Por Daoud Kuttab para Arab News
Cada vez es más evidente que no hay necesidad militar para el continuo bombardeo israelí sobre la Franja de Gaza ya que no está intentando adquirir tierras ni defender su territorio reconocido internacionalmente. Los israelíes no se avergüenzan del hecho de que los continuos ataques contra Gaza tienen como objetivo lograr un concepto insensato de disuasión.
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La disuasión estratégica se define como “aquella destinada a disuadir a un adversario de emprender una acción que aún no comenzó mediante amenazas de represalia”. Sin embargo, cuando tales actos se vuelven indistinguibles del castigo colectivo, quienes están detrás de los mismos se consideran criminales de guerra. El fiscal jefe de la Corte Penal Internacional ya advirtió a Israel que está siendo observado de cerca para ver si se están cometiendo este tipo de crímenes.
El derecho internacional humanitario, que se aplica a situaciones de conflicto, establece que es inaceptable el uso de la fuerza desproporcionada o excesiva. El último bombardeo contra la población de Gaza incluyó ataques prohibidos a mujeres y niños inocentes, así como la destrucción deliberada de rascacielos enteros y oficinas de medios de comunicación. Esto es más que un castigo colectivo.
El ejército israelí repite que advirtió a las personas que viven en algunos de estos rascacielos de la intención de volarlos, pero dar una advertencia por destruir un edificio residencial u oficinas de medios no deja de ser un castigo colectivo.
El presidente y director Ejecutivo de The Associated Press, Gary Pruitt, señaló que la red global con sede en Estados Unidos estaba “conmocionada y horrorizada de que el ejército israelí atacara y destruyera el edificio que alberga sus oficinas y otros medios en Gaza”. “Ellos conocen desde hace mucho tiempo la ubicación nuestra y sabían que los periodistas estaban allí. El mundo sabrá menos sobre lo que está sucediendo en Gaza debido a esto”, comentó Pruitt.
El Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, indicó que no había visto ninguna evidencia de que Hamas operara en el edificio, lo que contradice directamente una afirmación hecha por el ex Primer Ministro Israelí, Benjamín Netanyahu.
El profesor de Derecho, Michael Byers, mientras escribía sobre crímenes de guerra, afirmó que “el derecho internacional permite la autodefensa anticipatoria o preventiva, pero solo cuando la necesidad es instantánea, abrumadora, sin dejar opciones de medios, y ningún momento de deliberación”. El concepto de disuasión le falló repetidamente a Israel en todos los momentos, ya sea en el sur del Líbano o en la Gaza ocupada.
Durante años, los israelíes abrazaron esta teoría. La idea es que, si los habitantes de Gaza sienten suficiente dolor, se abstendrán de atacarlos. Pero este tipo de disuasión estratégica no funciona. En cambio, la gente en Gaza reacciona al enorme sufrimiento infligido por Israel con una mayor determinación. Además, la disuasión sin posibilidad alguna de arreglo político asegura que esta locura se prolongue.
Al explicar la teoría israelí en 2012, el entonces Ministro de Asuntos Estratégicos, Moshe Bogie Yaalon, señaló que “si las organizaciones terroristas no cesan el fuego, estaremos preparados para endurecer nuestra respuesta tanto como sea necesario, hasta que digan suficiente”. Mientras que el Ministro del Interior, Eli Yishai, también proclamó en ese momento: “debemos devolver Gaza a la Edad Media”.
Algunos estrategas y teóricos de la seguridad sostienen que la disuasión puede ser moralmente aceptable si no afecta directamente la vida y el bienestar de la población civil. Pero cuando la disuasión se vuelve indistinguible del castigo colectivo, es mucho más difícil de justificar y mucho menos probable de lograr el resultado deseado.
Los militantes palestinos dicen que comenzaron a llevar a cabo ataques con cohetes en respuesta a las súplicas de apoyo de la población que eran atacados a diario en la mezquita Al Aqsa y que enfrentaban el desalojo de sus hogares en el barrio de Sheikh Jarrah de Jerusalén para dar paso a los colonos judíos.
El derecho internacional prohíbe a una potencia ocupante trasladar su población a los territorios que ocupa. Pero las recientes acciones militares de Israel fueron sorprendentemente desproporcionadas, dirigidas a zonas densamente pobladas donde los civiles sitiados no tienen forma de escapar.
La violencia de Israel y de los militantes de Gaza indica que la disuasión está fallando o, en el mejor de los casos, su eficacia se está deteriorando. Al mismo tiempo, el costo en términos de vidas humanas y un odio cada vez más profundo sigue aumentando. Lo que hace que la llamada disuasión estratégica de Israel sea el enfoque menos viable es que se está empleando sin un plan integral que incluya un componente político.
Al negarse a tratar política y seriamente con los palestinos, incluidos los que están en el poder en Gaza, Israel está buscando una solución militar a lo que es principalmente un conflicto político.
Quizás la peor parte de esta estrategia de disuasión es que no da importancia a la relación a largo plazo entre Israel y el pueblo palestino. Después de ser expulsados de su tierra en 1948 y nuevamente en 1967, empujados a apenas el 22 por ciento de los límites originales de Palestina establecidos por los británicos, los palestinos tienen la intención de no retroceder más. Esto significa que israelíes y palestinos deberán encontrar una fórmula para vivir uno al lado del otro en el futuro.
La comunidad internacional, incluida la administración Biden, pidió repetidamente una solución de dos Estados, lo que significa que Israel debe poner fin a la ocupación de Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental y Gaza, posterior a 1967. Pero hasta ahora, estos llamamientos parecen ser poco más que una palabrería y los israelíes no mostraron ningún interés serio en poner fin a la ocupación y permitir que exista un Estado palestino independiente.
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Daoud Kuttab- Periodista palestino galardonado. Es ex profesor de Periodismo en Princeton.
N.d.T.: El artículo original fue publicado por Arab News el 20 de mayo de 2021.