secretario General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, le siguió en otro mensaje grabado, en el que describió las crisis actuales como “sin precedentes y multidimensionales”, mientras que también mencionó las tensiones económicas, la invasión rusa a Ucrania, la desigualdad de las vacunas y la crisis climática, de la que señaló que África está “pagando un precio desmesurado”. Guterres dijo que es necesario ampliar el acceso de los países africanos a la financiación y al alivio de la deuda, así como fortalecer los gobiernos, las instituciones y los sistemas de justicia. Añadió que la comunidad mundial debe acelerar la transición del carbón a las energías renovables.
Algunos, como Moussa Faki Mahamat, enfatizaron que es necesario apoyar a África en el desarrollo de capacidades, para que pueda pasar a fuentes de energía con bajas emisiones de carbono. El Presidente de la Comisión de la Unión Africana (UA) reconoció que el cambio climático es un “obstáculo importante para la realización del África que queremos”, así como un multiplicador de amenazas que crea inseguridad alimentaria, acentúa la pobreza y exacerba el terrorismo y el extremismo.
El Campeón de Alto Nivel de la ONU para el Cambio Climático en la COP27 (N.d.t.: 27ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático) y Enviado Especial de la ONU para la Financiación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, Mahmoud Mohieldin, dijo que el 1% del PIB debería destinarse a la adaptación al clima, con un sector financiero “totalmente alineado con la acción climática”, y añadió que los 100.000 millones de dólares anuales prometidos por los países desarrollados para la financiación del clima no son más que “una gota en el océano” en un mundo de billones de dólares. Selwin Hart, Asesor Especial de la ONU y Subsecretario General para la Acción Climática, coincidió con esta evaluación, en una sesión de cara a la COP27, afirmando que, a pesar de que el coste de las energías renovables está disminuyendo, necesitamos al menos cuatro billones de dólares al año en nuevas inversiones en la red de energías renovables para darnos una oportunidad de luchar por mantener un aumento de la temperatura inferior a 1,5 grados centígrados, en comparación con los niveles preindustriales.
Sin embargo, las mujeres y los pobres están excluidos de la financiación para el clima, según Kevin Urama, Economista Jefe y Vicepresidente de Gobernanza Económica y Gestión del Conocimiento del Banco Africano de Desarrollo. Tampoco se destinan fondos a los países que más los necesitan. Añadió que la financiación para los países más pobres debe aumentar para satisfacer sus necesidades básicas de desarrollo, que significaría cientos de miles de millones por año. Urama cree que debe haber una reasignación de los derechos especiales de giro de los países que no lo necesitan, a los que sí.
Los riesgos en cascada inducidos por el clima son de gran alcance y variados. Por ejemplo, la Enviada Especial Adjunta de Estados Unidos para el Clima, Susan Biniaz, estableció una correlación entre el cambio climático y los conflictos, mencionando la necesidad de reforzar los sistemas de alerta temprana, ya que un tercio de la población mundial, así como la mitad de la población africana, no tienen acceso a programas de alerta temprana. El Ministro de Consolidación de la Paz de Sudán del Sur, Stephen Par Kuol, afirmó la relación entre el cambio climático y los conflictos, abordando los desplazamientos consecuencia de las inundaciones, que pueden ser abruptas y destructivas, obligando a la población a emigrar hacia otras zonas.
Riesgos en cascada en África
África se ve especialmente afectada por la incipiente crisis alimentaria y energética mundial, ya que todavía lucha por recuperarse de los impactos de la pandemia. Shoukry añadió que el continente debe seguir aprovechando la oportunidad de mejorar su capacidad para absorber las crisis, y que la naturaleza mutua de los desafíos cada vez más globales no puede aislarse en una sola área, por el contrario, debe ser tratada por el conjunto de la comunidad internacional.
La ministra senegalesa de Asuntos Exteriores, Aïssata Tall Sall, cuyo país preside actualmente la UA, criticó la falta de financiación destinada al desarrollo del continente, y añadió que el desarrollo “debe ser justo antes de ser sostenible”. También añadió el terrorismo y el extremismo violento, a la lista de retos a los que se enfrentan todos los continentes. Citó a Libia como ejemplo, y sostuvo que “ingenuamente pensamos que el terrorismo en Libia se detendría en las fronteras libias”. Sin embargo, se extendió a otros países.
Coincidiendo con este mensaje, Ghada Wali, Directora General de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito, declaró que África sigue siendo el continente más afectado por el terrorismo, ya que el 48% de todas las muertes atribuidas al terrorismo en el mundo proceden del África subsahariana. Wali hizo hincapié en la necesidad de seguir reforzando la prevención y resiliencia, a través de la acción de toda la sociedad y de respuestas integradas. También abordó la necesidad de empoderar a las mujeres y las niñas para que contribuyan a las soluciones.
Kuol, de Sudán del Sur, identificó los conflictos persistentes y divisivos, junto con el riesgo inducido por el clima, como un ejemplo de ‘riesgo en cascada’, afirmando que dichos conflictos están “amenazando la base misma de la estatalidad y de la existencia”. Al tiempo sostuvo que Sudán del Sur está lidiando, simultáneamente con el conflicto, la construcción del Estado y la construcción de la nación, en un entorno volátil. Con este fin, se creó el Ministerio de Consolidación de la Paz para promover el diálogo entre los partidos políticos, las partes interesadas y las comunidades, como también para luchar por la reunificación de las fuerzas enfrentadas hace tiempo. Además, Kuol aconsejó a la UA a adoptar una nueva política de diplomacia preventiva, mediante el despliegue de sólidas misiones diplomáticas en todas partes para brindar apoyo técnico, afirmando que la UA “debería tratar de abordar los motores estructurales de los conflictos armados”.
Las mujeres como catalizadoras de la resiliencia
En una sesión titulada “Aprovechamiento del rol de las mujeres como catalizadoras de la resiliencia hacia la paz y el desarrollo sostenibles en África”, se debatió el papel de las mujeres en el desarme, la desmovilización y la reintegración (DDR), el desarrollo sostenible, el mantenimiento y la consolidación de la paz. Para Basil Jones, quien se desempeña como Coordinador Principal de Programas y Políticas del Banco Africano de Desarrollo sobre Género, Mujeres y Sociedad, “apoyar a las mujeres es una forma de economía inteligente”, y debemos asegurarnos de que las mujeres no se queden atrás en el diseño y la ejecución de los proyectos.
En cuanto a la cuestión del mantenimiento de la paz, Kapinga Yvette Ngandu, Comisionada de la Comunidad de Estados Centroafricanos para la Promoción del Desarrollo Humano, Social y de Género, se refirió a la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad, que reconoció “la urgente necesidad de incorporar una perspectiva de género en las operaciones de mantenimiento de la paz”, e instó a los estados miembros y al Secretario General a aumentar la participación de las mujeres en los procesos de paz, como también a tener en cuenta las necesidades de mujeres y niñas, y cómo se ven afectadas durante los conflictos. Ngandu afirma que, desde la adopción de dicha resolución, muchos estados miembros adhirieron a la agenda de la paz y seguridad de las mujeres, sin embargo muchas estadísticas muestran que la participación de las mujeres en los procesos de negociación sigue siendo baja.
Sin embargo, existen áreas específicas en las que las mujeres se ven afectadas de manera desproporcionada: el cambio climático y los conflictos, son dos de esas áreas. Peter Weiderud, enviado especial de Suecia, para “Religión en los Conflictos y la Consolidación de la Paz”, señaló que “los efectos del cambio climático no son equitativos desde el punto de vista del género”, y que es probable que las mujeres sean las que más luchen contra los crecientes efectos del mismo. Por otro lado, Zuwaira Gambo, Comisionada del Estado de Borno para Asuntos de la Mujer y Desarrollo Social de Nigeria, declaró que la mayoría de las víctimas de los insurgentes en Nigeria son mujeres y niños, siendo mujeres, niños y niñas secuestrados o reclutados, como también las mujeres obligadas a casarse. Añadió que no sólo es necesario prestar atención al papel de las mujeres en los conflictos y a la resolución de los mismos, sino que es necesario compartir las experiencias de las supervivientes. Gambo subraya la importancia de reforzar la capacidad de recuperación de las poblaciones afectadas por la violencia, y añade que las mujeres son actores fundamentales en el DDR.
Asuán en la práctica
El estado de Borno, en Nigeria, considerado el centro de la insurgencia de Boko Haram (N.d.t.: grupo yihadistas relacionado a Daesh), hizo una importante contribución al Foro de Asuán de este año. Lo que hace que la participación del Gobernador de Borno en la conferencia sea particularmente especial, es la visita del equipo de la CCCPA a Nigeria y el posterior informe que se presentó durante la sesión respecto al avance de los esfuerzos holísticos para afrontar el reto del terrorismo en África. Esto surgió como consecuencia del deseo de operativizar las conclusiones del Foro de Asuán, y ponerlas en práctica sobre el terreno, a través de la creación de capacidades, convocatorias e investigación, y retroalimentando los resultados para informar mejor las deliberaciones del Foro, como parte del “Ciclo del Foro de Asuán”.
En la sesión, el gobernador de Borno, Babagana Zulum, explicó cómo su Estado se enfrentó a deserciones masivas tras la muerte del líder de Boko Haram en mayo de 2021. Tras ello, fue necesario abordar las causas profundas del terrorismo y la insurgencia, como la pobreza y la fragilidad del estado. Zulum afirmó la necesidad de entender cómo prestar apoyo a las víctimas mientras se hace frente a las oleadas masivas de desertores, y añadió que el Estado necesita el apoyo de la comunidad internacional para poder resolver el conflicto.
Según el informe, incluso antes de la muerte del líder de Boko Haram, Borno desempeñó un papel fundamental en el programa nacional de rehabilitación de excombatientes, la “Operación Corredor Seguro” (OCS), establecida en 2016. El programa tiene como objetivo reintegrar a los excombatientes en la sociedad a través de un campamento que ofrece formación profesional y apoyo psicológico. El campamento graduó a más de 1500 ex-militantes para reinsertarlos de vuelta en la sociedad.
Después de la graduación, Borno ayuda a los graduados a localizar a sus familias, facilitando las visitas de familiares y proporcionando un centro de tránsito final antes de la reintegración. Borno también alberga el Centro de Rehabilitación Bulumkutu para mujeres y niños, lo cual es importante ya que el OCS es un programa exclusivo para hombres.
Sin embargo, luego de mayo de 2021, el número de desertores aumentó drásticamente según el gobierno del estado de Borno, que sitúa el número desde agosto de 2021 en casi 59.000. Para mantener el ritmo, Borno ideó un proceso de identificación que implica diferenciar a los “campesinos” (aquellos que no están directamente afiliados a Boko Haram o al ISWAP, a quienes se les permite un proceso de reintegración acelerado) de los antiguos combatientes y sus familias. El estado también amplió el centro de tránsito y el campamento de mujeres y niños, así como reutilizó un campamento destinado a la peregrinación musulmana, para dar lugar a las deserciones masivas. En estos campamentos se imparten enseñanzas religiosas y formación profesional como parte del proceso de rehabilitación. Hasta ahora se reintegraron más de 48.000 personas. Sin embargo, el estado necesita más apoyo de la comunidad internacional para poder apoyar a los desertores, según el informe y el gobernador Zulim.
El informe describe al modelo del estado de Borno “en esencia, como un enfoque localizado que surgió para hacer frente a una dinámica y un terreno sin precedentes y en rápida evolución”. Destaca la importancia de considerar los enfoques ‘estatal’ y ‘federal’ no como algo separado, sino como un modelo híbrido que reorienta la relación entre estos niveles para que estén más interconectados y, en consecuencia, sean más eficaces.
Otras sesiones
Otras sesiones del foro fueron las dedicadas a la cultura, el Mar Rojo, el Sahel, acuerdos de seguridad regional, finanzas, empoderamiento de los jóvenes y asociaciones entre la UA y la ONU. En esta última, William Azumah Kanyirege-Awinador, asesor principal de la UA en materia de gobernanza y consolidación de la paz, describió la cooperación entre la ONU y África como compleja, multifacética, y donde siempre existe margen para hacerla más eficaz aprovechando mejor las sinergias y complementariedades. Por otro lado, Osama Abdelkhalek, Representante Permanente de Egipto ante la ONU, destacó que para garantizar el establecimiento de soluciones africanas a los problemas africanos, sigue siendo necesario reforzar las capacidades africanas para avanzar en favor de dichas soluciones.
En la sesión de empoderamiento de los jóvenes, Cynthia Chigwenya, Embajadora de la Juventud Africana para la Paz de Sudáfrica, dijo que los jóvenes deben apropiarse del marco de paz continental y seguridad, mientras que Merna Ahmed, profesional del clima en el UNFPA (N.d.t.: Fondo de Población de las Naciones Unidas), mencionó la importancia de la participación de los jóvenes en el diseño y la ejecución de los programas, así como la importancia de incorporar el cambio climático en todos los proyectos.
Además, en la sesión sobre la financiación de la paz y el desarrollo sostenibles, la Subsecretaria General de las Naciones Unidas para el Apoyo a la Consolidación de la Paz, Elizabeth Spehar, señaló que la parte de la financiación del desarrollo que corresponde a la consolidación de la paz es baja, y agregó que sólo tres donantes aportan más de la mitad de las contribuciones financieras a la misma. Esto ocurre a pesar de que los estados miembros reconocen la necesidad de contar con recursos más sostenibles y predecibles para la paz, ya que “la retórica está ahí, tenemos que asegurarnos de que los recursos también están ahí”. Spehar aconsejó que necesitamos más donantes no tradicionales para dar un paso adelante, así como más trabajo en la financiación innovadora para la construcción de la paz. Advirtió que el sector privado existe para ganar dinero, por lo que debemos ser conscientes del alcance de su contribución.
¿Qué es nuevo?
Una vez concluido el foro, podemos esperar las Conclusiones de Asuán, que resumen algunos de los resultados del mismo. A continuación, entraremos en el ciclo de Asuán, en el que se llevarán a cabo proyectos de creación de capacidades, talleres preparatorios e informes sobre el terreno. También podemos esperar la COP27, que tendrá lugar en Sharm El-Sheikh (Egipto) el próximo mes de noviembre. Allí, la relación entre el cambio climático y los conflictos, muy debatida durante el Foro de Asuán, debe utilizarse para defender el aumento de la financiación dirigida a la cuestión climática y la adopción de medidas concretas.
Otro objetivo importante será aumentar la financiación para la construcción de la paz en particular, con el fin de abordar las causas profundas de los conflictos. La financiación en general es una cuestión complicada que implica a donantes, convenios y, a veces, visiones diferentes. El éxito de la construcción de la paz reduciría la necesidad del mantenimiento de la misma, por lo que la financiación de la construcción de la paz tendría el doble beneficio de reforzar una y reducir la necesidad de la otra.
Sin embargo, los espectadores pueden preguntarse hasta qué punto es propicio el entorno internacional cuando se trata de cooperar por la paz, el clima y el desarrollo, sobre todo si se tiene en cuenta que la invasión rusa a Ucrania sigue en marcha, como también el aumento de los sentimientos nacionalistas de extrema derecha de los últimos años y el consiguiente aumento del aislacionismo en un mundo cada vez más conectado. Sin embargo, el Foro de Asuán y las actividades de otras organizaciones, como la UA y la ONU, pueden servir de recordatorio respecto a que, para algunos, la búsqueda de la paz nunca se detiene. Más bien, debe intensificarse en estos tiempos difíciles.
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Omar Auf es redactor jefe adjunto de la Cairo Review of Global Affairs.
N.d.T.: El artículo original fue publicado por The Cairo Review of Global Affairs el 23 de Agosto 2022.