Por Strategic Council on Foreign Relations
El ex jefe del Cuartel General de Apoyo a Afganistán en el Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, afirmando que Pakistán considera a Afganistán como la esencia de su estrategia, dijo: “Es mejor que los países de la región permitan al pueblo afgano determinar de forma independiente su gobierno y abordar las preocupaciones comunes a través de relaciones amistosas”.
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Mohsen Rouhi Sefat, en una entrevista concedida a la página web del Consejo Estratégico de Relaciones Exteriores, se refirió a los problemas históricos entre Afganistán y Pakistán y al persistente problema de la Línea Durand entre ambos países, que existe desde la creación de Pakistán, y añadió: “Este es el principal problema en las relaciones entre ambos países, que eclipsa otras cuestiones. Pakistán sufre el hecho de que el gobierno afgano no ha reconocido sus fronteras en los últimos 100 años y hay reclamos sobre parte de su territorio”.
Señaló que Pakistán mantiene una grave disputa fronteriza con dos de sus tres vecinos y que sus fronteras no están claras, y añadió que dicho país está en guerra con India y no tiene frontera oficial con este. Con el tiempo, India se ha hecho sistemáticamente más fuerte que Pakistán, y este último no tiene esperanzas de superarla. El ex diplomático iraní, afirmó que Pakistán siente que puede alterar el equilibrio de poder a su favor frente a Afganistán, que es más débil que él. “Con los acontecimientos que han tenido lugar en Afganistán en los últimos 40 años, esto ha allanado aún más el camino a Pakistán; mientras que antes del mes de Ordibehesht 1358 (abril/mayo de 1979), Pakistán no se atrevía a invadir el país porque Afganistán llevaba tiempo en el campo oriental”, comentó.
Características políticas deseables del gobierno pakistaní en Afganistán
Rouhi Sefat, afirmando que el gobierno pakistaní está políticamente interesado en que Kabul no tenga una buena relación con India como enemigo de Islamabad, añadió: “Pakistán está interesado en la presencia de un gobierno en Kabul que se alíe con él contra India”. Pakistán, por su parte, considera que Afganistán es el eje de su estrategia y le interesa que el gobierno de Kabul utilice el territorio de Pakistán como ruta de tránsito, y que la vida y la muerte de Afganistán que se concreta en el comercio se forme a través del puerto de Karachi.
“Pakistán no busca un gobierno fuerte en Afganistán; porque en ese caso no puede obtener sus demandas del gobierno de Kabul. Además, no tiene ningún interés en que se establezca un gobierno nacionalista en Afganistán; porque los sentimientos nacionalistas en Afganistán pueden verse reforzados por sus reivindicaciones sobre el territorio pakistaní en Pashtunistán”, comentó. “De hecho, Pakistán quiere que quienes ocupen el poder en Kabul estén alineados con las fuerzas religiosas; porque con la unidad religiosa, puede eclipsar las cuestiones nacionales y fronterizas”, prosiguió..
Según el experto en asuntos internacionales, Pakistán puede trabajar mejor con los Talibán que con los burócratas nacionalistas e incluso con los Pashtunes; además, el país no está interesado en la formación de una sociedad civil en el país vecino, ya que los grupos cívicos afganos tienen sentimientos antipaquistaníes por cuestiones históricas.
Sefat destacó que el agua es una cuestión vital para Pakistán: “El 30% del agua de Pakistán procede de Afganistán, y este país ha completado en los últimos años dos grandes presas que desembocan en Irán”. “Afganistán también ha preparado un plan para controlar el agua que fluye hacia Pakistán y está tratando de construir una presa en los ríos que fluyen hacia él, mientras Pakistán está muy descontento con este asunto y una de sus exigencias a Afganistán es que no construya dichas obras”, agregó.
El ex funcionario describió la falta de un ejército fuerte y cohesionado en Afganistán como algo deseable para Pakistán y explicó: Islamabad tiende a entrenar a las fuerzas militares y de seguridad afganas en Pakistán y contempla restricciones en el número de tropas y fuerzas afganas. A Pakistán también le interesa tener fuerzas extremistas proxy en Afganistán para utilizarlas contra India, al igual que las fuerzas afganas sirvieron al ejército pakistaní en las operaciones contra India hace 20 años.
Las perspectivas deseables económicas de Pakistán en Afganistán
Sefat consideró que la seguridad de la línea de tránsito de energía es importante para Islamabad, para que la energía de Turkmenistán pueda ser transferida a través de Afganistán a Pakistán o India, y añadió que “Islamabad no ha invertido mucho en Afganistán y Pakistán no ha sido testigo de ninguna inversión en infraestructuras en Afganistán en los últimos 20 años”. “Ni siquiera ha cumplido con sus obligaciones; porque le interesa que Afganistán sea más dependiente económicamente de Pakistán”, manifestó..
El ex diplomático dijo que Pakistán espera que el gobierno étnico, que ahora aparece con la presencia de los Talibán, gobierne todo el territorio de Afganistán, y agregó: “Sin embargo, la política declarada de Pakistán es diferente y afirma que está interesado en la paz en Afganistán”.
Recordando que cuando se anunció la muerte del Mullah Omar, resultó que había muerto hace dos años, precisó: “En esos dos años se emitieron veredictos y se administró a los Talibán. Nadie respondió a la pregunta de quién dirigía a los Talibán durante esos dos años; está claro que había otro aparato y otra fuerza que gobernó a los Talibán durante esos dos años hasta que se identificó al sucesor del Mullah Omar”.
“En Pakistán hay varias facciones e instituciones que participan en la cuestión de Afganistán, el gobierno tiene una posición oficial moderada respecto a Afganistán y la otra parte es el ejército, que es el principal tomador de decisiones al respecto”, continuó. “Otra parte son los militares pakistaníes retirados de línea dura que están implementando las políticas de Pakistán con respecto a Afganistán y Los Talibán y tienen una presencia activa en el campo y en los escenarios”.
Sefat señaló la amplia presencia de ciudadanos pakistaníes entre los Talibán, y calificó dicha presencia de arbitraria por parte de Islamabad: “Aunque se dice que los Talibán tienen el control del 80 por ciento o de la mitad de Afganistán, sus líderes nunca afirman estar en Afganistán y su cuartel general está fuera del país; esto es una cuestión seria”.
Ilegitimidad y falta de reconocimiento oficial; problema regional y global de los Talibán
Refiriéndose a las noticias publicadas sobre los esfuerzos de Pakistán para invitar a diferentes grupos de Afganistán con el objetivo de mantener conversaciones entre ellos y también una reunión de los países vecinos de Afganistán, Rouhi Sefat dijo: “El principal problema que surgió del ataque de los Talibán hace 20 años fue que, aunque controlaban el 90% del territorio de Afganistán, no estaban identificados. Sólo tres países, Pakistán, EAU y Arabia Saudí, reconocieron oficialmente al gobierno Talibán; este fue un factor importante en el fracaso de las políticas de Pakistán y del gobierno Talibán”.
“Ambos lados han aprendido de la historia, y vemos que el tono de los Talibán y Pakistán es más suave que hace 20 años; aunque no hay diferencias en la práctica, actúan de forma diferente en el discurso. El gobierno pakistaní se está preparando para que este reconocimiento se produzca a nivel regional y mundial, y en este sentido se pueden evaluar los esfuerzos realizados para celebrar esas reuniones”.
Señales del acuerdo de Doha a los Talibán para ganar legitimidad
Asimismo, Sefat se refirió al acuerdo entre EE.UU. y los Talibán para no tomar las capitales de provincia: “En este acuerdo se decía que debían celebrarse negociaciones entre el gobierno de Kabul y las facciones políticas con los Talibán y que el gobierno de EE.UU. debía apoyar su resultado incluso si esas conversaciones conducían al gobierno de los Talibán”.
Describió el ataque de los Talibán a las capitales de provincia en la misma línea de presionar a la administración estadounidense para imponer sus exigencias. “Los Talibán parecen estar avanzando hasta el bloqueo de Kabul, donde llamarían a la negociación y entregarían el poder del actual gobierno de una forma que iría acompañada del reconocimiento oficial y la legitimidad internacional”, finalizó.
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N.d.T.: El artículo original fue publicado por Strategic Council on Foreign Relations el 21 de agosto de 2021.