Por Yassin Swehat para Al Jumhuriya
Ver a los partidarios de la revolución siria manifestándose en solidaridad con los palestinos en diversas ciudades de la diáspora, y expresando esta solidaridad en la prensa y en las redes sociales, nos muestra un nuevo tipo de lenguaje y expresión; uno que trae la última década de Siria al centro del escenario.
‘Estos escombros se ven como nuestros escombros’, parece decir. ‘Estos aviones de combate se ven como los que nos matan a nosotros. Los idiotas apologistas de esta carnicería se parecen mucho a los que justifican los crímenes de Assad en sus sofismas, falsas equivalencias, y expresiones como ‘qué pasa con lo que hicieron ellos’. Conocemos estas imágenes de socorristas en los momentos posteriores a los ataques aéreos; sus balbuceos de dolor al levantar los escombros; los rostros ensangrentados de los niños; las noticias de seres queridos y amigos asesinados. Todo esto lo sabemos en nuestros huesos. Sabemos qué vidas son prescindibles, porque nuestras vidas son prescindibles. Sabemos cómo se ven los asesinos’.
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La visión de hombres y mujeres jóvenes ondeando banderas de la revolución siria, declarando su presencia y solidaridad con los palestinos en las plazas de las capitales de su exilio compartido, nos llama a reflexionar sobre las raíces de esta solidaridad y lo que significa para nosotros y para los demás.
Una fuente revolucionaria
A menudo se escucha un tipo particular de tontería, geopolíticamente oportunista y carente de valores, que denigra el apoyo sirio a la causa palestina como un mero ‘resto del adoctrinamiento del régimen de Assad’; ‘políticamente improductivo’; o incluso ‘objetivamente aliado’ al campo pro-régimen. Si bien no es la intención de este artículo responder a estas afirmaciones recurrentes, vale la pena señalar de pasada que el espectáculo de los revolucionarios sirios que apoyan la causa palestina en realidad sugiere todo lo contrario del ‘adoctrinamiento del régimen de Asad’. Que la experiencia vivida de los sirios esté en el centro de su postura con respecto a Palestina significa que la revolución contra Assad se convirtió en su punto de partida ético para la acción política y su mecanismo para simpatizar, identificarse y expresar solidaridad de una manera que difiere considerablemente de la participación siria anterior. con la causa palestina.
La solidaridad de los revolucionarios sirios con los palestinos que estamos viendo actualmente no solo desnuda al régimen y sus fanáticos pseudo-antiimperialistas, y sus palabras vacías sobre Palestina, lo que ciertamente es un avance deseable, necesario y excelente. También va más allá del marco limitado del problema como una ‘cuestión nacional’ siria frente a la ocupación israelí del Golán sirio, y frente a la propia Palestina. Estas son cuestiones que penetran profundamente en la historia, el presente y el futuro de Siria, independientemente de quien la gobierne. Deben ser respondidas desde una perspectiva de oposición radical, más allá de la disputa particular con el régimen de Assad y sus aliados regionales e internacionales, y sus mentiras y contradicciones.
Rebelarse contra el ‘realismo’
Hay un cierto argumento reduccionista, autodenominado ‘realista’, que afirma que las causas siria y palestina se encuentran en trincheras geopolíticas opuestas. Desde este punto de vista, el régimen de Assad es parte de un ‘Eje de Resistencia’ liderado por Irán, que enfrenta una revuelta apoyada por los varios opositores de este Eje en otras partes de la región. Esta noción —que tiene adeptos entre la propia oposición siria, que desdeña las críticas a Israel, con quien preferiría aliarse contra el régimen— se nutre además de las lamentables posturas adoptadas por diversas facciones armadas y movimientos políticos palestinos frente a la causa siria, ya sea la Organización para la Liberación de Palestina, Hamás o la Yihad Islámica. El apoyo ofrecido por estos grupos a Assad, tanto verbal como práctico, fue en sí mismo un producto de esta misma lógica oportunista, ya sea como resultado de su subordinación directa al régimen, una preocupación por sus relaciones con Irán, diversas contorsiones ideológicas enfermizas o razones que incluso sus propios partidarios no pueden comprender.
Así, la visión cínica no ofrece respuestas lógicas. Incluso si uno trata de seguir la idea de ‘realismo’ de sus defensores, no logra explicar el pasado y el presente criminal del régimen de Assad frente a los palestinos en el Líbano y Siria, por ejemplo. Tampoco puede explicar por qué los mismos regímenes árabes que están tan ansiosos por construir alianzas con Israel, y específicamente con Benjamin Netanyahu, son también los que están más dispuestos a poner fin al aislamiento diplomático del régimen de Assad, e incluso a apoyarlo financieramente, cuando no se los impiden las sanciones de la Ley César.
Sin embargo, la importancia de la solidaridad revolucionaria siria con los palestinos no es que proporcione un mejor análisis que estas lecturas cínicas de la situación geopolítica, sino precisamente que se rebela contra esas ecuaciones geopolíticas tan abstractas. Nos oponemos al cinismo no solo porque es analíticamente impreciso, sino, lo que es más importante, porque rechazamos sus valores. No puede haber confusión entre los que bombardean y los que yacen bombardeados bajo los escombros: este es el punto de partida de toda discusión posterior. Ciertas evasiones retóricas pueden ser encontradas al centrarse en criticar a Hamas y denunciar su conducta, lo cual es incuestionablemente legítimo, pero estas son evasiones a corto plazo, que recuerdan el pseudointelectualismo de los apologistas del régimen de Assad que son incapaces de enfrentarse con decisión a la criminalidad de éste, y así recurren a denunciar a las facciones opositoras. No es una cuestión de vacilar entre dos contradicciones de suma cero. La experiencia vivida en Siria es tremendamente rica en ese tipo de posiciones ‘complicadas’, si asumimos que la causa palestina es ‘complicada’ para empezar, y que la ‘simplicidad’ es una condición necesaria para la solidaridad.
Imágenes de un yo liberado
Las imágenes de la solidaridad revolucionaria siria con Palestina fueron ampliamente utilizadas en las discusiones de los últimos días, especialmente en círculos que se aferran al simbolismo de izquierda y el antiimperialismo, para refutar la acusación de que los revolucionarios sirios eran ‘agentes’ de fuerzas reaccionarias, imperialistas y/o anti-palestinas. Estos debates pueden tener su trascendencia en determinados medios, pero la mayor importancia de las imágenes no radica en lo que ven los demás — palestinos, árabes, occidentales, o quien sea — sino en lo que nosotros mismos vemos; nosotros, los sirios radicalmente opuestos al régimen de Assad; cuando nos miramos en el espejo de nuestras posturas.
Siempre fue posible que las horribles experiencias de los sirios, mezcladas con sentimientos de abandono y derrota prolongada, los llevaran a encarcelarse dentro de sí mismos; una retirada hacia el victimismo; una incapacidad para identificarse o empatizar con otros; y un rechazo de cualquier interacción con cualquier otra catástrofe. Esto puede en efecto ocurrir todavía; de hecho, es probable que suceda en las circunstancias que prevalecen actualmente en muchas comunidades sirias. Puede ser un sentimiento pasajero que sentimos la mayoría de nosotros en algún momento con este tema o aquel (y especialmente con la causa palestina, ya que, como dice el proverbio árabe, ‘la generosidad va a los familiares primero’). Alternativamente, podría manifestarse en una mentalidad cínica y solipsista que explica el yo y el mundo de acuerdo con jerarquías de victimismo, llevando a sus defensores a adoptar la mencionada visión ‘realista’. Que un gran número de sirios fueran capaces de superar esto y de convertir sus terribles experiencias en fuerzas de solidaridad e identificación con los palestinos, sin dejar que las “complejidades” se interpusieran en su camino, es evidencia de una madurez cognitiva y política que sugiere una capacidad para producir significado a partir del sufrimiento espantoso, y utilizar este último para formular un discurso y una eficacia política.
Por ahora, esta efectividad permanece estacional y confinada al ámbito de la reacción, pero nos invita, no obstante, a trabajar para consolidarla y cristalizarla dentro de un yo sirio liberado; uno creado por la generación posterior a 2011.
Este artículo se publicó originalmente en árabe el 19 de mayo de 2021.
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Yassin Swehat es Médico graduado en la Universidad de Santiago de Compostela, editor en jefe de Al Jumhuriya y miembro del Grupo Republicano de Estudios Sirios.
N.d.T.: El artículo original fue publicado por Al Jumhuriya el 19 de mayo de 2021.